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a menos de un año para su apertura

El CaixaForum València desvela sus secretos

15/10/2021 - 

VALÈNCIA. Una nube. Un bosque. Una cueva. Pocos adivinarían, rodeados por estas formas, que nos encontramos en una de las megaconstrucciones de Santiago Calatrava. Y es que lo es y, a la vez, ya no. El CaixaForum València comienza a dar forma a su esqueleto, un proyecto que se levanta silenciosamente entre las valvas que dan forma al Ágora de la Ciutat de les Arts i les Ciències. Lo hace desde ese mes maldito, el marzo de 2020, en el que se iniciaron los trabajos, obras que tuvieron que pausar pocos días después a causa de la pandemia. Por suerte solo fue durante unas pocas semanas y, tras el traspiés, el proyecto siguió su curso natural con un claro objetivo: la apertura en la primera quincena de julio de 2022. Con la cuenta atrás en marcha, el espacio abre sus puertas de manera excepcional para presentar a prensa el avance de sus obras, que superan ya el 50% del trabajo planeado, un ecuador que ya queda en el pasado y que nos acerca a una inauguración que desvelará todos los secretos del diseño del arquitecto Enric Ruiz-Geli. Aunque ayer no fueron pocas las incógnitas que se despejaron.

“Esto es algo más que un museo”. Con estas palabras encapsulaba Elisa Durán, directora general adjunta de la Fundació La Caixa, lo que supone este proyecto para la entidad, un nuevo espacio que se suma al resto de CaixaForums que se reparten por distintas ciudades de España. Aunque este nuevo espacio estará conectado directamente desde el punto de vista expositivo con el resto –de hecho, son las mismas muestras las que itineran entre los distintos centros- tendrá su propia singularidad. Y esa singularidad pasa por el propio continente, una parte de especial importancia para la fundación, que mima sus sedes en cada una de las ciudades en las que aterriza para que sean tan atractivas como su oferta expositiva. La propia Elisa Durán ponía este aspecto a la misma altura que el público y el contenido, en tanto que las “tres patas” que sostienen el proyecto. Y del contenedor tocaba hablar ayer, de un espacio que es un edificio pero, también, una “intervención artística”, un trabajo que ha cambiado por completo el interior de un Ágora que había perdido objetivo en sus últimos años.

Foto: KIKE TABERNER.

“Toda la intervención se hace en diálogo con la obra de Santiago Calatrava”, destacaba Ruiz-Geli, director del estudio Cloud 9 y responsable del proyecto del CaixaForum València. Es esta palabra, diálogo, bien importante para entender la intervención que allí se ha hecho. Pues no se trata de una fusión entre la obra del valenciano y el nuevo centro, sino de una conversación entre dos interlocutores que, aunque conviven, tienen su propia personalidad. Precisamente por esto, destacaba el arquitecto, han querido evitar dibujar el espacio con colores blancos, para evitar una “competencia” entre ambos proyectos. “No es un edificio con otro edificio dentro. Es un edificio con un paisaje interior”, deslizaba el arquitecto. Otra palabra clave, paisaje, para entender el proyecto y que se puede apreciar en un primer vistazo a la obra que ya se dibuja dentro del Ágora. Colores verdosos o marrones, madera y cerámica, levantan unas estructuras que remiten a elementos naturales, un paisaje artificial en el que el Ágora es el cielo.

Este paisaje mediterráneo –“de Cap de Creus a la Albufera”- tiene, además, su propia nube. Esta es una de las estructuras más espectaculares del proyecto, una plataforma que sobrevuela las salas de exposiciones en la zona central del Ágora, que intenta crear una sensación de falta de gravedad y que, entre otros materiales, se construye con viruta de vidrio reciclado. A pocos metros de la nube se encuentra el acceso a uno de los espacios clave del centro, el auditorio, con capacidad para acoger a cerca de 300 personas. La sala, además, incluye una nueva intervención artística que se suma a las ya anunciadas de Inma Femenía y Anna Talens. El artista Frederic Amat ha sido el encargado de realizar una intervención en el techo del auditorio, que habla del “drama” que viven los bosques con el cambio climático, un proyecto que ahora se dibuja con una suerte de ‘estacas’ que cuelgan del techo, funcionando casi como un espejo de los futuros espectadores que ocuparán su butaca bajo las obra.

No es el único nombre propio que participa del proceso de creación del centro. El ceramista Toni Cumella, especializado en aplicar esta artesanía a la arquitectura, ha recibido el encargo de revestir de cerámica el edificio de administración y la sala vip del futuro centro. "De esta forma, lejos de limitarse a la funcionalidad, el proyecto de CaixaForum València es en sí mismo una creación artística que conjuga arquitectura y arte, si es que alguna vez han estado separadas, y que acogerá exposiciones y actividades de arte y ciencia", ha subrayado Durán.

Y, por supuesto, las salas de exposiciones, dos espacios de 1.000 y 500 metros cuadrados respectivamente que serán la parte principal del museo, dos salas que, aunque con forma propia, tiene una dimensión similar a la del resto de CaixaForums de España, una decisión que responde a la propia naturaleza del proyecto, que dibuja una serie de exposiciones que itineran por todos sus centros sin apenas modificaciones. Para conocer el contenido de su programación todavía habrá que esperar algunos meses, aunque algunas cosas sí están claras: abrirán con dos exposiciones –a pesar de inaugurar dos meses antes de la presentación de temporada- y, además, aprovechará el contexto estival para impulsar las ‘Noches de verano’ que ya funcionan en otros CaixaForum, una programación nocturna de conciertos, cine y actividades variadas.

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