Familias refugiadas de Ucrania llegan en autobús a València (Fotos: Eduardo Manzana)
Familias refugiadas de Ucrania llegan en autobús a València (Fotos: Eduardo Manzana)
Familias refugiadas de Ucrania llegan en autobús a València (Fotos: Eduardo Manzana)
VALÈNCIA. A las 8:30 de la mañana de este jueves por la Avenida de Tarongers pasaban decenas y decenas de vehículos. Los viandantes ni siquiera prestaban atención a la escena, normal y rutinaria. Pero unos minutos después, el autobús fletado por Consultia Business Travel, en colaboración con Juntos por la Vida, aparecía en el lugar con los 47 ucranianos trasladados desde Przemyśl (Polonia) en su interior y un cartel luminoso con el texto 'UCRANIA' encabezando la expedición. De este modo, y tras 43 horas de viaje atravesando Europa, las familias evacuadas ya se han podido dar los primeros abrazos con sus familias de acogida en el campus de la Universitat Politécnica de València.
"Hemos estado en vilo, sin descansar", confesaba la madre de acogida de Katya, una de las evacuadas que estuvo muy pendiente del teléfono durante todo el día de ayer para ir alertando a su familia en España sobre el avance del bus, la hora estimada de llegada y el lugar en cuestión. Todos estos datos fueron conocidos por los conductores y los pasajeros a lo largo de la madrugada del jueves.
El punto de encuentro indicado por el empresario Juan Manuel Baixauli, una de las principales figuras detrás del operativo de traslado, fue el Rectorado de la universidad. Allí se concentraban las familias, los voluntarios de la fundación valenciana, los equipos de prensa y algunos trabajadores de la universidad, teléfono en mano, ante el extraordinario momento en lo que parecía un jueves más.
Desde lo alto de la cabina, los más jóvenes pasajeros que transportaba el vehículo saludaban, y, nada más detenerse frente a la muchedumbre, las puertas se abrieron. La gente no se lo pensó ni un segundo: cargados con el equipaje, bajaron rápidamente las escaleras. Al primer abrazo ya en suelo valenciano le sucedió un multitudinario aplauso.
A los pies del bus comenzaban a reunirse los refugiados. Junto a ellos sus familias y, además, Baixauli, quien no podía esconder su emoción después de estar los cuatro días que ha durado su "misión" pendiente del trayecto del bus, tanto cuando salió de Bétera hacia Przemyśl, como cuando salió de Polonia de vuelta a València.
Muchos de los refugiados se han conocido estos últimos días en el centro comercial Tesco, en Przemyśl, reconvertido en punto de acogida de migrantes. Otros se conocían de un pelín antes, de las evacuaciones realizadas dentro de Ucrania para alcanzar los puestos fronterizos. Muchas horas compartidas que, para algunos, ya llegan a su fin.
Y es que no todos se van a quedar en la Capital del Turia. En varios casos, como el de Katyana, que viene con sus tres hermanos pequeños y su madre, o el de Julia, que logró huir de la guerra con su suegra y su hija de tan solo siete meses, el destino está un poco más al norte. Ese destino, concretamente, será Bilbao, donde ambas ya estuvieron en varias ocasiones participando en las acogidas regulares que Juntos por la Vida organiza desde 1994.
Por ello, para Julia, llegar a València no es, ni mucho menos, sinónimo de descanso. A la joven madre ucraniana y a sus dos acompañantes aún les queda por delante otras seis horas de bus hasta la ciudad vasca. "Nosotras aún no paramos", exclamaba con alivio mientras le daba de beber a su hija, por fin sentada en un carrito.
Tanto los recién llegados como las personas voluntarias que las acogerán en sus casas pudieron disfrutar de un desayuno organizado junto a la entrada del Rectorado, donde se detuvieron unos minutos a reponer fuerzas y a esperar a que se les permitiera la entrada al edificio para realizar los trámites pertinentes tras su llegada.
No son los primeros en llegar a la Comunitat. Desde el inicio de la invasión rusa, la sociedad valenciana se ha movilizado para atender en la medida de lo posible a las víctimas del conflicto. Según los datos que comunicó hace una semana Ximo Puig, más de un millar de refugiados ya han encontrado asilo en València, Alicante o Castellón. Acnur habla de entorno a 2,2 millones de ucranianos que han tenido que salir de su país en dirección Polonia, Eslovaquia o Rumanía, entre otros países.
Allí se les espera para trasladarlos a puestos como el de Przemyśl, donde ha podido estar estos últimos días Valencia Plaza para cubrir un operativo que no se detiene con la llegada de este bus a la UPV. Como Baixauli ya adelantó a este diario hace un par de días, uno de los objetivos de esta iniciativa - más allá de traer a España a los 47 ucranianos - parece haber sido alcanzado: influir a otras personas con capacidad económica para que imiten su gesto y posibiliten que Juntos por la Vida siga recibiendo buses en Polonia donde ubicar a los refugiados que constantemente les llegan a su pequeño e improvisado puesto en la frontera.
No fueron Katyana, Katya, Julia y compañía las únicas personas provenientes de Ucrania que llegaron a la Comunitat este jueves. Tal y como Juntos por la Vida ha hecho saber, un autobús fletado por el Ayuntamiento de Burjassot tenía prevista su llegada a la localidad "sobre las 10 de la mañana". Con este último, ya son cuatro los autocares movilizados para ayudar a la fundación a evacuar hasta un total de 230 personas esta semana. "La ONG prevé continuar con el traslado de refugiados en los próximos días", afirman como colofón al operativo mediante el cual viejos y nuevos conocidos de esta ciudad se reencuentran en ella con la guerra como causa inesperada.