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MADRIDy (EFE). El incremento del consumo y la buena evolución del sector exterior propiciaron que la economía española volviese a crecer en el primer trimestre, tendencia que el Gobierno espera que se mantenga pero que oposición y sindicatos creen que se perderá por el impacto de las medidas de ajuste fiscal.

No obstante, la actividad aún es débil en todos los sectores como muestra la destrucción de 652.000 puestos de trabajo en el último año, la mayoría en la industria y la construcción, sector éste último que no consigue recuperarse de la crisis ni en empleo ni en actividad ni en inversión, cuya caída además se ha acelerado en el primer trimestre.

 Una de las variables que ha posibilitado la vuelta al crecimiento ha sido el incremento del gasto de los hogares en los tres primeros meses del año, que ha subido sobre todo por el consumo de bienes duraderos y, en menor medida, de los alimentos.

La otra pata de la demanda interna, la inversión, ha seguido cayendo pero a un ritmo menor, moderación que en el caso de la inversión en bienes de equipo ha sido notable en el último año, aunque entre enero y marzo volvió a disminuir después de dos trimestres de subidas.

Por su parte, el sector exterior mantuvo una aportación positiva al crecimiento por noveno trimestre consecutivo, algo que no ocurría desde 1997, después de que las exportaciones aumentaran en mayor medida que las importaciones.

Según el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, la leve recuperación del primer trimestre ha sido posible en buena medida por los estímulos fiscales, pero también por unos bajos tipos de interés y por la recuperación de la confianza, lo que está favoreciendo que la actividad privada vaya tomando el relevo de la iniciativa pública.

En opinión de Campa, para que ese relevo se consolide hay que generar en los mercados confianza en la capacidad del Estado para hacer frente a su déficit público con medidas de ajuste como las anunciadas por el Gobierno.

Sin embargo, todavía durante el primer trimestre del año el gasto de las administraciones se ha acelerado, debido fundamentalmente a la subida salarial pactada para los funcionarios en 2009, por lo que hasta el tercer trimestre no se reflejará en la contabilidad nacional el recorte del 5% anunciado por el Gobierno para los empleados públicos.

También ha influido en el mayor gasto público el aumento de las transferencias sociales de productos adquiridos por la Administración y suministrados a los hogares, como medicamentos o prótesis.

Aun así, el impacto de las medidas de austeridad en el PIB de este año será "prácticamente nulo", según Campa, si bien restará unas décimas al crecimiento económico del 1,8% previsto para 2011 y, en consecuencia, también se notará sobre el empleo, aunque de forma "marginal".

Para el secretario general de UGT, Cándido Méndez, si se restan estímulos fiscales e inversión pública no se conseguirá reducir el déficit, el paro seguirá aumentando y se retrasará la "débil y titubeante" vuelta al crecimiento económico.
También CCOO ha mostrado su preocupación por la "irresponsabilidad" de unas medidas de ajuste que pueden poner en riesgo la recuperación y que desplazan la creación de empleo como principal objetivo del Gobierno.
Por su parte, el secretario de Economía y Empleo del PP, Álvaro Nadal, considera que la vuelta al crecimiento del primer trimestre es coyuntural, ya que al repunte del consumo no se suman una verdadera recuperación de las inversiones, que sólo moderan su caída.