La nueva distopía de la BBC, disponible en HBO, imagina la Gran Bretaña del futuro a través de la vida de una familia, los Lyons, en un panorama geopolítico cada vez más convulso. En paralelo muestra la carrera política de una empresaria populista con su nuevo partido, el “Cuatro Estrellas”
VALÈNCIA. “La vida es mucho más loca que cualquier cosa que puedas inventar”. Con esta frase tan certera respondió a la prensa el guionista Russell T Davies (Queer as Folk, Doctor Who, A Very English Scandal) cuando le preguntaron cómo se le ocurrió el argumento Years and Years. Estrenada hace apenas diez días en la BBC, la miniserie de seis episodios acompaña a la familia Lyon durante treinta años desde la actualidad, mientras son testigos de los cambios tecnológicos y geopolíticos que, con más o menos intensidad, les repercuten como individuos. En paralelo, sin tener nada que ver con ellos, a través de reiterados debates por televisión, conocemos a una embaucadora empresaria llamada Vivienne Rook (Emma Thompson) que lanzará un partido político de corte populista llamado ‘Cuatro Estrellas’.
Years and Years resulta difícil de clasificar en cuanto a género. En primera instancia parte como un drama familiar sobre el día a día de cuatro hermanos adultos, sus parejas (una de ellas gay), un par de hijas adolescentes, dos pequeños y la abuela. Pero olvídense de Los Serrano, porque están mucho más cerca de ver una distopía como Black Mirror con ramalazos a Queer As Folk. Years and Years nos cuenta el futuro, de los Lyon y de toda la humanidad, en un tono tan creíble como desesperanzador.
“No sé si podría tener un hijo en un mundo como este. Ya no entiendo el mundo. Hasta hace unos años tenía sentido. Todo iba bien antes de 2008 ¿Recordáis cuando la política nos parecía aburrida? Ahora me preocupa todo. Ya no es solo el Gobierno, son los putos bancos. Nos tratan como algoritmos, envenenan el aire, por no hablar del Daésh. Y ahora, encima, Estados Unidos... Nunca creí que estaría asustado. Reinan las noticias falsas, ya no sé qué es verdad y qué no ¿En qué clase de mundo vivimos? Y si ahora está mal, ¿cómo será para ti dentro de treinta años? ¿De diez? ¿De cinco años?”. En los primeros minutos, el monólogo del personaje de Daniel, el hermano gay, deja claro el tono de la nueva obra de Davies, muy teatral y largos diálogos. Será una historia familiar, pero desde luego no al uso.
A partir de esa escena el reloj avanzará, unas veces más rápido y otras más lenta: Donald Trump volverá a ser elegido y recrudecerá su guerra comercial con China; el ejército Ruso tomará por la fuerza Ucrania y llevará a cabo una purga ideológica; los países ricos recibirán una nueva oleada de refugiados, esta vez procedentes de Ucrania; el Polo Norte se habrá derretido por completo; hasta que finalmente Trump disparará un misil nuclear contra una isla de China y la televisión británica anunciará el comienzo de un conflicto bélico de dimensiones desconocidas. Fin del primer episodio. No se moverán del asiento.
“Se trata de cómo sobrevivir”, aseguraba su creador a los medios al hablar del nuevo estreno, disponible desde el miércoles en HBO España a razón de capítulo semanal. Yo añadiría la coletilla “cuerdo”. Porque, sorprendentemente, los personajes de Years and Years van recibiendo golpes tremendos, consecuencia de la realidad mundial, y que de una forma u otra trastoca sus vidas, pero se mantienen en sus cabales, resistiendo unidos.
Apuntar que esta reseña solo se refiere a los dos primeros episodios, los únicos disponibles hasta ahora, de manera que no podemos analizarla todavía en su conjunto. No sabemos, por tanto, si la serie terminará con el apocalipsis total o con un sorprendente final feliz. Lo que sí podemos asegurar, porque su creador así lo anunció, es que cada episodio se cierra con un cliffhanger descomunal.
Years and Years forma parte de la nueva oleada de series británicas en las que la situación política en relación a su salida de la Unión Europea se está viendo representada culturalmente. La BBC estrenó precisamente el mes pasado la comedia negra Don’t Forget the Driver (BBC Two), creada y protagonizada por el siempre genial Toby Jones, que interpreta a un chofer de autobús, soltero y deprimido, que es sensible con el destino de sus pasajeros sin importar el color de su pasaporte. El conductor termina acogiendo en su casa a un refugiado. “El mundo se está acercando más y más a este país, y realmente no podemos bloquearlo”, reflexionaba el otro creador de la serie junto a Jones, Tim Crouch.
El pasado mes de enero Channel 4 puso también el foco en el Brexit, aunque en este caso de una manera mucho más directa y evidente, con Brexit: the Uncivil War, la tvmovie protagonizada por Benedict Cumberbatch sobre el asesor de campaña a favor de la salida de Gran Bretaña, que ideó la estrategia.
El conjunto de estas obras tienen en común que cuestionan cómo les afecta la salida del Brexit, si de verdad los británicos quieren cerrarse sus fronteras al mundo. Una pregunta todavía sin respuesta.
Fue una serie británica de humor corrosivo y sin tabúes, se hablaba de sexo abiertamente y presentaba a unos personajes que no podían con la vida en plena crisis de los cuarenta. Lo gracioso es que diez años después sigue siendo perfectamente válida, porque las cosas no es que no hayan cambiado mucho, es que seguramente han empeorado