CASTELLÓ (EFE). La interprofesional citrícola Intercitrus aspira a convertirse en un verdadero lobby en Bruselas y en una interprofesional muy activa, apunta su presidente de turno, el alicantino Ramón Espinosa (Asaja), quien ahora tiene sobre la mesa más de 600 currículos para elegir, antes de marzo, al futuro gerente de la organización, un punto que en octubre estaba previsto solventar "con carácter inmediato". El vigente presidente de la interprofesional, en una entrevista con Efeagro, asegura que afronta con "una actitud positiva" su mandato, que comenzó el pasado mes de octubre tras recoger los "buenos frutos" dejados por su predecesor en el cargo, Enrique Bellés, de la Federació de Cooperatives Agroalimentàries de la Comunitat Valenciana.
"Espero que de aquí al final de mi mandato, o incluso antes, podamos ejercer una posición de liderazgo, de lobby para todos los temas que tenemos pendientes en Europa y otros problemas que hay de cítricos. Ese papel lo tiene que jugar Intercitrus y estamos construyendo la interprofesional para que lo pueda llevar a cabo".
Para Espinosa, ahora, "tras dos campañas citrícolas consecutivas buenas", es el momento para impulsar de una vez por todas esta organización, en la que están representados todos los eslabones de la cadena de valor de la naranja y la mandarina y que en su origen no pudo salvar los "intereses contrapuestos" que a veces surgían. "Vamos a trabajar en lo que estamos de acuerdo, que es el 90%, y olvidar de momento aquello en lo que no, y siempre con una actitud constructiva", ha sentenciado.
Para lograrlo, ya tienen a su disposición una sede en el centro de la capital valenciana -un local cedido de forma gratuita por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica-, "que estará abierta de lunes a viernes" y que permitirá desarrollar un "trabajo constante, dinámico y más social".
También han iniciado el proceso de selección de un gerente con "dedicación exclusiva" -tras "recibir más de 600 currículum"- y que "empezará a trabajar antes del próximo mes de marzo". El perfil que buscan es el de "una persona joven, de unos 35 años, con estudios universitarios, nivel alto de inglés o prácticamente bilingüe, con experiencia en el sector agroalimentario y citrícola", detalla.
Con estos mimbres, Intercitrus se ha marcado como objetivo institucionalizar reuniones periódicas con todos sus integrantes e impulsar su web, lo que pondrá en evidencia que la interprofesional "es mucho más importante que todos sus miembros a nivel individual" y la necesidad de acometer promociones a medio plazo.
Si a nivel europeo una de sus prioridades es que exista "reciprocidad" en los acuerdos de la Unión Europea con terceros países, en el mercado nacional otro de sus proyectos pasa porque se acometa una "reconversión varietal" con la adopción de medidas que pasarán por la sustitución de plantaciones no productivas.
"Es necesario ordenar la producción y hay nicho de mercado para más variedades tardías" de mandarina y naranja, explica Espinosa, quien no descarta que la modernización de la producción pase primero por el apoyo a la investigación de nuevas semillas o por la compra de royalties de algunas ya desarrolladas.
"Tenemos una posición de liderazgo en producción y la capacidad logística para llegar a todo el mundo", ha sentenciado a la hora de hablar del futuro del sector, en el que cuenta con la apertura de nuevos mercados y la reapertura de otros como el estadounidense. Y, sobre todo, "mantener el de la Unión Europea", pese a la creciente entrada de cítricos de Sudáfrica -"su campaña se solapa cuatro meses con la española"-, Egipto -"ha duplicado en poco tiempo su producción"- o Turquía, "que ha plantado diez millones de árboles de cítricos en los últimos seis años".
En relación con la importación de países terceros, cree imprescindible que se mejore el control fitosanitario en frontera, para minimizar uno de los "factores externos que dejan sin aire" al sector, como la posible entrada de plagas con los envíos de productos que compiten directamente con los españoles.
Respecto a las modificaciones de la Ley de la cadena alimentaria que está en curso, Espinosa considera que "supone un hito muy importante" que se obligue a cada operador a fijar un precio igual o superior al que ha pagado por un producto porque "el poder legislativo sirve para cambiar tendencias". Aunque "todavía no se está cumpliendo, las leyes sirven para poner límites y cambiar costumbres", apunta antes de resaltar que en los próximos años va a ser fundamental el papel sancionador de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) en el incumplimiento de la normativa en los contratos de compraventa.