VALÈNCIA. La digitalización del sector industrial es una realidad y una oleada de nuevas tecnologías está tomando posiciones en las factorías con la misión de ahorrar costes a las empresas. En este marco, bautizado bajo el nombre de Industria 4.0, la empresa valenciana WiTraC ha sabido posicionarse y convencer a clientes de la talla de Ford, Volkswaguen, Faurecia, Gestamp, Mercadona, DHL o Porcelanosa.
Javier Ferrer y Pep Pons, ingenieros industriales por la Universitat Politècnica de València con más de 10 años de experiencia en el sector, son los fundadores de la compañía en la que han desarrollado soluciones de localización y monitorización de stock en fábricas en tiempo real, además de mantenimiento preventivo y predictivo de las máquinas para reducir los costes por paros.
"Yo estaba haciendo estrategias y operaciones en PwC y eso me permitía tener un conocimiento muy bueno de cuál era el dolor o las necesidades que tenían, en este caso, las grandes corporaciones a las que nosotros ayudábamos", explica Javier Ferrer, CEO de WiTraC. Mientras, Pep Pons contaba con todo el conocimiento tecnológico, lo que supuso la combinación perfecta para materializar la idea.
"Las industrias, ya sean grandes o pequeñas, no tenían o no tienen visibilidad de lo que ocurre en sus cadenas de suministro. No saben dónde están las cosas o no saben por dónde han pasado y les faltan datos para tomar decisiones eficientes", señala el ingeniero, quien insiste en el ahorro que supone en una factoría tener toda la situación controlada.
"En las plantas están o estaban ciegos tomando muchas decisiones importantes", insiste. Un ejemplo es no saber dónde pueden estar determinadas piezas o maquinaria, para lo que han diseñado una solución de track and trace. "Cuando tú te vas de viaje, una maleta se te puede perder porque no tienes visibilidad real. Esto mismo le pasa a la industria, le falta trazabilidad en el día a día. Ese dolor es el que nosotros resolvemos con nuestra tecnología", asegura.
A través de sensores recogen los datos de la fábrica, que después pasan a convertirse en información útil a través del machine learning. "Combinando el software con el hardware convertimos el dato en la localización activa, en ahorros. A un cliente, que no puedo decir su nombre por confidencialidad, le ahorramos muchos millones de euros gracias al mantenimiento preventivo y predictivo con control térmico de lo que sucedía en sus máquinas fijas o móviles", asegura.
"Nosotros prescribimos que las empresas abran la mente al tsunami que está llegando", asegura. "Si tú has perdido algo importante en tu vida y no lo encuentras te da rabia, algo que en la industria pasa. Decisiones como que la nevera pida el tomate que se ha acabado automáticamente ya es una realidad de las máquinas industriales".
Ferrer asegura que no son ni una ingeniería ni una empresa de servicios, por lo que califica a WiTrac como el creador de una "tecnología mutante", un "equipo con súper poderes" que se adapta a cada realidad. "Hemos creado un Sales Force o un SAP pero de necesidades de track and trace, que es localizar y medir en tiempo real de manera inteligente", señala. "Hemos modificado tecnologías para que atraviesen paredes, para que localicen en indoor y en outdoor, para que aguanten dentro de un palet más de 10 años", apunta.
Respecto al posible ahorro, señala que tienen clientes de todo tipo de tamaños, pero asegura que la inversión debe ser rentable en menos de seis meses. "A un cliente le ahorramos 20 millones de dólares en 6 meses, a otro 1 millón de dólares en un mes", explica. "Una de las claves del éxito de WiTraC es que nuestra tecnología funciona y resuelve un problema real en entornos agresivamente industriales y además somos muy rápidos, adaptativos y muy rentables".
Actualmente trabajan con clientes de más de 15 países, decenas de plantas y traquean miles de flotas activas. En la actualidad son una treintena de trabajadores, pero su intención es acabar el año por encima de 100. También planean la apertura de oficinas en Reino Unido, Alemania, Estados Unidos y Latinoamérica, principalmente en México. "Tenemos muchos clientes con muchas ganas", asegura. En 2018 facturaron por encima del millón de euros.
Por el momento no han cerrado ninguna ronda de financiación, pero no lo descartan en el futuro. Y es que aunque fundaron la compañía en 2013, estuvieron tres años desarrollando la tecnología para poco después pasar por la aceleradora de Juan Roig. "Entramos en Lanzadera para estabilizar el modelo de negocio y fue salir y hacer un palo de hockey, crecer muy rápido", explica. También han recibido el apoyo de programas como StartUPV, Climate KIC o Impact Growth.