Huertos de naranjos. Foto: KIKE TABERNERVEGA BAJA. Dado el escenario en el que se encuentra todo el país ante el Estado de Alarma por la crisis del coronavirus y donde muchos sectores están paralizados, la agricultura, tan castigada cuando todo navega a toda vela, se mantiene en estos momentos, aunque no con poca dificultad, a flote. Esto ha sido posible gracias a las exportaciones de algunos de los cultivos, ya que se ha desplomado el consumo del canal HORECA (hoteles, restaurantes y cafeterías) al tener que cerrar sus puertas, y que en cierto modo se ha compensado con el consumidor final, señalan fuentes del sector.
Uno de los motores de la Vega Baja, la agricultura, no se ha parado, más si cabe, para algunos productos, ha incrementado el ritmo. Los cítricos como la naranja y el limón está 'salvando' en cierta medida la campaña y ha encontrado un hueco en el extranjero. Los agricultores mantienen las labores de recolección. Todo está supeditado al devenir de los acontecimientos. Los trabajos se mantendrán mientras los almacenes y alhóndigas también lo hagan. El brócoli y la coliflor, otra de las señas de la comarca siguen el mismo camino de los cítricos y encuentran en el mercado exterior una salida. "El agricultor está trabajando, están cogiendo limones y naranjas, con las medidas de seguridad" explican desde la alhóndiga La Redonda. "También el brócoli y la coliflor está saliendo bien, con buen precio y con agilidad" añade. La demanda exterior, explican, ha derivado en que las naranjas y los limones se están cogiendo con mayor agilidad. "Lo que se recolectaba antes en un mes ahora en 15 días debido a que hay más pedidos" aseguran desde La Redonda. Esto, sin embargo, no ha repercutido en el precio al agricultor, que no se le ha subido.
Según fuentes del sector de la distribución internacional de productos agrícolas, se ha dado este incremento de la demanda principalmente en Europa de Este por la creencia de que cítricos son un aliado para protegerse del virus. Las exportaciones han incrementado en las últimas semanas, también en el mercado nacional. La situación que deja el coronavirus también ha modificado el trabajo de los transportistas. Aquellos que transportan mercancía hasta Polonia, República Checa, Suiza, Italia y Austria han sido advertidos de que no pueden bajarse del camión y será el personal externo de destino los encargados de descargar las frutas y verduras, aseguran fuentes del sector del transporte.
Por otro lado, hay otros productos que están padeciendo las consecuencias de las medidas para paliar la propagación del coronavirus. La prohibición de los mercadillos semanales en los municipios de la comarca ha perjudicado principalmente a los cultivos más locales y que suelen tener como principal salida los puestos que cada semana se instalan en pueblo. Es el caso de las habas, las acelgas, cebollas tiernas, entre otras verduras. "Los mercadillos semanales las absorvían casi todas, han perdido practicamente su valor" explican desde la alhóndiga. "El 95% se va a la industria, y es muy poco la empresa que trabaja con grandes superficies" añaden. Esto trae consigo una bajada de los precios. Y uno de los ejemplos con mayor impacto en este sentido es el de la alcachofa.
La incertidumbre de cómo se desarrollará esta situación ocupa la preocupación ante la salida que se le pueda dar a la variedad de patata nueva. Se iba a recolectar en estas fechas pero ante las lluvias se va a retrasar. Este tipo de variedad tiene como principal salida los mercadillos locales, ya que se recogen y comercializan con tierra y en las grandes superficies no pueden entrar así. "Veremos a ver si cuando se empiece a recoger en 15 días tenemos problemas" manifiesta Luis, miembro de la subasta de La Redonda.
