CASTELLÓ. No hay demasiado misterio detrás de Cúmul. Su nombre ya les define: quieren ser un cúmulo de talento, de creación, de propuestas. Un cúmulo de gente joven que tiene ganas de hacer y recibir arte. Hay pintores, pero no es un grupo de pintores. Hay diseñadores de moda, pero no es un grupo de diseñadores de moda. Cúmul es un proyecto que entremezcla estas -y otras- variantes para convertirse en un espacio alternativo donde artistas de todas las índoles se reúnen para dar a conocer su trabajo. Además, aunque se ubica en Castelló no es únicamente un expositor del trabajo que se hace en la ciudad, ni en la provincia. En su corta vida - a penas lleva cuatro meses en curso- ha dado cobijo a creadores de València y próximamente lo hará con un artista de Nepal.
"Somos una asociación sin ánimo de lucro que programa arte de forma autogestionada. Sin ningún tipo de ayuda pública o privada. Uno de los motivos por el que diferentes artistas nos decidimos a formar este proyecto es porque buscábamos crear espacios alternativos. Ya los hay en Castelló, pero creemos que lo que podemos ofrecer es especial. Cumple unas necesidades relacionadas directamente con gente joven que se dedica a producir", explica Gerard Bomboí, quien decidió convertir su estudio en un contenedor de arte mayor.
Situado en la calle Conde Noroña, el espacio fue en un primer momento taller del también pintor Carlos Asensio, para más tarde convertirse en el refugio de Bomboí, aunque muy pronto tuvo claro el creador que quería darle un uso alternativo. "Estuve un año alquilando el espacio en compañía de otros artistas y al tiempo entré en Cúmul. Era un grupo de gente muy joven que tenía ganas de hacer otras cosas pero no sabían dónde, así que les propuse que utilizaran el espacio como lugar de reunión. Esto siguió una temporada hasta que ya tomé la decisión de compartirlo todo. Es un sitio enorme, tenía sentido hacerlo así. No solo por una cuestión de dinero, sino para movilizar más fácilmente la asociación y no limitarlo al uso de un taller, cuando hay espacio de sobra para hacer exposiciones o encuentros", señala el castellonense que coordina este proyecto junto a otros seis creadores. Una muestra más de la multiplicidad a la que se quiere llegar.
Cúmul también son Rafa Jurado, profesional que produce música en 8 bits para videojuegos; Carlos Bonet, pintor; Paula Lorenzo, fotógrafa; Clara Culiáñez, escritora; Paco Rangel, artista conocido por su trabajo de electrografías; y Daniel Cala, diseñador de moda. Todos dan voz y cuerpo a este proyecto que todavía está empezando a hervir. "Hacía falta en Castelló un lugar así, donde poder programar exposiciones de arte de forma autogestionada y al margen de las instituciones", afirma Paula Lorenzo, quien ha sido precisamente la primera artista en exponer, junto a Anna Alegre, en la recién nacida sede cultural. Su trabajo CamMoods es además una perfecta muestra de esa creación underground de la que se habla. La obra, que nació como consecuencia del confinamiento, recoge y expone las fotografías y vídeos que más de 130 personas hicieron desde la webcam de su ordenador. El objetivo era, como explican las creadoras a Castellón Plaza, ayudar a mantener vivo un contacto físico que con el encierro se había perdido, pero también se trataba de imaginar nuevas identidad a través de internet, en un momento en el que el confinamiento "rompió con una parte esencial de nuestra ser".
A partir de aquí, toca saber que la estética de Cúmul poco tiene que ver con la de cualquier galería o museo. No hay una recepción donde esperar antes de entrar. Con el arte te topas nada más abrir la puerta de la sala, aunque la disposición del bajo impide que puedas ver todo de un único vistazo. Ahí está la gracia. No todo se puede descubrir en el momento, pero quien encuentra Cúmul sabrá que habrá llegado al lugar acertado. Y es que no pretende ser este nada de lo que no es. Su objetivo, de nuevo, es generar una vida cultural diferente a la que hay en la ciudad. Así, aunque buena parte de su contenido serán exposiciones, también se abren a la presentación de fanzines, libros ilustrados y otro tipo de publicaciones; a la difusión de dosieres e incluso a charlas artísticas o cinefórums.
En consencuencia, además de la exposición de CamMoods, ya han encontrado su sitio en Cúmul los artistas Erik Harley, Jorge Alamar, Cris Bartual y Mar Reykjavik, esta última seleccionada para las residencias artísticas del Consorci de Museus en Castelló y quien prepara una nueva intervención para el espacio. "Con estos primeros encuentros tanteamos las ganas que tenía la gente de hablar de cultura. Y las había. De hecho, han habido debates de más de una hora", cuenta Bomboí, que ya avanza un proyecto expositivo de mayor embergadura para 2021. La asociación cultural prepara una exposición para la futura edición del festival de fotografía Imaginaria.
Pero, mientras esto llega, Cúmul continuará moviendo el arte a un ritmo poco habitual en la ciudad. Según aseguran sus programadores, habrá al menos dos o tres actividades cada mes. Una cifra que choca con el volumen de propuestas que se llevan a cabo, por ejemplo, en el EACC, donde es habitual ver un nuevo proyecto expositivo cada cuatro o cinco meses. "La gente se ha quedado sin buena parte de los eventos de peso que tenían las instituciones para este año. Por eso queremos suplir este vacío con una programación más underground. A pesar de que estamos en un momento donde parece que no hay creación, sí se crea. En Cúmul los artistas podrán tener un contacto de tú a tú con otros artistas y además de una manera desenfadada", concluyen sus artífices.
La artista, que actualmente forma parte de una exposición colectiva en el IVAM, ha sido la ganadora del Beca Velázquez 2024/2025