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OLtra abogaba este jueves por tomar medidas más restrictivas

Miedo en la hostelería valenciana ante un nuevo cierre de los negocios 

5/11/2020 - 

VALÈNCIA. Incertidumbre y miedo en la hostelería valenciana. La posibilidad de un nuevo cierre de los negocios sobrevuela en el ambiente ante le evolución al alza de los contagios en la Comunitat Valenciana. Este jueves la autonomía registraba 23 fallecidos y 1.804 nuevos casos de coronavirus confirmados, que sitúan la cifra total de positivos en 67.351 personas. Además, comunidades como Cataluña, Castilla y León, Melilla, Navarra y Asturias son algunas de las regiones que ya han decretado el cierre para atajar la curva, a las que este pasado jueves se sumaban Murcia y Galicia. 

Un escenario que lleva a la hostelería de la Comunitat Valenciana a temerse sus peores presagios y asumir que su clausura será inminente. "El sector está en un momento de verdadera angustia económica", asegura Manuel Espinar, presidente la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunitat Valenciana. La situación es dramática y no ven que la Administración les tienda la mano. "Nadie se acuerda de que en la anterior crisis los que tiramos del carro para salir fuimos el turismo y la hostelería", subraya.

Pero, además, hay miedo, preocupación y mucha incertidumbre. "Llevamos meses trabajando y con la mirada puesta en la evolución de la pandemia, que lamentablemente, muestra datos negativos. Si por fuerza mayor se decide cerrar la hostelería, evidentemente, el sector no tiene músculo financiero para sobrevivir por sí solo", advierte Joan Tomás Starlich, portavoz de la Coordinadora de Hostelería de Barrios de Valencia.

Aunque todavía no hay una decisión tomada en este sentido, la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, se mostraba partidaria de adoptar "medidas más restrictivas" para frenar el avance del coronavirus y de tomarlas "en el ámbito relacional, básicamente en la hostelería", como han hecho otros países europeos. "Hay que restringir la parte de sociabilidad porque la mayoría de brotes son de origen social", incidió Oltra. Más tarde, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, señalaba que será el viernes cuando se tomarán "medidas no compulsivas ni improvisadas" y que "atiendan a la realidad social y económica" de la Comunitat Valenciana.

Jarro de agua fría para un sector que se encuentra en una situación desesperada. Según estimaciones de Conhostur, a finales de año podría cerrar el 30% de los negocios, lo que se traduciría en 10.000 locales menos en la Comunitat Valenciana. "Hay miedo en la sociedad y se está consumiendo menos porque ante la crisis se prefiere ahorrar. Hubo un momento de efervescencia en verano, especialmente en las zonas de playa, porque la gente ha ido a sus segundas residencias. Pero, en cambio, las grandes ciudades estaban desiertas. Está siendo un descalabro para el sector", lamenta Espinar.

Desde la Coordinadora de Hostelería de Barrios de València vaticinan un final de año negro, con pérdidas de más de la mitad de la facturación anual habitual. "Los hosteleros llevan desde que reabrieron tras el primer estado de alarma trabajando a medio gas, con caídas de facturación del 57% con respecto al mismo período de 2019 y afrontando el último trimestre del año, uno de los más importantes para el sector, con previsiones de facturación también del 50%", advierte Joan Tomás Starlich, portavoz de la Coordinadora. 

Si antes del toque de queda, el 53,84% de los establecimientos aseguraba que no tenía capacidad de resistencia más allá de diciembre, con este posible escenario la situación se complica. "El toque de queda ha reducido una hora nuestra actividad, lo que supone unas pérdidas de unos 160 euros de media al día, es decir, una factura en negativo de 5,5 millones de euros para el sector en la Comunitat Valenciana", subraya Starlich.

Plan de rescate

Eso sí, desde Conhosur puntualizan que un posible cierre no solo afectará a los locales de hostelería, sino que "arrastrará a todo el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías)", ya que las empresas que abastecen se verían abocadas a tener que clausurar ante la falta de pedidos. "Y todo ello teniendo en cuenta que las empresas tendrán cero ingresos, pero deudas y gastos fijos que pagar. Levantar cabeza va a ser muy complicado. Si cierran y encima seguimos sin ningún tipo de ayuda, el 30% en diciembre no levantará cabeza", afirma Espinar.

Por ello, reclama un plan de rescate que ayude a aliviar la asfixia financiera de un sector al que, a su juicio, se "está criminalizando", pero que "aglutina el 3,2% de los contagios". Asimismo, desde la Coordinadora reclaman un plan de ayudas sectorial por parte de las tres administraciones, desde el Gobierno central, pasando por el autonómico y el local. "Ayudas directas y concretas que lleguen a todos", reivindican.

"El Gobierno está dando un mensaje al revés. Los espacios son seguros y lo que no hay que hacer es asustar y ahuyentar clientela. Nos están arruinando y encima sin ninguna ayuda al sector. Estamos tirados en la cuneta", lamenta Espinar, para quien el modelo a seguir es el alemán, en el que el Gobierno pagará a las pymes el 75% de sus ingresos obtenidos en noviembre de 2019. "Nos tienen que compensar de alguna manera. Son muchas familias las que viven detrás de estas persiana", remarca Espinar. 

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