WEBINAR ORGANIZADO POR VALENCIA PLAZA e ibercaja

Cómo asegurar el futuro de las pensiones y recibir en la jubilación una cuantía digna

9/12/2020 - 

VALÈNCIA. El futuro de las pensiones sigue preocupando –y mucho- al ciudadano de la calle. Y más con una pirámide poblacional completamente invertida, una baja natalidad, una mayor esperanza de vida y una ‘hucha de las pensiones’ cada vez más raquítica. 

Un problema estructural de un modelo de reparto que para muchos ha quedado obsoleto; mientras los políticos de turno siguen mirando hacia otro lado. Han pasado 25 años desde el nacimiento del Pacto de Toledo, reformado en varias ocasiones desde entonces, que acaba de ser 'remozado'. Aquí puede ver el webinar completo:


¿Habrá pensiones para todos? ¿De qué cuantía? ¿Cómo deberían implicarse más las empresas con los planes de pensiones de empleo? ¿Y el particular? ¿Qué fue de la famosa ‘carta naranja’ que iban a recibir todos los españoles para saber lo que les iba a quedar en su jubilación? De todas estas cosas –y más- se habló en el webinar organizado por Valencia Plaza e Ibercaja, que contó con un elenco de protagonistas desde el punto de vista de la docencia, el mundo empresarial y el jurídico. Todo en pos de ofrecer una pluralidad de opiniones a los lectores de este diario.

Los protagonistas fueron Carolina Mateo, responsable de Desarrollo de Negocio de Ibercaja Pensión; Amparo Bertomeu, presidenta de la Asociación Española de Directivos (AED) en la Comunitat Valenciana y directora general de Asociación Nacional de Fabricantes y Exportadores de Muebles de España (ANIEME); Ricardo Miralles, director de Economía de la Confederación Empresarial (CEV) de la Comunitat Valenciana; José Vicente Villaverde, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Valencia (AJEV); Enrique Devesa, doctor en Economía de la Universitat de València y miembro del Instituto de Investigación Polibienestar; y Pedro Antonio Gil, socio del bufete Cuatrecasas.

El primer tema que puso sobre la mesa este diario no fue otro que si se llegarán a cobrar la pensiones. Abrió el fuego el profesor Devesa apuntando que “pensiones vamos a cobrar porque si no sería mal asunto; la cuestión es saber hasta qué nivel pueden bajar porque no se va a poder mantener esa tasa de reemplazo actual de más del 80%, que nos coloca en lo más alto de podio de los países por ‘generosidad’. Las pensiones se cobrarán, pero no se puede mantener el nivel actual”.

Desde Ibercaja, Mateo tiene claro que hay que mandar un mensaje positivo a la sociedad. “Sí habrá pensiones públicas pero la sostenibilidad está en duda en este sistema de reparto donde los cotizantes pagan las pensiones de los que se han jubilado; es un tema estructural con una pirámide poblacional invertida, con menos natalidad y con una esperanza de vida cada vez mayor. El desequilibrio es obvio, por lo que tenemos que tomar medidas”.

Punto de desequilibrio

Desde la óptica empresarial y directiva, Bertomeu ve la situación “muy preocupante porque estamos en un punto de desequilibrio; es el momento de tomar determinadas medidas y en este sentido yo soy partidaria de los planes de pensiones de empresa, como también de dotar de una mayor cultura financiera desde la juventud porque ‘papá Estado’ no puede sufragar todo lo que conlleva de cara al futuro”; mientras habló de los modelos de Singapur y Reino Unido “porque funcionan muy bien”. 

Miralles pidió ser pragmático con un futuro de las pensiones que lo ve “asegurado porque es uno de los pilares básicos del estado del bienestar. Esto es sistémico, es de interés general y es de máxima preocupación tanto para los ciudadanos como para los votantes. La buena noticia es que en España tenemos el Pacto de Toledo, que es una cosa única en Europa”. Sin embargo, advirtió que “el sistema es deficitario y necesita reformas para garantizar el sistema para que sea sostenible”. Aquí puede ver un resumen del webinar:


Por su parte, Gil también destacó el hecho de que al ser uno de los pilares del estado del bienestar, “la desaparición de las pensiones está descartada”, pero eso sí remarcó que “el sistema no puede ser eternamente deficitario y va impactar en las cuantías de las prestaciones”. A su juicio soluciones hay muchas como “complementos privados, cultura y no desligar el déficit de las pensiones del mercado de trabajo. Es absurdo pretender dotar grandes importes a pensiones cuando los salarios son ínfimos y no dan para la supervivencia”. 

