GRAND PLACE / OPINIÓN

Zaplana, el Capitán América y el Capitán Trueno

24/04/2018 - 

He de confesar que yo soy más del Capitán Trueno —o mejor, el Corto Maltés—, nuestro héroe medieval que en pleno franquismo luchaba por los derechos humanos, aunque contra el infiel… como buen cruzado. Fue Justamente reivindicado no mucho después, durante la transición democrática, por el grupo Asfalto con la canción que lleva su nombre -para los que no sean babyboomers, que pinchen el link-. Pero vamos a tener que quedarnos con otro luchador contra las injusticias, el Capitán América. O eso pretenden ellos. Ellos no son los soberanistas que pretendieron votar la independencia de Catalunya el 1º de octubre del año pasado. Ellos son los fondos privados que han venido “a por nosotros”, como he ido contando en otros capítulos. A saber… Reconstruyendo el poema de Martin Niemöller, atribuido a Bertolt Bretcht: “Primero se llevaron las casas; pero como yo no tenía casa, no me importó. Después se llevaron las pensiones; pero como yo no era pensionista, tampoco me importó. Luego se llevaron la sanidad pública, pero entonces me puse enfermo y ya era demasiado tarde…”. Así que volvamos a Asfalto: “Si el Capitán Trueno, pudiera venir, nuestras cadenas saltarían en mil…”.

Recordemos. Había que vender el ladrillo en manos de los bancos rescatados. Miles de promociones inmobiliarias quebradas fueron malvendidas a fondos buitre de capital norteamericano. Ahora nos abocan a comprar seguros de pensiones privados anatemizando el sistema de pensiones públicas. A las puertas, esperan los fondos privados y los bancos propietarios de las compañías aseguradoras. ¿Qué quedaba del pastel? La guinda: la sanidad pública. Pues sí, eso es lo que está pasando desde hace unos años. Han estado dejando la sanidad publica en manos privadas y ha acabado en manos de fondos buitre, con su razón social en paraísos fiscales. Un ejemplo es LBEIP (Lloyd’s Bank European Infrastructure Partneers LP), con la compra del Hospital Sureste y el Hospital Puerta de Hierro en Madrid. Y otro, en casa, el de Aurica XXI, una gestora de capital riesgo, en el hospital de Alzira. “De él aprendimos, que el bueno es el mejor, lo que al pasar el tiempo comprendemos que no…”.

Lo recordaba el ex presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, en una conferencia ofrecida por el Ateneo Mercantil conmemorando los 40 años de la Constitución Española. Recibido en loor de multitud, estilo anuncio de El Corte Inglés y sonrisa “profidén”, el político con más charme que me he encontrado de cara —por segunda vez— ganaría de nuevo las elecciones en la Comunitat a poco que se lo propusiera —aunque yo nunca le haya votado ni lo pretenda—. Pues bien, nos recordaba Zaplana su gesta al estilo Capitán América, privatizando la gestión de la sanidad pública con el “modelo Alzira". Es decir, propiciando hacer negocio con la salud. Y llegó el Capitán Trueno, revestido de Govern del Botànic, para revertir la gestión de los hospitales de Alzira y Dénia a la sanidad pública. En menos de dos años y, con sentencias judiciales de por medio, ya se ha hecho realidad, al menos para el Hospital de la Ribera. Queda el hospital de Dénia, cuyo proceso se ha anunciado mientras su gestor, la compañía de seguros alemana DKV —filial española del grupo ERGO alemán—, ha accedido alegando pérdidas. En 2005, el DKV-Board Dr. Jochen Messemer dijo: Es el proyecto pionero en España. Los gobiernos a menudo carecen de los recursos y la experiencia para controlar el coste y la calidad de la atención médica”. Y se quedó tan tranquilo. “Monstruos gigantes, princesas encantadas, el malo siempre palma, la chica se salva…”. 

Pero, inesperadamente, entró en acción el Capitán América. Esta vez, en forma de fondo buitre de capital norteamericano. La empresa de seguros de salud Centene Corporation ya ostentaba la mitad del capital del hospital de la Ribera desde que en 2014 se la compró a Bankia. Y ahora ha anunciado la compra del 50% restante correspondiente a las acciones de la extinta CAM, en poder del Banco de Sabadell desde que compró la Caja alicantina por un euro. Por cierto, la Comisión Europea aprobó esta compra, así como el proyecto de adquisición conjunta del hospital del Sureste de Arganda (Madrid) por parte de las empresas españolas de infraestructuras OHL y Global Vía Infraestructuras y del fondo de pensiones holandés LBEIP, perteneciente a Lloyds. Los declaró compatibles con el derecho de la competencia. “A bordo de su barco subiríamos tú y yo, perseguidos por los años, desde que él nos dejó…”.

Es más, Centene, que desde que el presidente norteamericano Donald Trump anuló el Obamacare se quedó allí sin bocado de la sanidad pública, se ha ofrecido para comprar a DKV el 65% del accionariado. Recordemos que ya posee en Marina Salud el 35%, con lo que ostentaría también en este caso el 100% de las acciones. Y ello, antes de que la Generalitat acceda a su control. ¿Recuerdan las exageradas lista de espera en el hospital comarcal de la Marina Alta? Parece ser que no es igual para todos. A los asegurados por DKV -principalmente pacientes/clientes alemanes- se les asegura cobertura en España y Alemania. “A través de nuestros seguros de salud podrás acceder a una atención sanitaria integral con asistencia primaria, asistencia de especialistas y una completa asistencia médica hospitalaria sin esperas y con un trato muy personal. Transplantes de todo tipo sin límite. Balneario tras estancia hospitalaria”, dice DKV en su página web. Y, sobre todo, “Sin Listas de Espera ni Aglomeraciones”, así, con mayúsculas.“Vive la salud”, dicen en español en una página en alemán. “En océanos de tebeo, con escobas de papel, ¡haríamos a los piratas retroceder!…”.

Pues esto no es nada comparado con el mercado norteamericano, cuya salud está en manos privadas. ¿Han oído hablar de las empresas facilitadoras de turismo sanitario? Se anuncian libremente en internet ofertando los beneficios de los servicios médicos en el extranjero, más baratos que en Estados Unidos y de excelente calidad. En especial, junto a países como Tailandia, Turquía, Costa Rica o la India, con “transplantes sin límite" y “vientres de alquiler”, anuncian el excelente “sistema sanitario español público”. ¿Como el que incluyen los hospitales concertados, los del modelo Alzira o Dénia? En sus páginas web explican las razones para elegir España. Está en el séptimo puesto según la Organización Mundial de la Salud, bajo coste y alta calidad, los médicos hablan inglés y en los hospitales públicos hay intérpretes voluntarios, sin lista de espera, vuelos baratos y paquete combinado de vacaciones al sol para el postoperatorio, con una excelente red de hoteles en la costa. Es por ello que hace medio año Centene Corporation se puso nerviosa. El embajador español en Estados Unidos, Pedro Morenés, trasladó personalmente su inquietud por el futuro del Hospital de Dénia con una queja de la empresa al President de la Generalitat, Ximo Puig. ¿Por qué España?, repiten. Porque más de 750 hospitales trabajan bajo supervisión —y bajo el presupuesto— del Ministerio de Sanidad Español. Y porque es referente mundial en donación de órganos, ocupando el primer lugar. Recordemos que la donación de órganos está bajo estricto control de la sanidad pública. “Ven Capitán Trueno, haz que gane el bueno. Ven Capitán Trueno, que el mundo está al revés…”.

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