ALICANTE. En primavera las noches todavía son largas. Ya ha comenzado el alargamiento de los días, pero es fácil imaginar cómo la penumbra reina ya aquel día en que el ingeniero Paco Gómez recibe la llamada de su cuñado Marcos que le cambiará la vida. Paco es ingeniero de caminos, pero no ha ejercido nunca esta profesión. El oficio de barrendero le ocupa el tiempo laboral, mientras acaba la carrera y tiene sus primeros encuentros con la cubeta del revelador de fotografías. Nueve años en el laboratorio de Juan Manuel Castro Prieto avalan esa dedicación que ya será única como profesión, a pesar de la literatura.
La literatura entra ya en su concepto de la fotografía, pero no es hasta que recibe la llamada de Marcos y se lanza en una búsqueda entre la los contenedores de la memoria objetual de una familia desconocida, depositada entre las bolsas de deshechos por los herederos que se ven incapaces de trasladar todo ese material a la Norteamérica originaria de esa trinidad formada por Elmer, Magaret y Nelson que se instala en Madrid en 1971, tras una primera estancia exploratoria del vástago, cual Kal-El que ya se pretende huérfano y ve aparecer volando a sus progenitores, desde un Krypton destruido por el Summer of love.
El material que recupera de la basura, compuesto principalmente por fotografías, lo que entronca con su pasión y profesión, es para Gómez como la picadura de un insecto extraño, desconocido, sumamente tóxico pero cuyo veneno actúa lentamente, apoderándose mes tras mes, año tras año, del alma del que mira. Proyecto tras proyecto, cinematográfico, expositivo, textual, los Modlin, ya que este es el patronímico de la familia representada en las imágenes, se escapan por entre los dedos de Gómez, como si estuvieran compuestos de la fina arena maldita de las tumbas de los faraones. Tras una larga persecución, decide que la mejor manera de contar esta historia es a través de la literatura, una literatura plagada de realidad, lo que la hace por momentos inverosímil. Pero el mito de los Modlin recuerda a de Innsmouth de Lovecraft, y la prosa de Paco Gómez adquiere elementos del escritor de Providence, desde su misma introducción: "Diez años han pasado desde que los Modlin irrumpieron en mi vida".
Paco Gómez ya gozaba de una sólida carrera como fotógrafo que le había llevado a recibir en el año 2002 el premio al fotógrafo revelación en el festival Photo España, por sus series fotográficas que tienden a cuestionar los límites de la realidad, fusionando la investigación documental, la literatura, el cine y la ciencia ficción, siendo socio fundador del colectivo NOPHOTO. Pero aún así, los Modlin le pedían independencia, y para poder publicar esta obra en las condiciones exactas que requería el espíritu presente en las fotografías, tomó la decisión de autopublicarse, bajo el nombre de Fracaso Books. Una sutil contradicción.
El lunes 3 de julio estará firmando ejemplares de Los Modlin y de Proyecto K, segunda parte de su trilogía sobre el mundo de la imagen, en el Espai Llegim de la Feria del Libro de Alicante, invitado por la caseta 13 de la librería Pynchon&Co.
Antes de emprender el viaje hacia el Mediterráneo, intentamos aclarar con el autor algunas dudas pendientes.
- Antes de encontrar el "material Modlin" y empezar a pergeñar el proyecto Verkami, ¿ya tenías un proyecto literario en mente? ¿La trilogía sobre el mundo de la imagen surge de él, o ya formaba parte de un diseño anterior?
-Ya había escrito antes de forma amateur, sobre todo cuentos y un libro fallido. Mi fotografía siempre ha tenido una historia literaria detrás. En realidad la idea de escribir Los Modlin nació de una editorial. Finalmente me desmarqué de ella y preferí autoeditarmelo. La idea de hacer la trilogía de la imagen me surgió tras el éxito de Los Modlin. Me percaté del potencial que tenía este tipo de literatura fotográfica e imaginé una trilogía que iba hacia atrás en el tiempo desarrollando otras dos series fotográficas anteriores mías que trataban temas similares.
- A parte del leit motiv, ¿qué hay de fotográfico en la narración de Los Modlin? ¿Qué hay de literario en los trabajos fotográficos de Paco Gómez?
-Los Modlin nace de unas fotografías tiradas a la basura. La investigación se inicia buscando pistas en las imágenes, fijándose en los segundos planos y escudriñadoras como si fueran piezas arqueológicas. El libro tiene dos tramas, una trama literaria y una fotografíca que discurren en paralelo. Las fotografías no son solo ilustración, forman parte del mecanismo y están puestas en el lugar necesario que requiere el pulso de la narración.Siempre he pensado que mis trabajos fotográficos casi tienen más de literatura que de fotografía. Las fotografías por si solas, sin el apoyo de la palabra, perdían la mayor parte de su fuerza.
- Como lector, ¿te interesa la ficción autobiográfica? ¿Has tenido en mente la obra de algún autor concreto... Sebald, por ejemplo?
