VALÈNCIA. La construcción está en plena reconversión de modelos en aras de la sostenibilidad y cada vez son más los que se lanzan a utilizar materiales y fórmulas menos contaminantes. En este camino se ha adentrado Woodea, compañía liderada por Octavi Uyà. Creada en el marco de Zubi Labs, el venture builder de Iker Marcaide, también será la encargada de la construcción de las promociones inmobilarias del emprendedor valenciano en Burjassot y Torrent.
Uyà, emprendedor catalán, pasó por Deloitte, donde estuvo más de cinco años trabajando en el sector financiero. Tras marcharse a Caixa Catalunya volvió dos años después a la consultora y, durante ese tiempo, puso en marcha un marketplace de intercambio de favores. "No funcionó, pero me entró la espinita del tema de startups", recuerda. En 2013, decidió dejar Deloitte para montar Nautal, un Airbnb de barcos.
La startup fue comprada en 2020 por Click&Boat, compañía francesa, para finalmente vender al fondo de inversión Permira. Fue entonces cuando Uyà estuvo pensando qué hacer y decidió que le gustaría volver a emprender. "Tiene sus momentos, pero lo había disfrutado mucho. Y tenía claro que el siguiente proyecto quería que fuera de impacto. Estuve mirando un montón de ideas súper diversas, desde IA a digitalización, y un día las puse en Twitter", recuerda.
Fue entonces cuando le contactó el propio Iker Marcaide asegurando que tenían un proyecto que le iba a encantar, una constructora de edificios en altura de madera. "Medio año antes había leído el libro de Bill Gates, donde descubrí que una gran parte de los gases de efecto invernadero vienen de la vivienda, no de los coches, que era lo que yo ponía como malo", explica. "Empecé a leer y vi que el tema de la madera en construcción se estaba solventado, que había un edificio de 85 metros , que no estabas perjudicando el clima porque talas árboles certificados y no deforestabas, y eso absorbe aún más CO2 que dejando el bosque solo", señala.
Aunque no sabía demasiado sobre el tema, conoció a sus cofundadores, Pablo Sáiz y Pablo Medina, referentes en el sector. El primero, doctor en arquitectura industrializada, profesor universitario y emprendedor desde 2007 en construcción industrializada en madera. El segundo, arquitecto, fue director de constructora y trabajó en el sector de automoción "de donde traemos muchos aprendizajes". Dos perfiles que le encajaron para suplir el conocimiento del sector que él no tenía. "Luego estaba el propio grupo Zubi, que tiene una promotora y unos proyectos iniciales para hacer, porque empezar una constructora desde cero es complicado", reconoce.
"Encajaban muchas cosas. Desde que podía ser un sector chulo y motivante porque ha cambiado muy poco y puede cambiar mucho en los próximos años a lo bien acompañado que iba. Entonces, me enamoró el proyecto", explica.
Uyà asegura que "madera" es el titular, pero recalca que el modelo tiene muchos más detalles. "Cambiamos la forma de trabajar totalmente. Lo habitual es que el promotor contrata un arquitecto, hacen todo el proyecto, lo licitan y las constructoras entran a construir", explica. En su caso, plantean una fórmula de trabajo colaborativo con el arquitecto y el promotor. "Ahora, le ofrecemos al promotor cada vez más un pack de cosas muy bien pensadas que previamente se pueden adaptar a sus necesidades. Es una fórmula donde se trabaja con las subcontratas de una forma mucho más colaborativa", recalca.
Su modelo pasa por diseñar la construcción, que camina hacia una fórmula industrializada donde los edificios son similares pero adaptados. Sin embargo, de la ejecución no se encargan ellos mismos, sino que se acompañan de subcontratas. "Antes, este modelo hacia abajo era cada vez una subcontrata y pegar tiros para que el trabajo salga. Con nuestra metodología, es tener dos o tres proveedores por cada elemento importante y generar relaciones a largo plazo para que crezcamos juntos.", apunta.
