Hoy es 14 de octubre
ALICANTE. Es evidente que la irrupción del coronavirus ha alterado de forma notable las prioridades presupuestarias de la Generalitat, y específicamente de la Conselleria de Economía. Un departamento volcado en tramitar ERTE y en habilitar mecanismos de apoyo para paliar las consecuencias económicas del confinamiento y la interrupción del comercio internacional. Pero el movimiento de 32 millones de euros, inicialmente previstos para subvencionar inversiones productivas en pymes, a la nueva partida para autónomos ha hecho un 'roto' mayor de lo esperado.
Como viene contando este periódico desde el pasado martes, Economía ha dejado sin efecto la convocatoria de ayudas a la inversión en mejoras de productividad de las pymes industriales, con la que anualmente financia el 35% de la inversión realizada por la empresa solicitante para mejorar sus procesos productivos o hacerlos más sostenibles. Ese dinero se ha liberado para dotar el fondo de 57 millones con el que la misma Conselleria concederá ayudas directas de hasta 1.500 euros por autónomo afectado. Pero la nulidad se ha decidido cuando muchas empresas ya habían solicitado el dinero y, en algunos, incluso habían realizado la inversión (que tiene que estar ejecutada antes de agosto).
Así, la Conselleria se ha comprometido a estudiar, una vez que pase la urgencia de la crisis del coronavirus, posibles mecanismos para que las empresas que cumplían los requisitos y han hecho la inversión puedan percibir la ayuda. De momento, no hay nada concreto, pero en los contactos con empresarios celebrados en los últimos días (el diálogo entre Administración, patronal y sindicatos es casi diario) se ha puesto sobre la mesa por parte de la patronal una posible solución: abonar las ayudas de este año con cargo al presupuesto del año que viene, con carácter retroactivo. Es decir, que las empresas que tenían derecho a la ayuda (el 35% de su inversión) la perciban, aunque un año más tarde.
Economía, que ya ha atendido la inquietud de los sectores productivos afectados (calzado, cerámica, metal-mecánico, textil, juguete, mármol, madera y mueble, iluminación, químico, automoción, plásticos, envase y embalaje, papel y artes gráficas, valorización de residuos, biotecnología, producción audiovisual y videojuegos), se ha comprometido a estudiar soluciones, pero de momento no hay nada decidido. Mientras, el Ivace ha iniciado una ronda de contactos con muchos de esos sectores (el primero, con el textil, el pasado lunes) para poner en marcha planes de reconversión tras la pandemia, que incluirían ayudas directas y financiación.
Entre los sectores tradicionales de la provincia cuyas empresas habían solicitado ayudas destacan el textil y el calzado. Según explica a este periódico Pepe Serna, secretario general de la asociación sectorial textil Ateval, alrededor de 80 empresas solicitaron la ayuda a la inversión, y muchas de ellas efectivamente realizaron la inversión a finales del año pasado o principios de este, justo antes de la pandemia. "El textil es uno de los sectores más afectados por esta decisión, entendemos que hay que apoyar a los autónomos que se han visto obligados a cerrar, pero si no apoyan también a la industria en un momento como este, mal vamos", lamenta.
De entre las empresas que cita Ateval, este periódico ha constatado la existencia de al menos tres casos particulares, en El Comtat y Albaida, que efectivamente realizaron la inversión y esperaban ingresar el 35% del desembolso con la subvención del Consell. Lo mismo sucede en el caso de una empresa del sector calzado que también había solicitado la subvención con la inversión hecha, según confirma la presidenta de la sectorial Avecal, Marian Cano. "Está claro que una empresa no realiza la inversión por la subvención, sino porque la considera estratégica o positiva para su negocio, pero cuando la hacen cuentan con cubrir ese 35% del gasto, y al final es otra puerta que se cierra en el peor momento", explica.
El malestar en estas empresas ha llegado ya a la Conselleria a través de sus asociaciones respectivas, como contó este periódico el jueves, y el conseller Rafa Climent se ha comprometido con los empresarios, incluida la CEV, a recuperar de alguna forma el apoyo económico que ahora se ha tenido que concentrar en el sector de los autónomos. Según distintas fuentes consultadas por este periódico, este año habían llegado en plazo alrededor de 700 solicitudes, aunque se estima que solo un 10% de las mismas ya tenían la inversión ejecutada o en marcha a mediados de marzo.