Hoy es 8 de octubre
Javier Salvador ya ha trabajado en Pocoyó, El asombroso mundo de Gumball, Un monstruo viene a verme y Juego de Tronos
CASTELLÓ. Javier Salvador ha aprendido este último año a decir que no. La pandemia ha aumentado la demanda de producción audiovisual y la animación es un género que se presta al teletrabajo, sin cancelación de rodajes por casos positivos en el set. Como profesional con una trayectoria contrastada en el sector, con hitos como su participación en las series familiares Jelly Jamm, Pocoyó y El asombroso mundo de Gumball, el proyecto transmedia Bugsted, la película Atrapa la bandera (Enrique Gato, 2015) y la serie Juego de Tronos, estos últimos meses el animador de Segorbe está muy demandado.
En paralelo a sus clases universitarias, que afectadas por la crisis sanitaria son en un 50% online, ha desarrollado guiones gráficos para una serie china en 2D, firmado storyboards y animáticas para la segunda temporada de la serie educativa de Clan MoMonsters, y dirigido la producción para un cortometraje austríaco en 3D.
En los pocos huecos que le quedan sigue trabajando, al alimón con el que ha sido su mentor en este oficio, Pepe Sánchez, un ambicioso proyecto propio, titulado Sierra Dragón.
Se trata de una epopeya medieval épica protagonizada por animales antropomórficos, que toma como inspiración las leyendas de la Sierra de Guadarrama. Sus protagonistas pertenecen a dos reinos enfrentados, uno de linces y uno de lobos.
La pareja de creadores presentó el proyecto hace justo un año en Cartoon Movie, una cita internacional que reunió en Burdeos a cerca de 900 profesionales del sector para llegar a acuerdos de coproducción.
“Queremos hacer El señor de los anillos, no el Robin Hood de Disney. La trama tiene chicha y muchos personajes, porque en España hay muchos mitos que son igual de válidos que los nórdicos que nos comemos en películas y series. De hecho, Juego de tronos está basada en gran medida en la historia de nuestros reyes godos”, defiende el animador.
La colaboración de Javier Salvador para Juego de tronos consistió en animar a los caminantes blancos que en el quinto episodio de la sexta temporada acaban con la vida de Hodor. Durante tres meses, contratado por el estudio de efectos visuales El Ranchito, el castellonense estuvo aplicando la técnica de la captura de movimientos para animar a los muertos vivientes que devoran al bonachón con sangre de gigantes que había cargado con el impedido Bran Stark por tierras de Poniente.
Junto al mismo estudio madrileño también colaboró para la película de J. A. Bayona Un monstruo viene a verme (2016). Sin embargo, en los últimos tiempos ha dejado de lado el motion capture para especializarse en guiones gráficos.
Los proyectos en los que últimamente anda embarcado le han forzado a una inmersión diaria en la lengua de Shakespeare. En el último ha estado trabajando con franceses, alemanes, estadounidenses y españoles. “El estudio está en Austria y la serie es para China. Somos un sector absolutamente descentralizado, con equipos diseminados por todo el planeta. La única pega es la diferencia horaria, que te obliga a trasnochar o a madrugar para las reuniones de trabajo”, explica el animador, que consiguió el trabajo a través del también español Santiago López Jover, al que conoció en marzo del año pasado en Cartoon Movie.
El aprendizaje en la universidad es de ida y vuelta. Salvador tantea allí a sus alumnos para saber cuáles son sus preferencias. Digamos que en el aula realiza sus estudios de mercado: “Consumen más series que cine. Les da igual el clímax, el arco narrativo y cómo está construida. Mientras que yo, para ver mi película de Miyazaki, me tengo que sentar y tener mi momento místico, ellos igual paran a mitad o se ponen a consultar el móvil. Su consumo es diferente. Hay un salto generacional que es importante manejar”.
Con esa información y los feedback recibidos en Burdeos y por parte del autor de la serie de cómics de género negro Blacksad, Juan Díaz Canales, Pepe Sánchez y Javier Salvador han ido avanzando en el proyecto. Durante la estancia en Francia presentaron el concepto y ahora ya cuentan con un tratamiento de guion firmado por el venezolano Gustavo Liévano, especializado en literatura crossover y juvenil, filosofía de la ciencia ficción y fantasía.
“La película trata sobre fake news, sobre cómo las mentiras pueden afectar a la percepción”, adelanta el animador nacido en Segorbe.
Ambos creadores le ven potencial para una serie, una trilogía de películas y una novela gráfica. “Hemos creado un universo que está totalmente abierto. Madrid es la ciudad de los osos, y Ávila, la de las águilas, así que podemos hacer una saga a lo Félix Rodríguez de la Fuente”.
Ahora mismo ya han traducido el tratamiento al inglés y están intentando moverlo por plataformas.
Netflix acaba de invertir en una película sobre ratones en la Edad Media, Redwall, basada en los libros homónimos de Brian Jacques. La noticia les apesadumbró en un primero momento, porque puede cerrarles las puertas del gigante del streaming, pero paradójicamente, quizás les abra otras. “Todo el mundo quiere ser la novia de Netflix y ahora van a tener cubierto el cupo de antropomorfos en el medievo, pero como el resto de plataformas siempre quieren lo que tiene el vecino, puede ser nuestra oportunidad”.