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entrevista al presidente de la federación nacional de comunidades de regantes (fenacore)

Andrés del Campo: "El trasvase Tajo-Segura es imprescindible. El agua no tiene por qué venir de la cabecera"

23/03/2019 - 

CASTELLÓ. Pocas personas en España, por no decir ninguna, pueden presumir como Andrés del Campo de conocer los problemas hídricos de la Península Ibérica. Este cordobés de 70 años, ingeniero agrónomo de formación y agricultor de profesión, preside la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore) desde 1996. Fundador de la Comunidad Euromediterránea de Regantes (EIC), ocupa además desde septiembre del año pasado la presidencia de turno de la Unión Europea de Asociaciones de Gestión del Agua. 

Gracias a su visita a Castellón para participar en la jornada que, con motivo del Día Mundial del Agua, ha organizado la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (Fecoreva), Castellón Plaza ha tenido la oportunidad de conversar con él sobre los temas más candentes de la gestión hídrica en la actualidad. 

-Tras la sentencia del Tribunal Supremo acerca del Trasvase Tajo-Segura, ¿en qué situación queda esta transferencia de agua?
-Habrá que estudiar a fondo la sentencia, pero de cualquier modo, nosotros desde la Federación Nacional consideramos que es imprescindible el trasvase y que si se analiza la sentencia, no hay por qué hacer restricciones. Habrá que ver dónde los caudales ecológicos son más bajos y por qué. Por ejemplo, se me ocurre, en el control de Talavera sé positivamente que se ha reducido el caudal como consecuencia de que Madrid, concretamente el Canal de Isabel II, desde hace poco tiempo toma bastante más agua del río Alberche.

-Entonces, ¿hay margen para realizar el trasvase?
-Si. No tienen por qué venir esos caudales para el Segura desde la cabecera. Habrá que analizarlo mucho pero el trasvase es imprescindible. La sentencia lo que va a hacer es complicar todavía mucho más la situación.

-Es decir, el agua no debería provenir de los embalses de cabecera del Tajo, que están en situación más precaria, sino de curso abajo…
-Por supuesto. Todo esto ha empezado porque en España hemos querido ser más papistas que el Papa y hemos fijado unos caudales ecológicos que la Directiva Marco no pide. Pide un control y que aumente la calidad de las masas de agua, no que se fijen unos caudales ecológicos puntuales. Sobre todo eso es una barbaridad en ríos que dependen de las obras hidráulicas, en que su régimen es, digamos, artificial, causado precisamente por la existencia de esas obras hidráulicas, que por otra parte son imprescindibles, porque si no existiesen apenas sí podríamos vivir 4 millones de personas en España con los ratios actuales de consumo durante los meses de julio y agosto y, gracias a esas obras hidráulicas, estamos viviendo más de 70 millones con la población flotante. 

No tiene sentido que, gracias a los embalses, se fije un caudal ecológico que, de no existir el embalse, no existiría

Con ello quiero decir que el régimen de los ríos está totalmente alterado por las obras hidráulicas y esos caudales que se fijan lo son en el supuesto de que fuesen ríos naturales, cuando en muchos, durante determinadas épocas del año de forma natural no discurriría agua por ese cauce. Y se fija un caudal determinado en base al agua que sale de un embalse. No tiene mucho sentido que, gracias a los embalses, se tenga que desembalsar agua para un caudal hidrológico que, si no existiera el embalse, en ese momento no existiría.

-En el caso de que finalmente no se pudiera llevar a cabo ese trasvase, ¿qué sucedería con la huerta de Murcia y Alicante?
-Sería un problema muy grave, económico, social e incluso ambiental, el que se generaría en todo el Levante español. Y eso es un contrasentido. Hay que estudiar muy a fondo no solo esta sentencia, sino toda la planificación en España y hacer un pacto nacional. Es imprescindible acabar con la contaminación política que hay del agua. El agua ni es de quien la tiene más cerca, ni lo que se persigue ahora mismo es un interés general ni un bien común, sino un interés localista. El agua tiene que estar al servicio de todos y perseguir el bien común. Si eso se hiciera no habría conflictos y habría agua para todos.

-En otro orden de cosas, ¿de qué manera actúan los regantes contra el cambio climático, que ya es una realidad que va a hacer que en España llueva menos y haya más déficit hídrico?
-Estamos haciendo un esfuerzo muy grande en modernización. Ya tenemos más del 75% del regadío español modernizado. Eso no lo tiene ningún otro país. Y no solo eso, sino que más del 50% de la superficie regada en España se riega por sistemas localizados, goteo. Somos el segundo país en el mundo, solo por detrás de Israel, pero ya casi en valores absolutos estamos próximos a los 2 millones de hectáreas de riego localizado, y teniendo en cuenta que hay 3,7 millones de hectáreas, estamos muy avanzados. Podemos dar ejemplo de esfuerzo que estamos haciendo a todos los países.

en españa hay más de 33 trasvases funcionando. la cuenca que más tiene es la del guadalquivir, con once o doce, seguida del ebro, con nueve

-¿Los trasvases y los embalses contribuyen al cambio climático?
-Ante el cambio climático, también se dice que no son necesarias las obras de regulación, los embalses y los trasvases. Pero en España hay más de 33 trasvases funcionando. Y en otras cuencas,  la cuenca que más tiene es el Guadalquivir, seguida del Ebro, con 11 o 12 en el Guadalquivir y 9, creo, en el Ebro, que están funcionando desde hace muchos años y generalmente para el abastecimiento a poblaciones. Y precisamente en las épocas de sequía es donde más importancia tiene, por ejemplo para salvar cultivos en detrimento de otros anuales.

-¿Esto se hace en algún lugar?
-Lo hemos visto por ejemplo en California. Hace dos años gran parte de los arroceros dejaron de sembrar arroz para que los agricultores, fundamentalmente de almendros y también de olivos, recibieran agua para salvar, no ya la producción, sino los árboles. Gracias a eso salieron todos beneficiados: estos últimos salvaron sus plantaciones, los arroceros cobraron un dinero por no sembrar durante un año y el medio ambiente se benefició de unas tierras que estuvieron vacías y meteorizadas, con lo cual los ingresos brutos fueron del orden de prácticamente del 100%, un 98 o 99%, de un año normal. Y todo gracias a que existía la posibilidad de trasvasar agua de un sitio a otro.

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