Uno de los hoteleros del momento en la capital francesa gestiona sus proyectos desde esta casa setentera de València. Ahora, abre la puerta
VALÈNCIA. Hace tres años la edición francesa de Vogue hablaba de Marciano como el creador del momento en París a través de sus hoteles, como el Habituel, “una casa familiar que cuenta historias de los viajeros que se quedan aquí, resguardados del caos de Gare du Nord". Definidos a partir de un diseño diferencial: “equilibrio perfecto entre una atmósfera cálida y un diseño fresco”.
En 2020 la revista de decoración Milk escribía que Marciano “tiene el entusiasmo de un joven hotelero que ha conseguido elevar con una identidad fuerte el Hôtel du Temps (Paris 9e) y el Hôtel Habituel (Paris 10e)”.
En ese tiempo un miembro de The Cure se hospedó en una de sus plazas y a las pocas semanas Marciano acabó en un concierto privado en el Royal Albert Hall de Londres con la familia real. “Tres horas de The Cure, muy loco…”.
En 2021, desde su casa en Rocafort, y tras cambiar de registro, Marciano explica: “Para mí, València reúne toda la definición de un estilo de vida: cultura, comida, playa, parques. Creo en su futuro y deseo ser parte de él”.
Marciano es Yoan Marciano, de profesión creador de hoteles, emparentado con el diseño como palanca más ágil para expresar la creación de los entornos: barrios, pueblos, ciudades, culturas. Hace algunos meses Marciano decidió que iba a gestionar el Habituel y el du Temps desde València. Justo tras encontrar una casa en Santa Bárbara, Rocafort, que le permitía abastar casi todos sus propósitos: un ambiente natural “muy cerca del centro de la ciudad, a pocos minutos”. Un estilo setentero donde encajaran los muebles que llegaron de París, como los niños. Se siente a pachas, cuenta, entre Palm Spring y las estrecheces del Carmen.
Hacer de mantenedor de la capacidad imantadora de València para atraer a creadores de países cercanos es, posiblemente, tan ridículo como negar una aproximación cada vez más fértil. Se impone el tejido productivo, la disposición de una red de anclas que sirven de referencia. También, claro, unas condiciones naturales que, al igual que en centenares de ciudades, son favorables.
Más o menos entre esa alineación de causas, es por donde se deslizó Marciano, propulsado por la experiencia de una de sus diseñadoras, Laura Léonard, que previamente había comenzado a compartir su vida entre València y París.
En una mañana de primavera de invierno, Yoan Marciano atiende desde un hogar amurallado por la naturaleza a través del cual se puede desencriptar ya parte de su lista creativa de deseos. Como ocurre de manera algo infusa, la persona parece ya parte de la estructura de la casa.
Marciano, uno de los nombres del momento parisino, vive en realidad en València y quiere contar cómo ha sido esta alteración orgánica entre el espacio vital y el espacio laboral hasta hacer de Santa Bárbara y Russafa su propia nube:
La historia de Marciano, desde Santa Barbará, continuará. Acaba de comenzar.