VALÈNCIA (EP). Inspección de Trabajo ha realizado desde el pasado mes de junio en la Comunitat Valenciana un total de 806 requerimientos por incumplimiento de la normativa sobre riesgo de golpe de calor, dentro de la campaña de prevención que desarrolla en verano.
En concreto, el organismo ha remitido 13.186 cartas de carácter informativo a las empresas indicándoles cómo deben proceder y han llevado a cabo 906 inspecciones. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales estable que las compañías deben evaluar el riesgo que puedan tener los trabajadores por desarrollo de su actividad, recuerda la Generalitat.
La campaña, entre junio y agosto, va dirigida a actividades como la jardinería, la recogida de residuos, la limpieza viaria, los invernaderos, el sector agrario, la construcción, las lavanderías industriales, las tintorerías y la hostelería. Son actividades donde la exposición a altas temperaturas es mas elevada, independientemente de que durante verano el factor temperatura es revisado en todas las visitas de los inspectores a los centros de trabajo.
"El riesgo de exposición de las personas trabajadoras a las altas temperaturas es perfectamente previsible", recalca la directora general de Trabajo, Elvira Ródenas, advirtiendo que las empresas que no tengan en cuenta las medidas de prevención para evitar el riesgo de golpe de calor pueden tener multas importantes.
En concreto, la infracción será considerada grave y la multa puede ir desde 2.451 hasta 49.180 euros, mientras si se entiende como muy grave podría oscilar entre 49.181 y 983.736 euros.
En junio se comunicaron cuatro partes de accidentes laborales por alta temperaturas en la Comunitat Valenciana, uno de ellos grave en Calpe (Alicante) afectando a un empleado de jardinería. Los otros tres fueron leves y se produjeron en obras de construcción.
Entre los efectos sobre la salud de los trabajadores de la exposición al calor figura el síncope por calor, donde la pérdida de conciencia o desmayo son signos de alarma de sobrecarga térmica. La permanencia de pie o inmóvil durante mucho tiempo en un ambiente caluroso con cambio rápido de postura puede producir una bajada de tensión con disminución de caudal sanguíneo que llega al cerebro. Normalmente se produce en empleados no aclimatados al principio de la exposición al calor.
Otro de los efectos es la deshidratación y pérdida de electrolitos, a través de la sudoración que puede traducirse en problemas gastrointestinales y calambres musculares. También el agotamiento por calor, que se produce principalmente cuando hay gran deshidratación.
Los síntomas incluyen pérdida de capacidad de trabajo, disminución de las habilidades psicomotoras, náuseas, fatiga... Si no es una situación muy grave, con la rehidratación y el reposo se produce la recuperación.
Por su parte, el golpe de calor es el efecto más grave y se desarrolla cuando la termorregulación se ha superado y el cuerpo ha utilizado la mayoría de sus defensas para combatir la hipertermia. Se caracteriza por un incremento elevado de la temperatura interna por encima de 40,5°C, CON la piel caliente y seca debido a que no se produce sudoración. En este caso es necesaria la asistencia médica y hospitalización porque las consecuencias pueden ser importantes y mantenerse durante algunos días.
Algunas medidas que las empresas pueden adoptar son verificar, por parte del empresario, las condiciones meteorológicas e informar de ello a sus trabajadores. También advertirles los riesgos relacionados con sus tareas cuando hace calor, sus efectos y las medidas preventivas que hay que adoptar.
Evaluar los riesgos, garantizar a los empleados una vigilancia de la salud específica y adoptar medidas preventivas en las situaciones en las que pueda producirse un golpe de calor, en base las características de los profesionales, son otras de las recomendaciones.
Así mismo, tener en cuenta factores individuales de riesgo como la edad, la obesidad, la hidratación, el consumo de medicamentos o bebidas alcohólicas, el género y la aclimatación. Y evitar, o al menos reducir, el esfuerzo físico durante las horas más calurosas del día, limitando las tareas pesadas que requieran un gasto energético elevado, además de ajustar horarios, planificar las tareas más pesadas en las horas de menos calor, prever fuentes de agua potable cercanas o habilitar zonas de sombra para descansar o locales con aire acondicionado.
Otras medidas son reducir la temperatura en interiores favoreciendo la ventilación natural, distribuir el volumen de trabajo e incorporar ciclos de trabajo-descanso, realizar rotaciones, permitir al profesional que adapte su ritmo de trabajo en la medida de lo posible, evitar el trabajo en solitario o reducir el esfuerzo físico
Las plantillas deben conocer los síntomas de los trastornos producidos por calor e identificar las señales del estrés térmico: mareo, náuseas y vómitos, palidez, dificultades respiratorias, palpitaciones, sed extrema, piel seca y caliente, ausencia de sudoración, convulsiones, pupilas dilatadas y pérdida de conciencia. Además, es conveniente que sepan los primeros auxilios que se han de aplicar ante una persona expuesta a un golpe de calor.
Hay que evitar beber alcohol o bebidas con cafeína, ya que deshidrata el cuerpo y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades debidas al calor, al igual que las comidas calientes y pesadas. Es recomendable proveer y utilizar ropa amplia y ligera (algodón y lino) que cubra piernas y brazos, de colores claros que absorban el sudor y que sean permeables al aire y al vapor, así como proteger la cabeza del sol según cada trabajo y utilizar cremas de alta protección solar.