CASTELLÓ. La empresa promotora del festival Arenal Sound, The Music Republic, ya negocia con el Ayuntamiento de Burriana la celebración de conciertos de pequeño formato durante las fiestas patronales de la Misericòrdia, que tendrán lugar a principios de septiembre. Así lo ha confirmado este viernes la alcaldesa, Maria Josep Safont, durante una rueda de prensa telemática.
La primera edil anunció hace dos semanas la cancelación del festival por segundo año consecutivo debido a la Covid-19, aunque la promotora se resiste a darlo por anulado. De hecho, la página web del Arenal Sound aún lo promociona y anima a los sounders a votar por sus artistas preferidos en una encuesta. Sin embargo, según Safont, “se está planteando la realización de conciertos en la zona marítima por parte de diferentes concejalías”, de los cuales alguno lo organizaría The Music Republic. Cosa que se descarta por completo que se vaya a celebrar el macrofestival.
También las estrictas medidas sanitarias o la vacunación, todavía lejana al total de la sociedad, impiden que este año vaya a haber macrofestivales. No es, en efecto, una incógnita sobre la mesa, porque no hay ningún plan de celebrar una cita masiva como reflejo del concierto dado meses atrás en el Palau Sant Jordi. El trabajo de las promotoras se está direccionando más hacía otros formatos que les permiten asegurar el verano sin sobresaltos: los ciclos de conciertos. La misma promotora del Arenal Sound así lo hará con Benicàssim, donde también tiene previsto realizar el FIB -tampoco cancelado a día de hoy-, y donde ha preparado un ciclo de conciertos para el mes de julio, con el público sentado, distancia de seguridad y un aforo reducido.
Así, las incógnitas ahora pasan por saber cuándo volverán los macrofestivales y cómo lo harán. Además, no contar con un plan uniforme y consencuado entre la administración, los consumidores y los festivales está dando lugar a diferentes posturas en la devolución de las entradas compradas antes del Estado de Alarma y que aún no se han podido celebrar. Cada promotora está ofreciendo diferentes soluciones, desde retrasar la celebración a otoño hasta no devolver el totalidad de la entrada o esperar al año siguiente. En el caso del macrofestival de Burriana se desconoce la solución, porque todavía no está oficialmente cancelado, algo que, a dos meses de su celebración, está causando el malestar del público.