VALÈNCIA. El exdirector general de Vaersa con el PP entre 2007 y 2011, Felipe Espinosa, declaró este martes como acusado durante la segunda jornada del juicio con jurado por la causa que apunta a que utilizó la tarjeta de la empresa pública dependiente de la Generalitat para fines personales y no en relación a su actividad. Lo hizo para tratar de defender los gastos que se cuestionan. Aunque el global de las cantidades no justificadas superó los 105.000 euros, lo ocurrido antes de 2011 se encuentra prescrito. Entre ellas constan unos 54.000 euros en restaurantes, 140 euros en una estación de esquí en Andorra u otros desembolsos en Leroy Merlin. "Seguro que eran de trabajo", fue la escueta respuesta del exalto cargo ante las insistentes preguntas de la Fiscalía, sin concretar para qué.
En los mismos términos se pronunció respecto a un gasto de 300 euros en una cervecería o respecto al destino específico de numerosas extracciones de efectivo en diferentes cajeros automáticos, que generalmente ascendían a 500 euros cada vez y sobre las que figuran hasta 48 operaciones. Sobre un viaje a Colombia en el que se abonó de forma anticipada el billete de avión y el alojamiento pero para el que sacó previamente 1.500 euros en efectivo, ha explicado que "no se podía pagar todo con tarjeta" en ese país. Tampoco justificó, en todos estos casos, el empleo de las cantidades porque, aseguró, no lo recordaba.
En la investigación constaban otros usos de la tarjeta, como las revisiones de un vehículo en el concesionario Jaguar/Land Rover, que alcanzaron los 6.478,56 euros, así como la gasolina. En este sentido, señaló que llevaba de coche oficial un Land Rover, pero que no tenía tarjeta de gasolina porque era de leasing y no de renting.
Espinosa trató de aclarar los desembolsos realizados los fines de semana en el club social de la Urbanización Alfinach, en el municipio de Puzol y donde él residía, además de las costosas comidas los viernes en el restaurante El Molí, de la misma localidad. Algo que se debía, según expuso, a que trabajaba muchos fines de semana. "Iba a mi despacho muchas veces", dijo, a lo que la fiscal le preguntó si acudía cuando no estaba comiendo en restaurantes: "No tiene nada que ver una cosa con la otra", replicó.
"nadie me ha pedido que dé ninguna explicación para aclarar una factura, cargo o ingreso"
El exdirector de Vaersa hizo hincapié en que desde que cesó "nadie" le ha pedido que dé "ninguna explicación para aclarar una factura, cargo o ingreso". "Si me hubieran contactado hace 8 años habría sido más fácil dar detalles", añadió.
El que fuera alto cargo quiso aclarar que no es afiliado a ningún partido ni tiene ninguna relación con nadie del PP. También sacó pecho de su gestión en Vaersa porque cuando entró había una facturación de 40 millones de euros con una plantilla de mil empleados y dejó la empresa con una facturación de 100 millones y unos 1.600-1.800 trabajadores. Momento en el que la fiscal le recordó que en 2008 hubo pérdidas de 18 millones de euros; en 2010 de 310.000; y, cuando se fue, de 4 millones de euros.
La representante del Ministerio Público quiso aportar al caso el histórico de condenas que acumula Espinosa: una por irregularidades cometidas en la compra de 67 vehículos todoterreno en Vaersa, otra por el pago de unos complementos de productividad y una tercera por gastos indebidos en una empresa privada en la que trabajaba. De hecho, en este último caso se produjo una mecánica similar a la que ahora se enjuicia en Vaersa.
En la sentencia, la Audiencia Nacional se concluía que más de 760.000 euros fueron cargados por el exalto cargo a la empresa en base a justificantes de gastos que carecían de autorización alguna. Entre ellos, algunos "absolutamente alejados de la actividad empresarial" como "comida de perros, tabaco, colegio, compras de ropa, combustible, compras de supermercado, jardinería, dentista, compras en electrónica, seguros, aviones, coche de alquiler". Los más significativos, de acuerdo con la resolución, se producían en días no laborables y en lugares donde la empresa no tenía actividad (viajes y estancias en Denia, Málaga, pista de esquí de La Molina-Gerona o India-Islas Maldivas).
La jueza del nuevo caso que se enjuicia rechazó este martes la incorporación de estas sentencias firmes tras la protesta de la defensa de Espinosa.
A lo largo de la mañana también desfilaron diversos testigos. Entre ellos, un interventor de la Generalitat, quien remarcó que el uso de estas tarjetas está prohibido desde 2015 por la ley de Transparencia. Durante su declaración, explicó que realizaron un informe que el Consell les pidió cuando se produjo el cambio de Gobierno al detectar irregularidades. En ese momento pidieron a Vaersa la documentación y les fue remitida parte, pero no toda la justificación exhaustiva de los gastos.
Así, le remitieron a Espinosa varios burofax para tratar de contactar con él y que facilitara lo que faltaba, pero les fue imposible hacerlo, por lo que desconoce si dio las explicaciones oportunas puesto que los interventores no vieron las facturas. Finalmente, concluyeron en el informe que los citados gastos tenían dudoso destino en relación con las funciones que ejercía.
"Espinosa no distinguía entre gastos de empresa y personales de la tarjeta de crédito como su predecesor"
Otro de los testigos fue el exfinanciero de Vaersa, quien apuntó que cuando Espinosa llegó a su cargo avisó de que todos los gastos de su tarjeta de crédito eran "gastos de empresa", una manera de funcionar distinta a su predecesor, quien dividía los gastos suyos personales y los de la empresa -cargados en la Visa- y lo reintegraba en efectivo a la mercantil. "Espinosa no distinguía", insistió.
Por su parte, la exdirectora de Recursos Humanos de la empresa entre 1993 y 2012 explicó que normalmente se reunía con Espinosa entre semana pero también, por motivos de trabajo, podía hacerlo en fin de semana. Recuerda que acudió a su vivienda de Puçol pero no sabe si comió con él allí en fin de semana. Sobre los horarios y disponibilidad, comentó que los máximos responsables debían estar operativos los siete días de la semana por si había algún incendio o cualquier tipo de accidente de trabajo en ese periodo.
Uno de los ingenieros relató que el tipo de trabajo que desarrollaba la empresa –vigilancia forestal, incendios, plantas de residuos...– conllevaba reuniones de los equipos algunos fines de semana e incluía comidas. Mientras, la entonces secretaria de Dirección en Vaersa admitió que no era habitual que Espinosa indicara en los tickets de la empresa con quién comía ni por qué.
La Fiscalía modificó sus conclusiones y rebajó la petición de 6 a 4 años de cárcel para el exdirector de la empresa por un delito continuado de malversación al aplicar atenuante de dilaciones indebidas. También solicita una indemnización de 19.000 euros en concepto de responsabilidad civil. Pena a la que se adhiere la Abogacía de la Generalitat.