DÉNIA. La naviera Baleària ha presentado al Consell un ambicioso plan de mejora de las instalaciones portuarias de Dénia, en concreto la estación Baleària Port, con el objeto de adecuarlas para la llegada de cruceros. Un paso más en su intento por dotar de contenido y aumentar los servicios que se prestan en su puerto base.
La propuesta ya está en la mesa de la dirección general de Puertos y prevé la creación de un pantalán de atraque para los 'tenders', que son las pequeñas embarcaciones que llevan los cruceros y con las que se podría entrar al puerto de Dénia. Cabe recordar que el calado del puerto de la capital comarcal de la Marina Alta no permite el acceso de los grandes cruceros (y no se puede dragar por la cercanía del Montgó) y éstos deben atracar en la bocana y acceder al interior con esas pequeñas embarcaciones, como lo hizo en octubre de 2014, el MS Amadea.
También propone construir un helipuerto, la mejora de la zona para el tratamiento de los residuos, así como del parking y la acreditación del puerto de Dénia como una instalación acreditada de la zona Schegen. Esto posibilitaría que Baleària Port sea un paso fronterizo para el acceso o salida de ciudadanos del espacio Schengen desde o hacia Estados no
firmantes. Todo un plan de mejora que según la naviera los trabajos se podrían realizar en cuatro meses.
Además la estación náutica se ha adherido al Sistema Integrado de Calidad Turística en Destinos, un proyecto de mejora de la calidad de los destinos
turísticos promovido por la Secretaría General de Turismo y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que tiene por objetivo influir
positivamente en la experiencia y satisfacción del turista que visita el destino.
La estación marítima de Dénia fue construida por Baleària, hace unos años en un paso más de la colaboración público-privada. La Generalitat cedió la
construcción y posterior uso a la naviera local de una instalación para recibir a los pasajeros de los ferries.
Sin embargo, como una especie de colmo para la Baleària, estando en funcionamiento ese edificio, en octubre de 2014, vio como los pasajeros del MS Amadea arribaban a Dénia en esos tenders pero bajaban a tierra en uno de los muelles del puerto. Todo por no pagar la tasa que cobra Baleària por el
uso de sus instalaciones.
En lo que parece otro agravio para la empresa más grande de toda la Marina Alta, desde Dénia observan con incredulidad y preocupación que Transmediterránea haya abierto una conexión con Ibiza. Por el momento, en Baleària guardan silencio, pero no ocultan su preocupación ante este movimiento que abre una brecha y se puede convertir en un auténtico problema para la cuenta de resultados: fundamentalmente porque a Gandia llega el tren (el de Cercanías y alguno de Madrid) y a Dénia no. Y ese si es un rival contra el que Baleària no puede hacer nada.
