VALÈNCIA. La política contra el vehículo privado emprendida por el gobierno municipal de València desde 2015 no parece haber conseguido, por el momento, cambiar del todo la cultura de la movilidad en el Cap i Casal: aumentan los viajes en transporte público, pero el transporte privado sigue sin ceder terreno. El parque de coches particulares ha continuado incrementando de manera lineal desde que la izquierda alcanzara el ejecutivo local, primero con la coalición Compromís-PSPV-Podemos y en 2019 reeditada sólo con los dos primeros integrantes.
Los datos del propio Ayuntamiento de València lo atestiguan. De los 317.373 coches particulares -y otros 25.006 de empresa- que había registrados en 2015, se ha pasado seis años después a 328.397 vehículos de este tipo -y 25.746 de empresa-. Una subida de unos 11.000 turismos privados, un 3,5% más, según las tablas ofrecidas por la Oficina de Estadística consistorial al cierre de 2021.
Se trata de una tendencia ascendente que se repite año tras año a razón de unos 2.000 turismos cada ejercicio desde 2016. Evolución en la que no sólo puede haber influido el incremento poblacional de la tercera capital de España -casi 9.000 personas durante los años analizados-, pues la tasa de turismos por cada centenar de vecinos tampoco ha visto freno en la escalada: 40,3 en 2015 frente a los 41 en 2021.
Pero más allá de los turismos particulares, en general el parque de vehículos ha seguido en alza en estos últimos seis años -de 457.000 a 473.000 aproximadamente-. Son las motocicletas las que más han crecido en términos relativos -de 52.800 a 62.000, más de un 17%- mientras que bajan camiones -de 22.700 a 21.600- y tractores -de 7.000 a a 6.900-.
Por otro lado, sobre movilidad, las estadísticas anuales recogen también datos sobre los accesos a la capital del Túria. El consistorio todavía no ofrece datos de 2021, y teniendo en cuenta el carácter distorsionador de las restricciones de movilidad impuestas en 2020 por la pandemia de coronavirus, cabría remontarse al año anterior para analizar los datos con mayor fiabilidad. En este sentido, las estadísticas son dispares.
Mientras que el acceso de la Avenida del Cid ha experimentado un claro retroceso (-6.000 coches diarios) tras un pico en 2017, otras entradas como la de Cortes Valencianas, la Avenida Cataluña o Archiduque Carlos han visto cómo el tráfico ha aumentado, especialmente en las dos últimas con sendas subidas de aproximadamente 6.000 vehículos diarios de media. Algo similar a lo que ha ocurrido con la autopista de El Saler, con 5.000 coches diarios más de media. En la avenida Constitución y la salida de Mislata, por su parte, registran pequeños descensos.
En el campo del transporte público, la tendencia es claramente ascendente, según los datos consistoriales. Y es algo que se repite tanto en metro como en autobús. De los 60,6 millones de usuarios transportados en Metrovalencia durante 2015, se alcanzó la cifra de los 69,4 millones anuales en 2019, a falta de los datos de este ejercicio. Y en la EMT, los usuarios han crecido de los 87,9 millones a los 96,4 millones de hace dos años.
Sin embargo, y pese a la intensa promoción del carril bici y del uso de la bicicleta en la ciudad de València, el número de viajes en "bicicleta pública" ha caído en picado. Si en 2015 se cifraban casi 32.000, en 2019 este dato no llegaba a los 16.300, casi un 50% menos pese a haberse recuperado de 2018, cuando se registró el dato más bajo con 10.2000 viajes diarios de media.