VALÈNCIA. El PSPV, Compromís y Unides Podem han constituido ya la comisión para la negociación política de los presupuestos. Un acuerdo al que llegaron el pasado viernes después de que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, asumiera la exigencia de la vicepresidenta, Mónica Oltra, y que supone elaborar las cuentas por encima de la Conselleria de Hacienda –encargada hasta ahora de hacerlo con cada departamento–.
La conformación de la mesa cuenta con algunas claves. Una, que será reducida, a diferencia de la comisión de seguimiento del Pacto del Botànic (más numerosa). Dos miembros por fuerza política y la directora general de Presupuestos, Eva Martínez. En total, siete espadachines. La segunda, que cada uno ha combinado los perfiles de sus representantes. Uno más político y otro más técnico o, al menos, con mayor conocimiento de la confección de cuentas.
Por parte del PSPV acudirán el secretario autonómico de Promoción Institucional y Cohesión Territorial, Alfred Boix, y el secretario autonómico de Presidencia de la Generalitat, Andreu Ferrer. Dos personas de la total confianza de Puig. En representación de Compromís se encuentran el secretario autonómico de la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, Iván Castañón, y el secretario autonómico de Hacienda de la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico, Francesc Gamero. Ambos muy cercanos a Oltra. Las dos formaciones han optado así por cuatro personas de amplia experiencia, unos como cabezas pensantes en materia económica y otros bregados en la contienda política.
En cuanto a Unides Podem, sus miembros serán Cristian Veses, subsecretario de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática (de Esquerra Unida), y César Lledó, secretario político y de comunicación de Podem y jefe de gabinete del recién entrado vicepresidente segundo del Consell, Héctor Illueca. Dos perfiles más políticos que forman parte de las direcciones de sus respectivos partidos.
Por último, se ha incorporado Eva Martínez, quien según fuentes del Consell asumirá un papel más de "relatora" al tratarse de la persona que más controla el presupuesto. Su objetivo será, indican, aterrizarlo a la realidad. "No vamos a decidir partidas al milímetro, pero sí la arquitectura general de las cuentas y las líneas maestras. También asegurarnos de que marquen la hoja de ruta del acuerdo por la recuperación Alcem-nos y se cumplan los compromisos", explican desde la Generalitat.
La primera reunión para constituir la comisión sirvió como toma de contacto para la planificación del trabajo y se desarrolló en un clima de cordialidad tras el caldeado ambiente de los últimos días, de modo que se emplazaron para continuar con los encuentros las próximas jornadas en función de las agendas.
Precisamente este martes tendrá lugar otra cita de importancia entre Mónica Oltra y Héctor Illueca en la sede de Vicepresidencia. La convocatoria oficial es para tratar temas comunes de las dos consellerias que dirigen, como por ejemplo viviendas para personas vulnerables. Pero el significado de la reunión va más allá tras el episodio de la semana pasada en el que Oltra plantó al conseller de Hacienda, Vicent Soler, después de que éste hubiera incluido un encuentro con Illueca el mismo día que lo tenía con ella.
El motivo del malestar es que la intención de la vicepresidenta del Consell era reclamarle una negociación conjunta y global de los presupuestos entre los tres socios, una exigencia que llevaba trasladando varios años. El hecho de que Soler citara también a Illueca sin previo aviso, unido a que la previsión parecía ser que lo iba a hacer igualmente con el resto de titulares de departamentos las siguientes jornadas, no gustó a Oltra. La interpretación era que no se había querido atender la petición y que no existía intención de dialogar sobre el asunto.
El vicepresidente segundo sí acudió a la reunión con el titular de Hacienda, de modo que el encuentro con Oltra puede servir para escenificar que la sintonía entre ambos no se ha visto afectada –pese a que su decisión causó desconcierto entre los morados– y que pueden ser aliados en ciertas reclamaciones en la elaboración de los presupuestos.
Lo que parece que no se ha rebajado del todo es el cabreo de la vicepresidenta de la Generalitat con Soler. "El conseller de Hacienda no me dice 'así' y yo obedezco como una niña pequeña. Represento a una parte muy importante del Gobierno que luego tiene que votar el presupuesto. Aquí no vale que venga y me diga lo que tengo que hacer. ¿Esto qué quiere decir?", afirmó durante una entrevista en À Punt.
"Hay 17 personas del grupo parlamentario de Compromís que tienen que apretar un botón para aprobar las cuentas, y eso se tiene que negociar. Esa es la dialéctica política, no un señor que decide por todos. Y menos cuando te encuentras toda una Sección, la 20, de subvenciones a dedo, de ayudas directas a los ayuntamientos con una composición partidista, en una lista muy cuestionable. Eso es una deslealtad tremenda y feo. Quiero conocer hasta la última cifra, actos de fe nunca más", añadió.
De ahí, en su opinión, la importancia de la comisión, cosa que no parece compartir Puig. "No hay que darle una relevancia extraordinaria", señaló este lunes, porque es "un instrumento, como otro, de acordar y deliberar". "Yo respeto a todas las personas, creo que el respeto es el fundamental en la vida pública", dijo en otro de sus mensajes dirigidos. Lo "importante", bajo su punto de vista, es "consolidar" lo que ha sido una constante en el Botànic de presentar las cuentas "en tiempo y forma".