VALENCIA. Sanidad sigue dando pasos -aunque lentos- para la reversión a la sanidad pública del hospital de concesión público-privada de La Ribera. Sin embargo, los pasos no están demasiado acompasados y el orden de las decisiones no parece el más lógico. Este miércoles la Conselleria de Sanidad anunciaba la apertura -el próximo 6 de febrero- de las bolsas de empleo temporal de los hospitales públicos. Pero la sorpresa era, que entre ellos, está el de Alzira.
El departamento de Carmen Montón ha puesto en marcha una bolsa de personal estatutario cuando todavía los trabajadores del hospital -la mayoría laborales- caminan a ciegas porque nadie les ha explicado cuál será la hoja de ruta a seguir para reversión del departamento y las consecuencias que tendrá para la plantilla. Y es que hace una semana, Sanidad ya señalaba que quedan meses para saber el camino.
A finales de marzo se comunicará el futuro de los trabajadores aunque antes del 1 de abril se deberían especificar las normas para acometerla. La primera mesa técnica con los trabajadores se convocará a finales de enero para establecer el Plan de ordenación de RRHH específico para el Hospital de la Ribera. No obstante, los sindicatos señalaron que ya se les había asegurado que la hoja de ruta está definida aunque nadie en Conselleria quiera hablar sobre ello y repitan una y otra vez que se hará en tiempo y forma.
Con una bolsa abierta sobre la mesa y una fórmula de reversión sin concretar, desde algunos sindicatos opinan que malo no es, pero no entienden el orden de los factores. Otros opinan que es una buena noticia porque es algo exigido por el personal estatutario y están seguros de que no tendrá consecuencias para el personal laboral fijo del hospital. "Es normal que lo hagan si quieren recuperar el servicio público", reconocen.
Desde Conselleria de Sanidad aseguran que la intención es normalizar la situación tanto en el Hospital de La Ribera como en el resto de departamentos. "Se trata de tener la bolsa lista para cuando se produzca la reversión al sistema público, pero no se puede utilizar hasta que no se complete", explica. Eso sí, si alguna certeza existe es que la conselleria le ha comunicado a Ribera Salud la finalización del contrato.
Desde abril de 2003 no se han realizado contrataciones de personal en este departamento a través de las listas de empleo de la Conselleria. El régimen de concesión público-privada se puso en marcha en Alzira en 1999, pero solo para el hospital, por lo tanto la bolsa permanecía abierta para los centros de salud del departamento. Sin embargo, se cerró cuando éstos pasaron a formar parte de la concesión, momento en el que ya se pasaba a contratar personal cuando se necesitaban sustituciones.
Evidentemente, la apertura de la bolsa significa que, a pesar de que en un principio Generalitat tendrá que asumir a los trabajadores fijos, quienes no correrán la misma suerte serán los temporales. La lógica dice que no podrán volver a ser requeridos para trabajar al tener que ir a la bolsa a contratar. Actualmente, la plantilla del hospital es de unos 1.500 trabajadores, mientras que 300 son temporales para cubrir situaciones puntuales de mayor carga de trabajo.
No obstante, nadie debe acordarse de qué va a pasar con el Hospital de Dénia, con el que Hacienda y Sanidad negocian desde hace meses la compra de las acciones para devolverlo a la parte pública. Nada se sabe de cómo se están desenvolviendo las peticiones y en los presupuestos tampoco consta la compra. Por supuesto, tampoco se ha abierto la bolsa del hospital.
"En cuanto a Alzira, conozco a muchos profesionales allí que son buenos. Pero sería una agravio comparativo no sacar oposición. Lo lógico sería ir sacándola poco a poco, pero no garantizar la plaza. Me parece que todas las personas tienen su valía, pero si al resto de personas del estamento sanitario se les pide oposición deben hacerlas todos". Estas son palabras de Enrique Ortega, gerente del Hospital General de Valencia, en una entrevista concedida a Valencia Plaza.
Valencia Plaza ya explicaba el conflicto que podría tener la conselleria con Alzira, como el que tuvo el General con la Unidad de Hospitalización Domiciliaria (UHD). El hospital se quedó al personal de la empresa que prestaba el servicio privatizado, pero en ese momento las plazas se convirtieron en estatutarias, momento a partir del cual, según la normativa de contratación, el personal que las ocupe de forma interina hasta que se convoque el concurso-oposición debe seleccionarse de las bolsas de trabajo del hospital.
De hecho, Ortega señalaba que las plazas de la UHD saldrán en las oposiciones de los próximos meses. El conflicto en Alzira, igual que en el General, se puede producir por dos derechos contrapuestos: por un lado, los trabajadores de Ribera Salud que actualmente prestan servicio en el Área de Salud de La Ribera tiene derecho a que la Conselleria se subrogue en sus derechos laborales cuando venza la concesión y el servicio revierta a la sanidad pública. Así lo establece el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores. Pasarán a cobrar de la Conselleria y su relación será de laborales indefinidos.
Sin embargo, cuando esos puestos de trabajo se conviertan en públicos, la Conselleria de Sanidad Universal tiene obligación de convocar un concurso-oposición para adjudicarlos a quienes demuestren mejores méritos y capacidad. Esto significa que cualquier aspirante podría ganar la plaza y en cada, caso, el actual ocupante de la plaza debería ser despedido.
A esto se añade un tercer escenario, que es el que se ha dado en el Hospital General de Valencia. Antes de sacar la plaza a concurso o al mismo tiempo, Sanidad deberá transformar ese puesto laboral indefinido en estatutario. Y esa plaza estatutaria vacante estará ocupada en régimen de interinidad hasta que se adjudique, interinidad que por norma hay que cubrir mediante las bolsas de trabajo que tiene la Conselleria.