-No soy un gran lector. Sí me interesan los libros que me generan imágenes potentes en la mente. Pero para el tipo de libro que buscaba no encontraba referentes. Los libros de Sebald siempre estuvieron presentes por las similitudes de utilizar fotografía y literatura. Pero en Sebald la literatura está a un nivel muy superior que la fotografía, incluso me atrevería a decir que la fotografía está menospreciada, en edición, en diseño y en calidad de impresión. A su literatura no podía aspirar, ni quería, pero si me veía capaz de conseguir un mayor equilibrio entre ambas disciplinas.
- Hay un momento en que la narración cambia de técnica, de densidad, de objetivos, como si se pudiera hacer del libro una lectura saltando las casillas, a la manera del Rayuela de Cortázar, leer de principio a fin, comenzar por el capítulo 40 o a raíz de la lectura de este, crear un itinerario lector particular? ¿Es premeditado?
-No es premeditado pero me gusta esa percepción. Hay una película que ha estado muy presente en su escritura y es El Desencanto de Jaime Chavarri. A mí me pasa con esta película que puedo verla ya empezada como si entraras en una sala de cine de sesión continua y acabar viendo el principio después del final. Es una obra circular, como un remolino en el que entras y te arrastra. Quizás la atmósfera de El Desencanto haya empapado en cierta forma a Los Modlin, dos familias que parecen condenadas por el fracaso y la incomprensión.
- ¿Los Modlin es un libro de ficción impura, o una biografía documentada con algunas gotas de ficción?
-Para mí el libro no tiene nada de ficción. Bueno si un capitulo corto en el que me invento una visita sucedió para que el libro no se aproximara a una ficción.
- "El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro, o retención en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo" [Wikipedia]... ¿hasta qué punto describe esta patología tu abducción por parte del espíritu de los Modlin?
-Lo describe totalmente. Yo me siento abducido por ellos, mi vida cambió cuando entraron en mi vida y los sigo viendo en todos lados. Siento que tengo una responsabilidad en difundir su obra. La misión principal del proyecto es cumplir el deseo de unos muertos a los que nunca conocí.
- ¿Cuántos ejemplares ya desde aquella primera edición de 2500 ejemplares, en noviembre de 2013?
-La primera edición de 2500 ejemplares se financió a través de crowdfunding. Parecía impensable para un libro autoeditado pero se agotó en cuatro meses. Hice una segunda edición de 1500 ejemplares que también está agotada. A partir de entonces solo publico ediciones de bolsillo más baratas y que puedo asumir con mis medios. Estos libros tienen el mismo contenido de texto y fotos pero en blanco y negro. Me gustan porque la historia se vuelve más pura y refuerza su carácter documental. En navidades publiqué la segunda edición de bolsillo así que en total se deben haber vendido unos 5500 ejemplares a mano.
- ¿Cual es la causa del cambio en la imagen de cubierta en las diferentes ediciones?
-Como yo soy el que toma todas las decisiones editoriales de Fracaso Books me puedo permitir estas licencias. El mundo editorial clásico me parece aburrido y se rige por unas normas que parecen intocables. Esas clasificaciones de ficción, no ficción, ensayo, etc me parecen viejunas. Me recuerdan a aquellas clasificaciones de fotógrafos de paisajes o de bodegones, de los que hacen fotografía analógica o digital, en blanco y negro o color. Una obra puede ser a la vez muchas cosas y Los Modlin lo es. Juan Benet decía que definir es desconfiar. El tema de variar las portadas es un juego para acercar el libro a esos títulos míticos que se han publicado tantas veces y por tantas editoriales que un mismo libro ha tenido muchas portadas. Mi objetivo ahora es que en todo hogar haya en la estantería un ejemplar de Los Modlin como en los ochenta toda casa tenía su Cosmos de Carl Sagan. Lo llevo crudo.
- ¿Tienes previsto pasar de ser "autoeditor" a "editor", y que FracasoBooks sea plataforma para proyectos de otros que te interesen?
-Ya he ejercido de editor varias veces lo que pasa que mi editorial intenta acoplar una formula de financiación distinta para cada libro. En la web de Fracaso Books hay varios ejemplos de libros en los que he ayudado a editar y en los próximos meses habrá más. Invisible Immigrants, un libro que rescata fotografías de lo álbumes familiares de los españoles que emigraron a los estados Unidos, es uno de esos ejemplos. Esporádicamente y a un ritmo muy lento y seguiré colaborando en proyectos de este tipo donde la imagen siempre esté presente.
- En una entrevista con nuestro compañero Eugenio Viñas, de Valencia Plaza, dejaste bastante clara tu apuesta de distribución: "quiero que el libro sea vendido por gente que le pueda dar valor delante del cliente. Al final, está distribuido en toda España; si la provincia es pequeña, al menos está en una librería, pero en general tampoco está en muchas". ¿Tú has buscado a Pynchon&Co, o Pynchon te ha encontrado a ti ?
-Suelo ser yo el que busco las librerías y ofrezco mis productos. En Alicante no conseguí ninguna que me contestara, tampoco en Elche. Hay lugares que he dado por perdidos. Las de Pynchon&Co se pusieron en contacto conmigo aunque no es lo más frecuente. Lo mismo sucede´con libros Chus. Este tipo de librerías son las que a mi me funcionan. Me encantan esos libreros farmacéuticos que se han leído el libro y se lo recetan a su clientela.