Villaverde fue más allá y destacó el problema de los sueldos de los jóvenes. “Tenemos unos salarios muy precarios, con un nivel de vida no acorde a los salarios actuales y estamos pidiendo a los jóvenes que ahorren para su futuro, pero no tienen esa capacidad de ahorro. Al final tenemos que plantear esas pensiones pagadas un poco por las empresas y sus planes de pensiones, que al final hacen que esos trabajadores se fidelicen en las empresas”. A su juicio, las empresas no deben ser “las que paguen siempre el pato”; y para ello planteó que “si yo cotizo a un 35% por cada trabajador mensualmente, usted ahora va a cotizar un 20% por cada empleado y el otro 15% lo va a destinar a un plan de pensiones de ese trabajador”.

Educación financiera

La educación financiera, que tanto se echa en falta en este país, fue una de las cuestiones que también puso sobre la mesa este diario, y más sobre un tema tan relevante para la ciudadanía de cara a su jubilación. El doctor en Economía mostró su preocupación al respecto, recordando el proyecto que tiene la Universitat de València –lanzado también en la Universidad de Extremadura-, más allá de los estudiantes de Economía. “Son nueve temas donde tocamos prácticamente de todo (seguros, pensiones…) para acercarlos al lenguaje de las entidades financieras. Está teniendo bastante éxito, llevamos ya dos cursos y vamos a seguir adelante”. 

Uno de los ejercicios que plantean es cuánto se necesitaría ahorrar para cobrar una pensión de un sistema complementario. Y, según los cálculos de Devesa, “para tener una renta de 1.000 euros ahora necesitas acumular 290.000 euros en el momento de la jubilación. ¿Y cuánto hay que aportar? Pues haciéndolo a partir de los 30 años serían casi 500 euros al mes. ¿Cómo le dices eso a alguien que cobre 1.000 euros al mes?”.

La responsable de Desarrollo de Negocio de Ibercaja instó a fomentar “la cultura del ahorro y el saber cómo ahorrar es vital con una planificación adecuada”. En este sentido conviene recordar la web vamoscontufuturo.ibercaja.es de la entidad para que “todos los ciudadanos puedan conocer temas de ahorro, cómo empezar, cuándo empezar… es importante hacerlo cuanto antes y en la medida que uno pueda. Siempre hablamos de los planes de pensiones, pero hay una infinidad de vehículos de inversión para poder canalizar el ahorro a largo plazo”. Eso sí, y como bien recordó, “siempre en manos de un especialista que ayude a hacer esa planificación a largo plazo porque no es tan fácil como meter los datos en un simulador y ver qué sale. Hay que empezar pronto y ahorrar bien”.

¿Por qué a los españoles nos cuesta tanto concienciarnos a la hora de ir planificando la jubilación? fue otra de las preguntas que formuló este diario a los intervinientes. La presidenta de AED en la Comunitat Valenciana respondió que hay un claro componente de “desconocimiento” por la falta de cultura financiera y abogó por potenciarla desde “las educaciones más secundarias”. Pero también el hecho de que el que más y el que menos ha pensado que siempre habrá pensiones para todos. “Los chavales de 25-30 años creen que se puede vivir en el día a día, y eso no puede ser de ninguna de las maneras. No se puede comprar uno un Iphone de 1.600 euros y pensar que cuando cumpla 65 años va a tener 1.600 euros en el bolsillo porque alguien se lo va a dar. Esto no funciona así. Nos cuesta –o les cuesta- planificar por ignorancia, por desconocimiento y porque no les hemos educado en ese tipo de cultura: la del ahorro“.

