CASTELLÓ. El azulejo tiene cada vez más claro que la crisis energética a la que se ha visto abocado en los últimos meses es la más grave desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, que supuso un auténtico cataclismo para el sector. Además de las otras vertientes en que le afecta (la falta de suministro de arcilla ucraniana o el incremento de precios de otras materias primas), la guerra en Ucrania ha agravado unos costes energéticos desmesurados cuya evolución era ya nefasta antes del estallido bélico.
Y esto no solo tiene repercusiones en el debe de las cuentas de resultados, sino que la obligatoriedad de trasladar el desorbitado precio del gas al del producto acabado se traduce ya en una afección más que evidente de las ventas, también lastradas por la espiral inflacionista global.
De esta manera, si en febrero se trataba de una ralentización, que se traducía en una caída del volumen exportado pero no en el montante económico, un mes después los peores presagios de la patronal Ascer, que ya alertó de este problema, se han hecho realidad. Así, los datos de marzo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ya recogen un descenso en el importe de las ventas en el exterior del 6,86%.
Se trata de la primera caída en la facturación en el extranjero desde el inicio de la pandemia, cuando en los meses de abril y mayo, tras el cierre forzoso de las fábricas, las ventas se redujeron de forma sensible respecto al ejercicio anterior. Ahora el importe no cae en tan gran porcentaje, pero el descenso de las ventas en cuanto al tonelaje (el Icex no evalúa los metros cuadrados, el indicador habitual del sector) es mucho más relevante: el 27,74%, ni más ni menos.
Esto ya da una idea de la situación en que se encuentra el sector, que halla serias dificultades para situar su producto en el mercado, como cada día comprueban los comerciales. No en vano, en cuanto al peso, la caída acumulada del primer trimestre es del 6,36%. Aunque coyuntural, no se trata pues de una situación anecdótica.
Y uno de los países que se está viendo más afectado es el principal destino del azulejo castellonense en el pasado año. Las ventas de revestimientos y baldosas españolas en Estados Unidos cayeron en casi un tercio de su valor en el tercer mes de este año, cuando se quedaron en 26,8 millones de euros. La caída del montante fue así del 29,77%, pero más grave fue la del tonelaje, en concreto del 43,76%, y que se suma al descenso del 18,11% del mes anterior.
