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grand place / OPINIÓN

Zona roja

8/09/2020 - 

La Unión había perdido el control. Los gobiernos-nación del Territorio-Europa entraron en pánico tras un verano de Desescalada total y comenzaron a pintar cada uno su mapa de colores. Decidían quién entraba y quién salía de su territorio. Calificaban a los otros países por colores sin un criterio científico común mientras el virus amenazaba con paralizar de nuevo la vida de la gente. La presidenta de la Unión apeló al espacio Schengen en un último intento por tomar las riendas y coordinar desde la ZonaZero-BRX la apertura de fronteras y la libertad de circulación de los ciudadanos europeos, una de las cuatro libertades consagradas en el Tratado y que estaba en peligro de extinción…

La Tieta acudió a su habitual cita en la terraza de La Villa para encontrarse con Marc. Como cada semana, éste era el punto de encuentro para organizar LaResistencia y pasar al OtroLado. No había tiempo que perder, el otoño llegaría pronto y, con él, otro motivo de confinamiento que limitaría sus movimientos de nuevo y definitivamente. Esta vez la excusa era la apertura de los colegios. De nuevo, los niños iban a ser estigmatizados, como lo habían sido los jóvenes durante el verano, e iban a ser vistos como los portadores del virus, como los apestados. 

En calles, comercios, edificios y transportes públicos, todos los adultos debían llevar obligatoriamente una máscara que les cubriera nariz y boca. Debían, además, guardar una distancia  social de metro y medio, y no podían reunirse en masas, los aforos y las reuniones estaban acotados. Pero los niños, no. Los niños andaban libres por la calle sin mascarilla, se cogían de la mano de los adultos y jugaban entre ellos. Pero los niños no pudieron aprender a sonreír…

Aquella sonrisa añorada llenaba los pensamientos de la Tieta, cuando Marc se acercó a su mesa en la terraza cerrada de otoño, a 120 metros de altura, frente a una pared de cristal que invitaba a disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y más allá, hasta el infinito, hasta el OtroLado soñado. En La Villa se cerró el plan perpetrado por Marc y LosOtros para luchar contra LasTec, antes de que llegara ELLA. 

JVM

Entre los documentos, aun en papel, en aquella época cuando todavía había imprentas y fotocopiadoras, estudiaron detalladamente sobre la reluciente mesa de mármol verde la resolución aprobada por el gobierno del Territorio-Europa para controlar la libertad de circulación de sus ciudadanos, de nuevo. Se trataba de la COMM (2020) 499 final, 2020/0256 (NLE), por la que se proponía a los gobiernos-nación un mapa de colores común basado en criterios científico-sanitarios para detener la propagación del virus durante el invierno.

Fue el primer intento de señalar a ciudadanos y a países enteros por colores. Pronto llegarían las app, que cambiaban de color la pantalla del móvil cuando se aproximaba un infeccioso. El rojo era el color peligroso para el contagio y luego estaban el verde, el naranja y el gris, en función del porcentaje de contagiados o pruebas de PCR realizadas por cada 100.000 habitantes. En el otoño de 2020 del AñoZero aún se contabilizaba a la población por ciento de miles, antes de que llegara el GranCaos, antes del advenimiento de EL.

-Es así cómo delimitaron el OtroLado, en un mapa de colores, para poder pasar sanos y salvos al norte de la ZonaZero-BRU, junto a la playa de Knokke, donde un amigo de la Tieta tenia un apartamento sobre el mar, lo que fue la primera sede de LaResistencia. ¿Qué dices David? ¿Vendrás conmigo? No voy a tardar en visitarlo… 

Laura había decidido investigar la historia que le dejó la Tieta en herencia sobre lo acaecido 50 años atrás, con la llegada del virus. A lo lejos vislumbraba desde su ventana la siniestra silueta en blanco y negro de La Villa. David no iba a atreverse nunca a acompañarla a la zona norte, a la zona prohibida. Nunca cruzarían juntos al OtroLado, pensaba tumbada en la chaise-longue mientras contemplaba su silueta a través del cristal verde del mojito que le había preparado poco antes…

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