VALÈNCIA. En el fragor de la València que era parada obligatoria para los grupos ingleses de la escena post-punk en sus giras, Echo & The Bunnymen presenta su disco Ocean Rain en Pachá, a las afueras del barrio de Benimaclet. Hacía apenas 20 días que habían lanzado el LP y el grupo estaba en el momento más dulce de su carrera tras la confirmación de su camino singular en la gran red de la escena inglesa gracias a Porcupine, que habían publicado tan solo un año antes de aquella noche.
Napo Beltrán y Pachá fueron la puerta grande de entrada a las grandes giras internacionales de los grupos, que también tenían el nombre de València marcado en el mapa en los primeros años de su noche vanguardista, que conectaba especialmente con Inglaterra. Echo & The Bunnymen no se resistieron a venir. El grupo nació y desarrolló su éxito precisamente surgiendo desde la misma escena que New Order, Siouxie and the Banshees o The Fall, pero, a la vez, alejándose de ellos con referencias totalmente diferentes como The Doors, David Bowie o T. Rex. Una fórmula que les funcionó a lo largo de toda la década de los 80.
El grupo se disolvió cuando Ian McCulloch probó suerte en solitario en 1988, que no cuajó. La banda volvió a reunirse en 1997 en una era totalmente diferente. Las guitarras se aligeraron, y dejaron definitivamente cualquier influencia post-punk para abrazar sonidos más alternativos, en la ola de grupos que acabarían marcando el camino del indie.
Bajo esta nueva premisa, Echo & The Bunnymen vuelve a València en 1998, en el mismo local que catorce años atrás, ahora llamado Arena Valencia Auditorium. Lo hacen un año después de su reunión, presentando Evergreen, también muy bien recibido por su antiguo y nuevo público. La redefinición les ha durado otras dos décadas. Y con ello, la banda ya ha cumplido más de 40 años sobre el escenario.
Once discos de discos de estudio que concluyen, por ahora, en Meteorites, un intento de atrapar la nostalgia de sus primeros años sin soltar el sonido característico que les ha marcado a lo largo del siglo XXI. Nueve años después, el grupo, ahora capitaneado por Ian McCulloch y Will Sergeant en solitario, junto a una banda que va cambiando según las giras, lleva años repasando su carrera a lo largo y ancho del mundo.
En València lo hizo, actuando por tercera vez. Fue en 2019, dentro del ciclo de Conciertos de Viveros, y sirvió para agitar la memoria de muchas de aquellas personas que recordaban los otros dos anteriores. La ciudad ha sido testigo de los cambios y evoluciones del grupo inglés.
Hoy se escribe el nuevo capítulo del idilio entre Echo and the Bunnymen y València, en la Sala Repvblicca. Segunda fecha de su gira de cuatro en España. Lo hacen con el aval, no solo de durar, sino también de influenciar a toda una escena que marco la segunda era del post-punk en la primera década del siglo XXI. Lo hacen también sabiendo que sus temas han conseguido traspasar la frontera de la generación que les descubrió en aquella noche en Pachá.
El concierto de este domingo es una máquina de nostalgia, y el setlist reflejará las mil caras de Echo and the Bunnymen que les han hecho únicos: el glam, la psicodelia, el post-punk, el rebufo del sonido alternativo británico…