VALÈNCIA. Prasa, la 'Renfe' sudafricana, ha situado en su diana judicial a la fabricante de trenes y locomotoras Stadler Valencia. La antigua Vossloh España se ha visto envuelta en un inmenso enredo el el país, para el que asumió el suministro de 70 locomotoras Afro4000 a través de la intermediaria Swifambo Rail Leasing -un contrato con el que la empresa preveía ingresar 250 millones de euros-.
Como informó este diario, el tribunal Supremo de Johannesburgo dictó una severa sentencia contra dicho contrato, que había sido denunciado por la propia Prasa por ser las locomotoras demasiado altas para la red ferroviaria del país. El dictamen es contra Swifambo, pero Prasa ha advertido en sus últimas declaraciones que si la intermediaria se declara insolvente actuarán contra la industria de Albuixech para recuperar los 2.650 millones de rands que ya han pagado por las locomotoras -alrededor de 150 millones de euros al cambio-.
"Si se escuda en la insolvencia, la sentencia dice que Swifambo fue una pantalla para Vossloh España, y si no podemos conseguir el dinero de Swifambo vamos a conseguir el dinero de Vossloh España", amenaza textualmente el presidente de Prasa, Popo Molefe, en declaraciones recogidas por el diario sudafricano Business Day.
En efecto, el juez del Tribunal Supremo de Johannesburgo Ellem Jacob Francis fue muy duro contra la hoy Stadler Valencia en su sentencia. El magistrado dibujó un escenario en el que Swifambo actuaba como "un frente voluntario y criminal" para la valenciana Vossloh España. Su sentencia llegaba incluso a ser moralizante: "la corrupción triunfaría si este tribunal no anula la adjudicación".
El juez tumbó el acuerdo mercantil al considerar que Swifambo era simplemente un "participante simbólico que recibía una compensación monetaria a cambio del uso de su calificación de B-BBEE". "Vossloh no podía pujar por su cuenta. En cambio, concluyó un acuerdo con Swifambo en el que sus puntos B-BBEE se intercambiaron por dinero", recogía textualmente el dictamen.
Según la información trascendida durante el proceso de investigación, Sudáfrica abonó 1.800 millones de rands a la empresa valenciana -cerca de 107 millones de euros al cambio-. Teniendo en cuenta que la cifra que preveía ingresar era de 250 millones, el agujero que la sentencia dejaría a Stadler Valencia es de cerca de 143 millones de euros, una cantidad que se podría incrementar si prosperaran acciones judiciales contra ella con las que amenaza Molefe.