ALICANTE. Carla Delgado Gómez, conocida como Carla Antonelli, es actriz, política y una reconocida activista por los derechos LGTBI. Pero esa última faceta suya es la que le ha llevado a participar en el cinefórum que el Festival de Cine de Alicante y Cruz Roja han celebrado esta semana bajo el título Derechos para todxs. Y el objetivo no ha sido otro que visibilizar la situación de vulnerabilidad que sufren las personas de este colectivo, con el fin de preservar y garantizar sus derechos, así como animar a seguir avanzando en los logros obtenidos hasta la fecha. Una tarea en la que ella viene dejándose la piel desde que tiene uso de razón y que se ve reflejada en el documental La vida de Carla, obra de Fernando Olmeda, que ha sido proyectado este martes en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante.
"Quién me iba a decir a mí, cuando era niña y estaba en el parque de mi pueblo, que luego las historias se iban a tejer así, en una época en la que parecía que las personas trans solo nos podíamos dedicar al espectáculo o al comercio sexual, en una España que nos reprimía, nos aislaba y nos encarcelaba", recuerda la protagonista del film. Y toda una vida no se puede resumir en una película, pero sí se recogen los episodios más importantes de esa lucha constante y ese trabajo por la conquista de los derechos que entonces se le negaban. "El documental muchas veces vale más por lo que no se dice y por lo que se intuye, por lo que va debajo, que por lo que cuenta, así que me parece que Fernando Olmeda ha hecho un excelente trabajo narrando la historia de esa manera, la mejor forma de entre todas las que podía haber escogido", comenta.
El documental va intercalando sus asuntos personales y de familia con el transcurso de la historia política del país. Desde que Carla Antonelli sale de su casa, coincidiendo con el inicio de la democracia y las primeras elecciones libres, pasando por el desarrollo de los derechos civiles como el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género, para llegar hasta la época actual. Pero a lo largo de todo ese tiempo, ella se topa con distintas palizas y encarcelamientos. "Fernando Olmeda narra dos historias al mismo tiempo, la de la transición política de este país y mi propia historia, que en realidad no es mía sino de todo un colectivo, porque al final El viaje de Carla es el viaje de todas y de todos", matiza. Un mensaje con el que quiere recordar todo el esfuerzo y los sacrificios que se han realizado para llegar hasta el punto de madurez en el que actualmente se encuentra la sociedad, a pesar de que todavía no esté hecho todo el trabajo, sino solo una parte de él.
"La sociedad es capaz de involucionar porque la historia es cíclica"
"Contemplemos nuestra propia historia, de dónde venimos y cómo nadie nos ha regalado nada, sino que todo ha costado muchísimo", asegura Antonelli, en un momento en el que de alguna manera siente que todos esos avances pueden verse amenazados en el largo plazo si no se actúa para garantizarlos. "La sociedad es capaz de involucionar porque la historia es cíclica y así se ha demostrado, así que hay que trabajar duro para continuar con este proyecto de futuro", afirma. El objetivo máximo es la sociedad de la plena igualdad, donde no hay solamente una forma de ser, ni de pensar ni de comportarse, sino múltiples maneras de hacerlo. "Hay que mirar atrás aprendiendo de todo lo vivido, pero siendo resiliente", destaca.
"Estamos escuchando cosas espantosas de parte de algunos partidos emergentes"
"Nuestro pasado ha tenido una causa-efecto en nuestro presente y las personas que hemos llegado hasta aquí somos unas supervivientes de todos los ostracismos familiares y sociales que ahora damos un legado a las generaciones venideras, el cual ha de ser protegido y salvaguardado, siendo continuado el trabajo realizado por otros muchos compañeros, como puede ser Pedro Zerolo", recuerda Antonelli, destacando la puesta en marcha de la Fundación Pedro Zerolo, que se presentará oficialmente el próximo 26 de febrero. Una entidad que tiene como objetivo prolongar su activismo social desde el que se inspiró, entre otras leyes, la del matrimonio igualitario. Tarea que a nivel local se desarrolla por asociaciones como Diversitat en Alicante. "Afortunadamente, como producto de toda la visibilidad y la pedagogía realizada, la España antigua se ha ido transformando en una España que respeta las diferencias, pero siempre se puede retroceder y ahora estamos escuchando cosas espantosas de parte de algunos partidos emergentes", comenta.
Rocío Monasterio, la voz femenina de Vox, afirmaba recientemente en un acto electoral que la ley de derechos LGTBI aprobada en la Comunidad de Madrid estaba promoviendo la realización de talleres escolares en los que se incentivaba a los niños y niñas a probar ser del sexo contrario. "Se está intentando inocular la ideología del odio con fines puramente partidistas, porque lo que dicen es mentira y además lo saben", asegura Antonelli. "Está diciendo que las personas transexuales lo son porque quieren serio y, con esa ignorancia interesada, está frivolizando sobre un asunto que ha causado suicidios, acoso y ataques de odio", sentencia. "Hay ánimo de provocación, quieren ser noticia, quieren que se les haga la campaña de marketing de forma gratuita", explica.
"Lo que se está promoviendo es el respeto a la diversidad y el respeto a la diferencia para que los pequeños crezcan respetando, porque aquí cabemos todas y todos, con nuestras diferencias, que lo que tienen que hacer es enriquecernos", comenta. Sin embargo, le preocupa la postura que está adoptando también Ciudadanos, que en su momento han tenido gestos hacia la población LGTBI, pero que en su opinión ahora están teniendo salidas de tono y se están separando del movimiento asociativo. "Las banderas arcoíris para arropar a Albert Rivera en la manifestación de Colón son una ofensa y una absoluta aberración para el colectivo porque se están utilizando para tratar de derrocar a un presidente del Gobierno de un partido como es el PSOE, de cuya mano vinieron los derechos civiles para nuestro colectivo", afirma. Por otra parte, también sitúa al PP en una postura ultraradical en este sentido. "No se puede votar en contra de nuestros derechos y luego hacerse la foto en el Orgullo LGTBI, no se puede estar con Dios y con el Diablo", sentencia.