Wideum, gafas inteligentes para arreglar maquinaria industrial en remoto

VALÈNCIA. No se puede negar que las startups y la industria hacen un tándem perfecto. Las empresas, ávidas de reducir sus gastos con la tecnología, se acercan cada vez más a estas compañías para abrazar sus soluciones y reducir gastos con ellas. Y en esta línea se mueve la tecnológica Wideum, una compañía que busca con su primer producto reducir el tiempo y el gasto en la reparación de la maquinaria industrial.

Fundada por José López y Jano Hernández, la compañía ha desarrollado un software para prestar asistencia en remoto. Su sistema, unido a unas smartglasses, permite que el operario que debe abordar una reparación pueda ver todo lo que observa el personal de la fábrica y darle instrucciones, pudiendo hacer zoom, grabar, e incluso escribirle y garabatearle en su pantalla para que vea claramente qué debe tocar o dónde hay que cambiar una pieza, por ejemplo. 

"Al final, lo que quieres es que una persona, en otra parte del mundo, vea lo que tú estas viendo y te ayude por controles de voz, con capturas de imagen o pintando sobre éstas", explica Hernández, CTO de la compañía, quien lidera el equipo de desarrollo tecnológico desde València. Su centro de operaciones está ubicado en el espacio Arcade, impulsado por No Spoon Lab y Wildframe. Mientras, la parte comercial se encuentra en Barcelona. 

Actualmente la compañía tiene alrededor de 60 clientes, a los que mandan diferentes gafas inteligentes dependiendo de sus necesidades. Éstas, con una cámara delantera para emular los ojos del trabajador, pueden ser desde concebidas para el sol a tener una ergonomía que les permite encajar con el casco, entre muchas otras posibilidades. Para ello, trabajan con partners como Epson, Vuzix, Realwear o Iristrick. Este producto, en el que unen hardware con software, ha sido bautizado con el nombre de Remote Eye y, en realidad, no fue el primer proyecto de estos emprendedores. 

Oarsis, la incubadora donde empezó su camino

José López y Jano Hernández se conocieron en Oarsis, una incubadora de realidad virtual puesta en marcha por Mateo Moreno y Carlos López junto a Demium Startups en València y en la que los emprendedores acudían al Allstartup, un evento de fin de semana para encontrar equipo e idea. "Empezamos una idea de negocio que estuvimos estudiando, no salió adelante y pivotamos", recuerda Hernández. "Queríamos hacer un sistema de realidad virtual para trainning de personal cualificado en el sector industrial, pero vimos que tenía menos recorrido que este sistema, el de asistencia remota con realidad aumentada", explica. 

Fue entonces cuando conocieron Remote Eye, una startup que había sido lanzada en 2015 pero que, por diversos motivos, se había quedado a medias. "Llegamos un acuerdo con los inversores que tenían, Rosmiman, y lo relanzamos de nuevo". Una aventura que empezó hace dos años y medio y que en 2019 les ha permitido facturar 300.000 euros, con un equipo de casi una decena de personas. A día de hoy, su principal cliente es el fabricante de maquinaria. "Es el mayor dolor. Yo fabrico máquinas de un millón de euros y las envío a Dubái o Sudamérica. Pero si ocurre un problema con la máquina o no sé cómo funciona el receptor llama a un teléfono y la mayoría de veces no consigue solución al problema", señala. 

"Al final, el fabricante de maquinaria pierde dinero porque tiene que mandar a un técnico y el cliente está enfadado. Sobre todo, cuando hablamos de una línea de producción, si la máquina tarda un día en reparase es un día que está parada. Hablamos de pérdidas bastante grandes. Al final el fabricante lo que hace es ofrecer el servicio como premium de asistencia remota", destaca. Evidentemente, si no consigue solucionarlo siempre irá el técnico, pero la clave es ahorrar tiempo al cliente.

De hecho, estiman que el producto permite ahorros del 62% en las asistencias técnicas a las empresas que deben de prestarlas. Además, para utilizar su servicio no son necesarias las smartglasses. Y es que muchos de sus clientes simplemente utilizan el móvil y enfocan con la cámara a la máquina en cuestión. "Si la factoría está de la empresa a 15 minutos, por ejemplo, pues igual no compensa adquirir unas gafas", reconoce. Su modelo de negocio varía dependiendo de las necesidades del cliente y de cuál es la flota de gafas que necesita. 

Una ronda de financiación de 240.000 euros

Wideum ha cerrado recientemente una ronda de financiación de 240.000 euros en la plataforma de crowd-equity The Crowd Angel, a la que acudieron 46 inversores con una valoración premoney de 1,6 millones de euros. Con esta ronda, esperan contratar a tres personas más en el área técnica y otras tres en la parte comercial. Sus ventas son tanto nacionales como internacionales. Y es que, a pesar de que existen muchas gafas pensadas con funciones para la industria no se ha desarrollado tanto software, por lo que han conseguido posicionarse en el nicho. De hecho, uno de sus principales clientes se encuentra en Singapur.