VALENCIA. Poco más de dos años, Félix Abánades pisaba tierra valenciana para presentar ante los accionistas locales la nueva ampliación de capital de Quabit, la inmobiliaria fundada y presidida por este alcarreño. Entonces este diario le preguntó si mantenía alguna relación con Enrique Bañuelos tras recibir la herencia envenenada de Astroc y su respuesta cargada de ironía fue que "sí, una relación jurídica" con una amplia sonrisa de boca a boca para añadir que lo había "demandado por daños y perjuicios".
Ayer por la tarde Valencia Plaza le preguntó sobre cómo va la 'relación judicial' a lo que respondió -no sin esbozar otra sonrisa- que "seguimos de pleitos y será una larga historia porque se tergiversaron las cuentas y los valores de los activos. Creemos en la Justicia". Y no le falta razón porque de momento ha logrado ganar la demanda contra la empresa municipal de suelo de Alboraya por incumplir un contrato de desarrollo en Port Saplaya.
Al hilo de esto, Abánades reconoció que las 900 viviendas inicialmente estimadas para construir allí se han reducido a 500... siempre y cuando todo vaya bien. O lo que es lo mismo: cerrar "el acuerdo con el Ayuntamiento de Alboraya y luego con los propietarios como Alcampo" para en un plazo máximo de 3 años comenzar a construirlas.
Pero dejando a un lado el 'affaire Port Saplaya', el presidente de Quabit Inmobiliaria, que se presentó con una voz muy tocada -"hoy (por ayer) he tenido seis reuniones sin parar y el 'road show no ayuda"-, se mostró satisfecho con la marcha de la nueva ampliación de capital. "Esta yendo bien y creo que se cerrará entre la primera y segunda ronda, lo que adelantará la fecha de cotización de las nuevas acciones antes del 20 de marzo que estimábamos".
Conviene recordar que, tal y como se recoge en el folleto remitido a la CNMV, la ampliación de Quabit (QBT) cuenta con un novedoso sistema de tres 'vueltas' o periodos de asignación, dado que en el último otorgará menos títulos de los que se demanden con el fin de facilitar la toma de acciones por un mayor número de inversores, fundamentalmente institucionales. Precisamente el propio Abánades, que va a la ampliación con un 10%, comentó ayer que había contactado con inversores institucionales de la 'City' londinense.
Los que no acudirán, tal y como contó este diario, son tres de los mayores accionistas. A saber: la Sareb -el también llamado 'banco malo', Martibalsa -vinculada en sus orígenes a Astroc de Enrique Bañuelos- y el fondo KKR que "nos ha hecho una faena desinvirtiendo en pleno anuncio de la operación", reconocía el presidente de la inmobiliaria madrileña.
Actualmente son 2.650 los accionistas censados en la Comunitat Valenciana repartidos en la capital (1.775), Alicante (536) y Castellón (339), lo que representa el 16% de los accionistas totales de Quabit Inmobiliaria. Buena parte de los mismos confía que acudan a la ampliación donde ya está percibiendo el interés de family offices y sicavs.
La operación le va a permitr a QBT contar con unos 150 millones de euros para invertir y con ello "casi tenemos cubierto el plan de negocio 2017-2021". No hay que olvidar que a finales del pasado año, Quabit se alió con el fondo americano Avenue Capital que le aporta una línea de crédito de 60 millones de euros -ampliable hasta 80 millones-, a lo que hay que sumar la financiación bancaria y lo que consiga de la ampliación de capital inicialmente prevista para 38 millones de euros.