CASTELLÓN. El Comité de Gestión de Cítricos (CGC) ha reclamado al Gobierno francés que, tras ceder en parte de las pretensiones de los manifestantes de los chalecos amarillos, garantice un "corredor seguro" para productos perecederos y ha denunciado que los bloqueos han afectado a la campaña citrícola y "amenazan" la de Navidad. A nivel nacional, ha exigido al Ministerio de Fomento que "agilice con urgencia" los pasos por la Jonquera e Irún tras verse cerrados por la Guardia Civil a raíz de las protestas.
La entidad ha criticado en un comunicado que los "sucesivos bloqueos" en la frontera de ambos países y en algunas infraestructuras viales francesas han afectado "de manera sustancial" a la campaña de San Nicolás, festividad que se celebra el 6 de diciembre y en el que el consumo de clementinas y naranjas "se dispara" en países como Holanda, Bélgica o buena parte de Alemania. Los conflictos en la frontera producirá retrasos en las entregas de uno o dos días sobre la fecha programada, señalan desde la patronal estatal de exportadores de cítricos.
El CGC ha advertido además de que "de no mediar un acuerdo", las protestas en Francia "amenazan con alterar el momento álgido de la campaña citrícola, los envíos de Navidad", y ha resaltado que el impacto económico de las protestas sobre el sector será "importante, pero podría ser catastrófico" si no se da seguridad a los transportistas en las próximas fechas, ya que diciembre es el mes en el que más volumen de exportación se realiza todos los años: entre 620.000 y 700.000 toneladas, fundamentalmente de clemenules y de naranjas navelinas.
Los cortes en las carreteras y las retenciones provocadas comprometen "igualmente" la llegada en tiempo de partidas que tenían por destino ser embarcadas para comercializarse a ultramar, como los envíos hacia Rotterdam para ser reexpedidos a mercados terceros "relevantes", que podrían "no llegar en el tiempo programado y perder el flete". De esta forma, la patronal de exportadores considera que "más allá de las pérdidas directas para el operador, se plantearía un problema de orden logístico, en tanto no existen lugares en tales zonas portuarias donde poder almacenar esa fruta".
El Comité de Gestión de Cítricos ha puntualizado que la situación no ha desembocado "aún" en una ruptura de estoc en la gran distribución europea, donde se comercializa entre el 91 y el 93% de la exportación citrícola española, pero sí se ha producido un "daño comercial evidente y un perjuicio reputacional al sector si cabe más grave". Además, el conflicto no solo afecta a la salida, sino también para la vuelta de los camiones que "tras descargar las partidas con retraso en las centrales de compra, no pueden retornar para hacerse cargo del siguiente envío", en un medio que es "un factor decisivo en la competitividad de la citricultura española".
Por otra parte, desde el CGC han resaltado la "complicadísima coyuntura" de esta temporada, en la que las lluvias han reducido al mínimo los días en los que se pudo recolectar y confeccionar la fruta, un "factor negativo a sumar al retraso generalizado en la maduración de las primeras clementinas y naranjas, que provocó que el arranque de campaña se desplazase entre dos y tres semanas".