Los dos mensajes del Botánic: quiere su Ley de Vivienda y protagonismo en la nueva Constitución
Los dos mensajes del Botánic: quiere su Ley de Vivienda y protagonismo en la nueva Constitución
ALICANTE. ¡Cómo cambia la política en un año! El 6 de diciembre de 2017, el Gobierno valenciano mantenía una continúa lucha con el Ejecutivo de Mariano Rajoy por la Ley de la Vivienda, recurrida ante el Tribunal Constitucional, y reivindicaba, como viene haciendo desde hace meses, una reforma de la Constitución y protagonizar sus cambios.
Este jueves, un año después, el mismo Ejecutivo del Botànic, integrado por PSPV y Compromís, ya sin Carmen Montón entre sus filas, y con otro anfitrión en Alicante, Luis Barcala -tras la dimisión del socialista Gabriel Echávarri- ha vuelto a exponer sus temores, aunque con un contexto diferente. El PSOE gobierna en Madrid, desde el pasado mes de junio; sigue reivindicando la reforma de la Constitución -la financiación ha quedado relegada a un segundo plano-, pero reclama defender la actual Carta Magna con un constitucionalismo militante ante la amenaza de lo que ha sucedido en Andalucía, la irrupción de la extrema derecha, el "nuevo fascismo", como lo ha tildado el presidente Ximo Puig. Y lo más curioso de todo: el mensaje iba dirigido para quienes no estaban, el Partido Popular -su representación se limitó al alcalde de Alicante-, el principal beneficiado de una hipotética alianza con esa nueva formación política que ahora ha accedido al Parlamento andaluz. "Les propongo hacer frente a las fuerzas antidemocráticas que nos acechan en la actualidad con la práctica de un constitucionalismo militante", dijo Puig ante los aplausos del público, y de representantes de todo el arco parlamentario, pero sin ningún referente del PP valenciano. El año pasado, cuando menos, se dejó ver el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez. Este año, ni eso.
Esa es la alarma que acecha hoy al sistema democrático, según Puig. Y de ahí que insistiera en su defensa sin renunciar a los cambios en la Carta Magna: "Las acciones que hoy intentan condicionar y dañar nuestra libertad, amenazando el derecho de manifestación o los actos culturales, quedarán en nada si todos los demócratas, sin distinción, nos oponemos a ellas sin fisuras", ha exhortado el presidente. "El voto no es un pasaporte que no lo justifique todo", ha reiterado
Pero el presidente del Consell también ha reivindicado los cambios en la Carta Magna. "Admiramos lo que significa la Constitución Española; la defendemos, la reivindicamos y luchamos por la vigencia sus valores, pero hay que recordar que lo único que es eterno es el cambio", ha apostillado. "Reformarla hoy, es defenderla", y ha apostado por establecer un estado federal que sustituya el actual modelo de autonomías que "sufre síntomas de agotamiento, pues permite desigualdades territoriales inasumibles".
Ha abordado la cuestión territorial. Con anterioridad lo había hecho uno de los condecorados, el magistrado Pascual Sala -ex presidente del Tribunal Constitucional-, quien ha reivindicado no solo la aplicación de la Constitución en todos sus ámbitos, sino también la necesidad de sumar a las sensibilidades territoriales de España. "El reconocimiento de las singularidades" territoriales "fortalece la unidad" del país y no al contrario", ha reclamado. "La cuestión territorial, siendo importante, no debe eclipsar el diálogo sobre otros temas que formulan el nuevo horizonte constitucional", ha reivindicado Puig tras el discurso de Sala.
"Históricamente, España ha sabido hacer constituciones, pero no ha sabido reformarlas. Es horade que eso cambie. Hoy, reformar la Constitución es defenderla", ha insistido el presidente del Consell.
Por ello, Puig ha pedido que la mejor manera de homenajear a la Constitución es procurar que nuestro trabajo se guíe cada día por los valores que proclama y los derechos que reconoce, entre la Ley de Violencia de Género.
Los dos mensajes del Botánic: quiere su Ley de Vivienda y protagonismo en la nueva Constitución
Por su parte, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ha basado su discurso en dos ideas: la necesidad de reformar la Constitución y en incorporar los derechos sociales. A su juicio, han pasado 40 años desde aquel 6 de diciembre de 1978, "la Constitución sigue siendo la misma, pero la sociedad no. Ni el contexto tampoco".
Por ello, ha defendido que "la Carta Magna necesita adaptarse a una realidad que ya no es aquella". "Hacer de la constitución un símbolo inmutable es regalarla a aquellos que hacen de las banderas, de las leyes y de las patrias, símbolos vacíos que centrifugan personas", ha advertido Oltra, en clara referencia a la nuevos actores políticos que esgrimen los símbolos por delante de cualquier argumento. De ahí, que haya defendido, como hiciera en 2017, la necesidad de que la Generalitat Valenciana participe "en esta empresa colectiva que dé un nuevo impulso al texto constitucional, que lo actualice, que la aproxime a la ciudadanía del siglo XXI".
En su opinión, esa reforma constitucional debería incorporar "los derechos de tercera y cuarta generación, los derechos sociales, ambientales, las nuevas realidades vinculadas a las minorías invisibles, a la gente más frágil". Y al igual que Puig, ha avalado "la configuración de un estado federal que garantice la igualdad de oportunidades de todas las personas a la vez que preserva y protege la diversidad territorial y cultural del Estado".