CASTELLÓ. Los aeropuertos de Castellón y Ciudad Real parecen estar unidos por una especie de halo invisible. Algo parece haber que les mantiene vinculados. A pesar del paso de los años, las dos infraestructuras aéreas, las primeras que funcionaron en España al margen de la gestión de Aena, siguen cruzando sus caminos en ocasiones.
Así sucedió este jueves, cuando, después de ocho años sin actividad, el primer avión que aterrizó en el aeródromo manchego, a las 21.02 horas, lo hizo procedente del recinto castellonense. Fue un Boeing 737 que los propietarios de la renacida infraestructura cervantina (en un principio se le llamó Aeropuerto don Quijote) flotaron expresamente para celebrar su reapertura.
Todo un acto promocional para borrar el fantasma del aeropuerto sin aviones. ¿Les suena? Cuando por fin el recinto de Benlloc y Vilanova d'Alcolea parece tomar definitivamente altura y nadie se acuerda de la maldita etiqueta, llega este déjà vu, una conexión que retrotrae a tiempos pasados.
Y es que el proyecto castellonense nació tomando como espejo el de Ciudad Real. Al menos así lo señalaron sus impulsores primigenios, que se fijaron en el proyecto y las tramitaciones ante las diferentes administraciones que se llevaban a cabo en la meseta para tratar de agilizar los plazos en Benlloc, algo que no siempre se conseguía.
Impulsados ambos por los gobiernos regionales, el recinto castellonense fue infinitamente más barato que el manchego (aquel costó alrededor de 200 millones por los 1.100 de este), lo que no le evitó sufrir todo tipo de escarnios, algo a lo que sin duda contribuyó la inauguración sin aviones, con pompa y fanfarria, celebrada el 25 de marzo de 2011 por Francisco Camps y Carlos Fabra. Fue poco después cuando el aeródromo de Ciudad Real perdió los vuelos comerciales, y al año siguiente cerró, inmerso en una deuda galopante, que le había llevado ya, irremediablemente, al concurso de acreedores.
Unos años después Castellón recibió los permisos, abrió y comenzó a albergar actividad. Primero vuelos privados, fundamentalmente del Villarreal CF, y poco a poco las primeras conexiones regulares. Mientras, Ciudad Real buscaba comprador, algo que logró después de muchos intentos por parte de los jueces y los administradores concursales. Y ahora llega la reapertura, vinculada de forma simbólica a su espejo de la costa mediterránea.
La noticia llega cuando Aerocas, la empresa pública impulsora del aeropuerto de Castellón, participada fundamentalmente por la Generalitat Valenciana, ultima el proceso para retomar la gestión pública del recinto, después de varios intentos fallidos de administración privada. Concesiones Aeroportuarias abandonó el proyecto antes de concluir la tramitación; SNC-Lavalin se hizo con la gestión, pero traspasó su negocio aeroportuario a Edeis; y a finales de noviembre esta compañía francesa volará de Castellón, con lo que Aerocas, que se subrogará a toda la plantilla, asumirá el pilotaje de la infraestructura.
En cambio, en Castilla-La Mancha, la gestión está en manos totalmente privadas. CRIA, acrónimo de Ciudad Real International Airport, es la sociedad que se hizo hace cuatro años con una de las infraestructuras más polémicas del Estado. Y, tras lograr su vuelta a la vida, su presidente, Rafael Gómez Arribas, prevé que se queden "pequeñas" las previsiones de futuro, con la creación de 650 puestos de trabajo, entre empleos directos e indirectos, en los próximos años, merced a la inversión de 18 millones de euros. ¿Les vuelve a sonar?
De momento, en el recinto manchego no hay programados vuelos, ni tampoco hay previsión de lograrlos "en mucho tiempo", como reconocía el propio Gómez Arribas recientemente. La actividad de la infraestructura se centrará, por ahora, en el aparcamiento y mantenimiento de aviones, los vuelos privados y las academias de pilotos, actividades que también se están desarrollando en Castellón.
No son pocas las coincidencias, pero desde la Plana, tres compañías aéreas, Wizz Air, Ryanair y Blue Air, ofrecen a día de hoy vuelos regulares a cinco destinos europeos, y el año próximo se sumará una nueva aerolínea, Volotea, y otras tres rutas continentales, aunque en breve dejará de operar la de Sofía. Castellón ya ha despegado, ahora solo le falta coger velocidad de crucero.