Fotos PEPE OLIVARESALICANTE. Además de titular del área de Innovación, Carolina Pascual es ingeniera en Telecomunicaciones y decana del colegio oficial en la Comunitat Valenciana. Pascual también aborda en esta entrevista las cuestiones relacionadas con el mercado laboral, el regreso del talento o el papel de las mujeres en las ingenierías.
-Uno de los debates que hay en la educación superior es que faltan perfiles femeninos para las ingenieras. Usted conoce bien el asunto, pero ¿qué va a hacer para incentivarlo?
-Hay muy pocas mujeres que se dediquen a las ingenierías, y dependiendo de qué tipo de ingeniería, todavía más. Sobre un 20% es la cuota femenina, y si hablamos de Informática, caemos al 10%. Considero el optar una titulación relacionada con la STEM (acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es una apuesta de futuro, en un sector que tendrá mucho futuro y posibilidad de elegir entre varios puestos de trabajo.
Considero que es importante que haya presencia de mujeres por introducir diversidad porque es verdad que pensamos de forma diferente, trabajamos de forma diferente, y cuanto más diverso sea el equipo de trabajo, las soluciones serán más óptimas. A veces, el problema de las personas es que estamos metidos en nuestro punto de vista y normalmente se suele rodear de personas con un punto de vista similar. Esto no es positivo: cuando ves el punto de vista de otras personas, en e ámbito que sea, abre tu mente y te conduce a conseguir mejores resultados. Así, creo que los grupos de trabajo deben ser diversos, tanto en la formación como en los sexos. Cuando mayor sea la diversidad, saldremos todos beneficiados, las respuestas y las soluciones serán diversas. Desde hace dos años, hay una campaña para captar vocaciones femeninas en las STEM.
-Las TIC están en todos los sectores; recientemente, se han instalado muchas empresas del sector y algunas de ellas grandes. ¿Hay demanda de titulados?
-En todos los ámbitos. Son profesionales muy transversales. En la actualidad, hacen falta profesionales que estén formados en capacidades digitales, en habilidades tecnológicas… Ahora me doy cuenta de que hay un cambio de modelo: mientras que antes se pedía un profesional concreto; ahora, en el ámbito de las nuevas tecnologías, ya no hay tanta diferencia; ya no se pide un ingeniero de una cosa u otra, sino que se pide un profesional de las TIC, que tenga esas habilidades y después la empresa le va ayudando en su formación. Hay que tener en cuenta que estas disciplinas son muy cambiantes: lo que hoy sirve, dentro de cinco años, no, o habrá cambiado. Lo que hace falta es gente muy proactiva, que sea capaz de seguir ese ritmo de cambio y de estar continuamente aprendiendo y actualizando los contenidos. El reciclaje va a una velocidad tan vertiginosa que cuando apenas se han implantado unas tecnologías, uno ya debe estar pensando en las siguientes. Hace falta gente con habilidades, las denominadas soft skills (habilidades blandas), de comunicación, adaptación, aprendizaje… Ahora el currículum es más personalizado que nunca: uno tiene una titulación de base y se construye su trayectoria profesional. Y hace que las empresas valoren ese elemento diferente.
-¿El sistema universitario de la Comunitat Valenciana está generando esos profesionales tan cualificados y tan transversales?
-El sistema universitario de la Comunitat Valenciana es excepcional, forma unos profesionales buenísimos, bien considerados tanto a nivel nacional como internacional. En las disciplinas tecnológicas, algo que conozco muy de cerca, el aprendizaje consiste en buscarte la vida: los contenidos tienen una base, pero son muy cambiantes. La ingeniera es eso, tener ingenio, ser capaz de ponerte delante de un problema y buscar las herramientas para hallar una solución.
-¿El talento ha dejado de irse?
-Habría que incidir en una buena formación de las universidades, que es la que forma a los buenos profesionales, que a su vez queremos que no se vayan. Nos gustaría que se integraran en las empresas de la Comunitat. Y que todo eso revierta en que las empresas funcionen correctamente. Y en ese contexto, hay que reconocer que muchos profesionales se marcharon, y ahora hay que atraerlos para que vuelvan. Hay un programa, el GenT, para el seguimiento de estos investigadores y para que vuelvan. Y claro, deben volver a algún sitio, como por ejemplo, los centros de investigación para que sigan con su trabajo. Y de ahí, el proyecto del Mapa de la Ciencia. Es importante hilar todo esto con que las empresas también ofrezcan un trabajo de calidad. Porque si queremos tener a los buenos profesionales aquí, hay que ofrecerles las mejores condiciones.
-¿Ve a la iniciativa privada preparada para a ello?
-Si quieres buenos profesionales, tienen que pagar buenos sueldos. Al final, va a revertir positivamente en ellos. Tendrán buenos proyectos con buenos profesionales, va todo unido.
-Por último, ahora que hablamos de profesionales. ¿Cómo acabará lo del Grado de Medicina de la Universidad de Alicante? ¿Se autorizará finalmente?
-Ya tuvimos una reunión en julio. La solución pasa por encontrar una vía conjunta con la Universidad Miguel Hernández, que no se cómo se articulará, pero hay que ver qué posibilidades tenemos. La idea es que se imparta conjuntamente, ver las opciones y si es posible llevarlo a cabo. La solicitud de la Universidad de Alicante sigue su curso, y una cosa no quita la otra. Ahora se les ha instado para que estudien alguna vía de consenso, formas de colaborar y ver si se puede articularlo.
