Cuanto más chillones mejor. La discreción en la zona de los tobillos ha muerto y ello explica en parte, que dentro del ecosistema emprendedor, Isidro Echaniz quiera hacerse un hueco desde San Vicente del Raspeig en el siempre competitivo sector del retail. En breve, lanzará una línea con motivos alicantinos, pero, mientras llega ese momento, sus cerditos rosas triunfan en los pies de muchos ‘modernos’
ALICANTE. Hay gente que sueña con calcetines, aunque suene raro. Isidro Echaniz es una de esas rara avis y un emprendedor que acaba de pasar la frontera de un año de vida. Este pequeño gran logro navega con la corriente a favor de la moda y de los colorines. Con más de 35.000 pares de medias vendidas, ha hecho famoso al cerdito de Embutidos Dígame de su abuelo.
"Quería que todo tuviera un porqué", explica. Y así nacieron y están naciendo todas las ‘story telling’ de sus diseños. Detrás de sus ideas, está su hermana Berta, quien ahora ha montado su propio taller en San Vicente, precisamente, en la calle Doctor Fleming. Desde allí, salen los bocetos de todas las ilustraciones que lucen los Mr. Fleming. Junto a ellos, también están las habilidosas manos de un ebanistero, familiar de los dos jóvenes, que se encarga de parte del packaging de madera con los que personaliza estas prendas.
Empezó con 5 modelos en 3 colores y ahora ya tiene ediciones limitadas y prevé lanzar una con motivos alicantinos. La explanada, las palmeras … parte de los iconos de la ciudad cobrarán forma en los algodones de muchos pies. Isidro ya trabaja en la próxima campaña de Navidad, porque este año las cosas le han ido bien.
"Ahora estamos en el momento de evaluar, si damos ese salto para crecer; porque la verdad es que estas fiestas fueron bien", comenta el alma mater de la marca. Con una inversión inicial hecha con ahorro, la marca se buscó buenos proveedores que le permitieran no acumular stock. "Trabajo con dos, uno en Galicia y el otro está en un pueblecito de Valencia, Canals", según Echaniz.
El plan de negocios parece haber funcionado, porque, en tan sólo un año y con recursos muy limitados, esta marca de calcetines está presente en 22 tiendas de 15 ciudades
El plan de negocios parece haber funcionado, porque en tan sólo un año y con recursos muy limitados, esta marca de calcetines está presente en 22 tiendas de 15 ciudades. El primer hueco lo conquistó en un establecimiento de Bilbao, después fue Murcia y a partir de ahí, vinieron Lugo, Madrid, pasando por Sevilla, Málaga o Ceuta. En la provincia, se pueden localizar en distintas tiendas de complementos de Alicante (2), Elche y Novelda.
El mundo de los calcetines de fantasía es una tendencia e Isidro estudió bien su competencia antes de lanzarse. "Tengo una experiencia de 10 años en el textil y siempre había querido montar mi propia empresa", cuenta el promotor del proyecto. Así que con ahorros y horas, se trasladó de Sevilla a tierras sanvicenteras. "Mi primera tirada fueron 7.000 calcetines. Pensé que lo que más iba a tirar era el online y no ha sido así", comenta Isidro.
Esta joven marca cuenta con tres canales de venta: Online, ferias y tiendas. Curiosamente la primera sólo es el 35%, aunque su dueño es consciente de que le ha faltado un verdadero plan de promoción en este capítulo. Ahora la venta está limitada a España, lógicamente y sólo se pagan gastos de envío si el usuario compra menos de tres pares. Las potencialidades que pueden venir por la shop son muchas, pero están condicionadas a poder aumentar la financiación y, por supuesto, a aumentar las manos de atención y preparación de los paquetes.
Sin embargo, el éxito de los ‘cerditos’ viene porque representan el 60% de sus ventas. Estos lindos animalitos en colorines bien llamativos han competido con las vespas y otros colores de tendencia hechos en buen algodón. Los precios están entre los 7 a 9 euros el par.
Sus proveedores son dos fabricantes de Galicia y de Canals (Valencia) que se ajusta a la calidad que quiere imprimir a cada par de calcetines
La favorable acogida que le ha dado el retail hay que medirla en su justo término e Isidro es consciente de ello, pero asegura que prefiere asegurar su existencia con un crecimiento paulatino y no deberle un duro a los bancos que otros planteamientos. Y es que cuando se toca la fibra de las ayudas, este emprendedor mantiene una postura crítica en especial en cuanto a la farragosa burocracia para todo, incluso la de pedir cualquier cantidad. Así que como otros muchos, apuesta por facilitar cuotas o medidas y facilitar la presentación de documentos o iniciativas. Con eso, ya se habría andado mucho, en su opinión.
Su empuje es el de cualquier emprendedor y cruzar la frontera del primer año de vida le otorga un valor extra en el ecosistema. Ahora Mr. Fleming, que es la simbiosis entre los flamencos y el doctor Fleming que iba siempre con pajarita, es una marca a tener en cuenta y por lo menos, fácil de seguir si se miran los pies. En la mente, la idea, con la que ya ha tonteado, de buscar un partner potente dentro del sector de la moda con el que poder hacer una unión interesante. Quizás veamos pronto volar a los cerditos en unas zapatillas.