La famosa 'carta naranja'

El director de Economía de la CEV de la Comunitat Valenciana ahondó en la problemática de la falta de cultura financiera. Y para ello –y tener criterio- demandó “una información veraz para los ciudadanos al margen de dogmatismos porque estamos ante un problema de fallo de mercado: si la ciudadanía no tiene información para luego con su criterio poder adoptar decisiones, tenemos un problema. Habrá que tutorizar al ciudadano pero también dejarle grados de libertad para que adopte sus propias decisiones”. Y el socio de Cuatrecasas señaló que “no hay ningún tipo de concienciación en este país”; y en lo que se refiere a las pensiones “la concienciación del ciudadano medio que no tiene una especial educación financiera empieza a entrarle a partir de los 45 años”. De ahí que destacara la importancia de la famosa ‘carta naranja’ porque “serviría de forma absoluta para que la gente se pusiera las pilas con un producto u otro”.

Hablar de la ‘carta naranja’ –color utilizado para ser claramente identificado- es hacerlo de una información que en teoría iban a recibir los españoles a partir de 2011 –según lo acordó el Gobierno del PP entonces-, con el fin de saber cuáles iban a ser sus ingresos en el momento de la jubilación… pero quedó en un cajón o en el olvido. Según Enrique Devesa, “en este país lo de la información parece que hay que estar pidiéndola, cuando deberían dártela directamente sin pedir nada. El argumento que utiliza ahora la Seguridad Social es que tienes una página web donde puedes ver cuál va a ser tu pensión, que al principio funcionaba muy mal porque por poco que pusieras aparecía que todos llegaban a la pensión máxima, pero lo han corregido. Yo creo que no quieren abrirnos los ojos”.

Para Carolina Mateo recibir la ‘carta naranja’ hubiera sido “vital para hacer una planificación correcta, sobre todo para concienciarnos. Pusieron en marcha un simulador para personas que se acercaban a la edad de jubilación, pero de difícil acceso”. Sin embargo, recordó que a partir de febrero de 2021 “las gestoras de planes de pensiones de la parte de empleo tienen que enviar información a sus partícipes, pero todavía no tenemos directrices del Gobierno sobre cómo debemos hacer el cálculo. Es un paso adelante pero debería ir coordinado con el sistema público”. De ahí que barrunte que esa fecha acabe posponiéndose.

Amparo Bertomeu recordó que “cuando se aprueban las cosas están para cumplirlas” refiriéndose al envío de la ‘carta naranja’. Lo hizo reclamando que “habría que activarla porque tenemos derecho los contribuyentes pero no sabemos exigir y saber de lo que estamos reteniendo a los trabajadores a dónde se está destinando, qué es lo que va a quedar… Y más en este Gobierno de la transparencia”. En este sentido Ricardo Miralles destacó que dicha carta “es básica para tener criterio y poder complementar el sistema de pensiones, pero entiendo que hay un coste político y la eficacia de la ‘carta naranja’ es nula porque nadie puede garantizar hoy lo que va a percibir de pensión contributiva. El resultado de la ‘carta naranja’ de 2018 puede no tener nada que ver con la del año 2040”.

Un pequeño algoritmo

José Vicente Villaverde tiene claro que no recibirá la ‘carta naranja’; mientras incidió en la falta de cultura financiera entre los jóvenes. Para ello advirtió sobre la alta tasa de mortandad de las empresas en los cinco primeros años de vida en torno al 95%, tal y como cifró refiriéndose a las ‘start-ups’. “La gran mayoría de las veces hay un problema de falta de formación, una falta de cultura de gestión de empresas”. Asimismo se preguntó “cómo puede ser que en plena revolución tecnológica sigamos con un sistema como el actual donde nadie haya llegado a crear un pequeño algoritmo con diferentes escenarios a la hora de cómo va a quedar tu pensión futura. Lo que están buscando es que al final la gente complemente las pensiones para evitar tenerlas que pagar el Estado”. Mientras para Pedro Gil, “la ‘carta naranja’ tiene sus dificultades” y al hilo de esto hizo la siguiente reflexión: “Hasta qué punto un señor que recibe una ‘carta naranja’ con 30 años y en la que le dicen que va a tener derecho a percibir equis euros y pasado el tiempo diría usted me dijo hace 30 años que iba recibir tanto… y lo lleva a un juzgado. Ahí se demuestra precisamente la falta de cultura financiera y al final hay que interpretarla en sus justos términos”.

