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el cudolet / OPINIÓN

De pobres a ricos, el bono valenciano de la cesta de la compra

24/06/2023 - 

En múltiples corrillos en los que participo ya sean tertulias de bar o reuniones con amigos y familiares, casi siempre y en tono despectivo o jocoso, aparecen de fondo los beneficiarios de las archiconocidas paguitas. No me sorprende en absoluto, cuando la crítica viene de alguna mente libre o espíritu neoliberal, con acierto o no, satanizan a los "vagos y maleantes" que las disfrutan. Suelo responderles que son políticas sociales y que no solo las ponen en circulación gobiernos socialdemócratas o de izquierdas, también dirigentes conservadores.

La pasada semana mantuve una conversación con uno de ellos, amigo en la distancia ideológica, analizábamos y departíamos sobre el efecto del bono de la cesta de los noventa euros, expendido por el gobierno socialista de Ximo Puig.

Mi amigo apelaba a la no necesidad del mismo, un gasto más, yo le replicaba que indirectamente, él se beneficiaba mensualmente de la educación concertada por dos de sus hijos, y su esposa había acabado de cobrar el subsidio.

También le recordaba que el sector del automóvil, del cine, de la Universidad en colaboración con la empresa privada, y otras tantas industrias habían o recibían ayudas, sin olvidarnos del rescate público a la banca. En otra dimensión o formato no eran paguitas, sino sueldazos.

Tras varios rifirrafes volvimos a centramos en el origen del debate, el bono de la cesta de alimentación, que con un presupuesto cercano a los 48 millones de euros, casi 500.000 valencianos se iban o se habían beneficiado ya desde que se puso en vigor.

Mi colega otra vez volvía a cargar contra él, e incluso se atrevía a compararnos con el demonio, Venezuela. Yo le respondía que una sociedad de bienestar amparada por el "sano" capitalismo, lo triste era que supuestamente los niveles de pobreza crecían cada año más entre las familias valencianas.

¡Qué llegar a repartir tarjetas para hacer la compra era inadmisible! ¡Qué nunca deberíamos haber llegado a esta situación! Sin dejarle el turno de réplica, le indicaba que lo más curioso de esta ayuda era la organización de la misma. Me sorprendía que un gobierno de proximidad, así se han declarado, que creía en el motor del pequeño comercio o la Pyme, había necesitado de la ayuda para ponerlo en marcha de grandes empresas o multinacionales del sector de la alimentación, contando con la participación también del pequeño comercio.

Que de todo el dinero destinado me hubiera gustado saber los niveles de los porcentajes en el gasto de la cesta. Me jugué una cerveza a que la mayoría de la ayuda pública iría a parar a las cajas registradoras de los grandes. Y con eso acabé matizando, pues eso, el dinero ofrecido a los "pobres" acabará haciendo más ricos a los ricos. Aquí no hay Robin Hood posible. La gestión se podía haber hecho de otra manera.

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