Para Uyà, el modelo permite hacer I+D conjunta. "En principio no nos planteamos fabricar, sino acompañarnos de industriales. Trabajar de forma colaborativa para llegar a los mejores estándares y escalar más rápido. Al final, ¿por qué nace Woodea? Por esta visión de tener impacto en clima. Para ello, tiene que ser un proyecto muy grande, y para ser grande hay que ser escalable y no queremos entrar en inversión en activos fijos", señala.
El CEO de la compañía tiene claro que la clave es convertir el proyecto en un producto "muy eficiente". "Tenemos como objetivo la sostenibilidad y queremos eliminar las partes más contaminantes del edificio y sustituirlas por otras que, o han contaminado menos o han absorbido CO2 durante el proceso. Como queremos poner madera e industrializar, si el proyecto está hecho pondrás parches y no saldrá bien. Tenemos que entrar desde el momento inicial y hacerlo bien pensando en esto.", reconoce y define su modelo como un Lego.
"Tienes piezas prefabricadas o estandarizadas, pero puedes crear cualquier cosa a partir de éstas. Tenemos la estructura de madera con elementos que pueden ser adaptables. Al final, hay dos extremos, el modelo tradicional, en el que cada edificio es un proyecto de cero que impide la mejora continua o el modelo comunista donde todos los edificios son iguales", señala. "Nosotros queremos algo intermedio, donde todos esos módulos comunes permitan la industrialización y la mejora, pero que se puedan adaptar a la personalidad del promotor, de la zona y la regulación".
Sobre la entrada de la madera en la construcción, recuerda que no hablamos de madera tradicional, con un entramado ligero y que puede quemar más fácil, sino que se trata de madera técnica. "El comportamiento que tiene es la quema de la parte exterior, eso impide que el fuego y el oxígeno entren en la parte interior y como la madera tiene poca transmitancia térmica, se conserva mejor, "apunta. Una seguridad que refuerzan con la existencia de grandes edificios en este material.
De hecho, recuerda que Europa tiene más tradición que España en la construcción en madera. "Hay proyectos emblemáticos como el de Noruega, con 85 metros de altura", señala. "Nosotros no creemos en esta competición con la altura, pero permite demostrar que si vas a hacer seis alturas es totalmente posible y en España está entrando cada vez más", reconoce. En este sentido, menciona la regulación en torno a la cuestión. "La Comisión Europea ha sacado el objetivo 55, que dice que en 2030 todos los edificios tienen que ser en construcción y en uso con huella nula de carbono y en 2050 todos tendrán que ser huella cero. Por eso, si eres un promotor tiene sentido apoyar tu estrategia en esto. De hecho, ya hay licitaciones que solo las ganas si haces un edificio en madera", asegura.
Uyà también destaca su labor en la parte de digitalización. "Los proyectistas no solían trabajar en metodología 3D ni BIM. Para nosotros, cuando hacemos este modelo, incluimos todo para poder sacar presupuesto del edificio, saber la huella de carbono, saber cuánto tardaremos y el mantenimiento posterior. Con este modelo, comparamos todas las estructuras y todos los fallos que se resolvían en obra lo anticipamos y con una mejor planificación, que nos permite que la ejecución de obra sea más clara y barata", explica.
Aunque pensaban que los dos primeros años consistirían en poner en marcha las promociones de Zubi Cities, para su sorpresa ya tienen varios clientes en cartera. Por un lado, Distrito Natural, promotora que ya ha confiado dos de sus próximos proyectos en Madrid con Woodea, y que se encuentra en Madrid. Mientras, también ha contado con éstos Valgreen, en Barcelona. "Hay una dinámica de proyectos verdes y sociales que no solo buscan vivir en algo sostenible, sino que tenga un componente de comunidad y accesibilidad y en los tres proyectos está como denominador común", reconoce.
Con este primer bloque de contratos suman cinco edificios con un volumen de más de veinte millones de euros. Un proyecto que han conseguido levantar con una ronda pre-seed de 1,4 millones de euros al iniciar el proyecto, donde la primera mitad fue desembolsada por Zubi y la otra mitad por business angels de los que querían rodearse, como un antiguo vicepresidente de Ferrovial, gente de tecnológicas unicornios o estructuristas de madera. "Buscamos los mejores de cada área", asegura.