Los planes de previsión social y el papel que desempeñan las empresas fue otro de los temas que puso sobre la mesa Valencia Plaza, que están incluidos en la nueva reforma de las pensiones dentro del ‘renovado’ Pacto de Toledo. El profesor Devesa manifestó que “ahora parece que lo más importante es el ahorro complementario; de repente ha cambiado la dirección del viento y tengo ganas de ver cómo se van a diseñar porque hay bastante incertidumbre”. En este sentido la responsable de Desarrollo de Negocio de Ibercaja Pensión se congratuló porque “desde el sector veníamos pidiendo el incentivo de los planes de pensiones de empresa, y que haya una alternativa de ahorro complementario, que se extienda a más trabajadores”. Además, recordó que “hoy en día los planes de pensiones de empleo no admiten a los autónomos y no tiene mucho sentido”.

La directora general de Anieme planteó si “alguien cuando empieza a trabajar se le preguntara tú quieres que se te detraiga equis cantidad para aportar a la Seguridad Social, que cubre esto, esto y esto… Yo sinceramente creo que todos diríamos que no; diríamos déjeme usted que yo de forma voluntaria me comprometo y ya me haré mi plan, y si me equivoco me equivoco yo. Sería una quiebra brutal”. Para Ricardo Miralles, los incentivos del segundo pilar de las pensiones - las contribuciones empresariales en favor del empleado y otros sistemas de previsión social empresarial- “son asimétricos: por la parte del trabajador ha sido a golpe de cambio de fiscalidad, y para la empresa simplemente es que no hay ningún tipo de incentivos”. En este sentido el director de Economía de la CEV manifestó que hace dos semanas coincidió –junto con Enrique Devesa- con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y se lo preguntó… pero sin obtener respuesta alguna; mientras que para Pedro Gil “el supuesto beneficio fiscal de las pensiones no es más que un diferimiento”.

Y, por último, entre otros aspectos abordados en este más que interesante webinar sobre un asunto tan relevante para la ciudadanía española como las pensiones estuvo –cómo no- la nueva reforma del Pacto de Toledo. ¿Será la definitiva 25 años después de su nacimiento? Para el doctor en Economía “no es una reforma sino más bien una contrarreforma porque ha cambiado el índice de la revalorización de las pensiones por el IPC, de factores de sostenibilidad no ha hablado para nada y parece que en 2023 se puede volver a implantar, cuando tenía que haber sido en 2019. Lo más importante es que ha sido un acuerdo mayoritario, pero de mínimos que ha pasado por los temas complicados de puntillas y ha ido a la parte fácil que era revalorizar las pensiones con el IPC. Está casi todo por hacer”.

Recomendaciones, ideas y teorías

Por su parte, Carolina Mateo manifestó que “al final es una batería de recomendaciones, ideas y teorías, que se la dejan al Gobierno o a los gobiernos que vengan. Lo bueno que tiene es que está hecha desde el consenso y no solo entre los partidos políticos sino también entre los agentes sociales para que sean integradoras y se mantengan a largo plazo”; mientras que Amparo Bertomeu señaló que “no es el último cambio y no se está teniendo en cuenta la realidad; es un tema duro, difícil y costoso. No creo que sea la última reforma”. Del mismo modo se pronunció Ricardo Miralles: “No lo va a ser; y estamos expectantes a ese diálogo social”; mientras el socio del bufete Cuatrecasas "por no ser negativo diría que el Pacto de Toledo en sí mismo es una buena noticia su existencia y merece la pena ponerlo en valor. Mayoritariamente es difícil estar en desacuerdo con las muchas recomendaciones de esta reforma, pero honestamente se queda uno con un sabor de boca agridulce porque parece una reforma bastante corta que no afronta toda la realidad del problema, ni la sostenibilidad futura del mismo”.

El último turno de palabra –tras cerca de dos horas de webinar- la tuvo el presidente de AJEV, que incidió en “la falta de realismo que les falta muchas veces a las personas que componen el Pacto de Toledo. Les falta pisar calle y ver la realidad de lo que está sucediendo. Se debe contar mucho más con la parte empresarial –sobre todo con las pymes- porque a futuro es el único vehículo que va a garantizar de alguna manera esos planes complementarios de pensiones”.

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