CASTELLÓ. La mejora en la formación que permita a las empresas tener suficiente personal cualificado es, probablemente, el principal reto que tiene por delante el sector azulejero en el proceso para integrar la Industria 4.0, en la denominada cuarta revolución industrial. Esta es una de las consecuencias que ha centrado el debate del primer Seminario de Asebec Procesos de innovación tecnológica para el Siglo XXI: La Revolución Digital, que este lunes se ha celebrado en Cámara Castellón.
Con formato reducido debido a la pandemia y a la que finalmente no han podido asistir el presidente de la patronal azulejera Ascer, Vicente Nomdedeu, y el director global de Producto de impresión inkjet para packaging y materiales de construcción de Efi, Fernando Tomás; la cita ha sido un espacio para abordar los procesos automatizados "que ya estamos haciendo prácticamente todos", como ha destacado el presidente de Asebec, Juan Vicente Bono. Pero también han tenido su espacio aquellos pasos que todavía no se han dado en esta transición digital, recogidos en la guía que la asociación de fabricantes ha elaborado.
En este sentido, el consejero delegado de Nayar Systems, Alexis Nadal, ha resaltado que la mayor parte de los avances se han dado "a nivel de trabajo administrativo, pero a nivel de fabricación no tanto". También se han producido avances en el mantenimiento de los procesos, como resalta el gerente de Maincer, Francisco Vigil: "Hoy en día, si se para una máquina, desde la oficina te conectas y ves la pieza que falla, la cambias y arreglado. El cliente no pierde producción".
Pero todavía hay mucho camino por andar, "y la digitalización nos ayudará a que los procesos estén automatizados para no depender de la presencia física", señala el consejero delegado de Chumillas Technology, David Chumillas. Este apunta además que el panorama que se ha abierto con la pandemia sanitaria "abre nuevas posibilidades" con el auge del teletrabajo para tratar de captar profesionales mejor formados, que no necesariamente han de ser castellonenses. "Se puede hacer un mix entre trabajo presencial y desde casa porque no hace falta que el ingeniero venga todos los días; tenemos que asimilarlo y sacarle partido", remarca.
Y es que todos los presentes han coincidido en que el "mayor obstáculo" para la implantación de la Industria 4.0 en el sector cerámico "es el personal cualificado", en palabras de Nadal. En este sentido, el también presidente de la Asociación de Empresas Tecnológicas de la provincia de Castellón, Xarxatec, apunta que el principal objetivo de la entidad "es crear cantera: necesitamos más tecnólogos".
En esta tesitura, y ante la falta de apuesta de la Administración en la implantación de planes formativos adaptados al sector, en lo que también han coincidido todos, las empresas se han convertido en lugares para la formación de sus trabajadores. "La cualificación es casi un tema tabú en España", ha apuntado Bono; mientras Vigil afirma que, por su experiencia, "hasta que no pasan dos años a un ingeniero no lo puedes dejar solo". Ante esta evidencia, Chumilas ha abogado por asumir que las compañías han de materializar esta formación de sus profesionales "pensando en que retribuye en el crecimiento de la empresa".
Tras ello se abre otro debate: cómo las firmas pueden retener ese talento una vez que han invertido tiempo y dinero en formarlo. Algo para lo que son útiles los contratos blindados, ha señalado Bono, un asunto que ha generado controversia.
En lo que sí se han mostrado de acuerdo todos los expertos que han participado en la jornada patrocinada por el Institut Valencià de Competitivitat Empresarial, Ivace, es en la oportunidad que suponen los institutos tecnológicos, y especialmente el ITC, para avanzar en la formación de los profesionales. El presidente de la patronal de maquinaria cerámica ha remarcado en este sentido el plus añadido de que el ITC sea mixto, lo que permite que las empresas estén investigando "en aquello que quieren".
No en vano, "las empresas tienen casi 100 personas empleadas y la universidad 14 o 15" en el ITC, apunta Bono para destacar esta ventaja. A ello se suman los proyectos en que las firmas colaboran con el Instituto de Tecnología Cerámica. En este punto, Vigil critica la falta de ayudas de la Administración, ya que solo hay subvenciones para unos pocos. "Al final la colaboración le cuesta un dinero a la empresa. Hay proyectos que sí tienen retorno y otros que no".
Además de la formación, "el principal escollo" para la adaptación del sector cerámico a la denominada cuarta revolución industrial, el azulejo también tiene otros retos por delante. Una de las claves, según Alexis Nadal, es "la seguridad informática: Cuando todo está conectado a internet, a priori todo es accesible. Puedes poner puertas, pero todo es derribable. Si hay alguien malintencionado, siempre podrá acceder. A nivel informático, todos tenemos que protegernos casi como un banco. Un chavalín de EEUU te puede paralizar la fábrica y dejar sin producción", remarca el experto.
Y, en otro orden de cosas, los nuevos requerimientos ambientales también supondrán un desafío. "Los costes energéticos nos están obligando a minimizar costes laborales y la necesidad de que esté todo digitalizado es una realidad", apunta Bono, quien asegura además que, especialmente entre los fabricantes de fritas y esmaltes, la preocupación por la limitación de consumo de gas es evidente porque hay empresas "que pagan más por derechos de CO2 que en impuestos".
Pero esto, además de ser un problema, "es totalmente una oportunidad", destaca el presidente de Asebec. Una oportunidad compleja, eso sí, pues "el cambio hasta 2030 es casi como cuando empezamos con la cerámica; es tan grande que habrá que hacer un gran esfuerzo y digitalización".
Los expertos también han coincidido en destacar los problemas añadidos que, para este proceso, suponen las trabas burocráticas, en un sector y mercado globales. Pero también dentro de un Estado con 17 administraciones diferentes. "Es un hándicap que cuesta superar", remarca Chumillas.
Eso sí, el CEO de Chumillas Technology es optimista y destaca que toda adaptación "genera oportunidades y va a hacer que avancemos". En este sentido, apuesta además por extrapolar a otros sectores "el know-how generado aquí" y pone como ejemplo el textil, donde el feedback cliente-vendedor es muy ágil. "Ahí es donde debe llegar el sector cerámico, saber qué baldosa está pidiendo, al momento, el mercado", remarca.
Y es que, debido a la complejidad del clúster cerámico, han de ser los actores castellonenses los que lleven a cabo la digitalización del sector. En palabras de Nadal: "La tecnología está al alcance de todos, pero lo más importante es conocer el sector. Veo muy difícil que venga Samsung y digitalice el sector cerámico. Ese paso se tiene que dar aquí. Y ese conocimiento se tiene que quedar aquí, tenemos que extraer valor de este punto".