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Mosaiq ganó 34 millones antes de que la familia Batalla recuperase la rama de la construcción

29/08/2019 - 

CASTELLÓ. Mosaiq, el conglomerado empresarial que conformaron a lo largo de año y medio la familia Batalla y Atitlan, el fondo de inversión liderado por Aritza Rodero y Roberto Centeno (yerno de Juan Roig), ganó 34,7 millones de euros en el único ejercicio en que formuló unas cuentas que pueden ser interpretadas sin interferencias financieras. Y es que los resultados del año anterior, con 265,7 millones de euros de beneficios, estaban condicionados por la quita de 346 millones de deuda que los bancos aceptaron para permitir la entrada de Atitlan en el grupo, acaecida hace poco más de dos años, un montante que se tuvo que repercutir como ingresos.

Estos 34,7 millones conforman así los resultados del último año en que las ramas de la construcción y de medio ambiente de Mosaiq formularon las cuentas conjuntamente. Y es que, a pesar de que la recompra por parte de la familia castellonense de la división de construcción se produjo en las Navidades del año pasado, el balance comprende también la labor de Obinesa, propiedad actualmente de los Batalla, y de "siete meses" de actividad azulejera. No en vano, fue a principios de agosto del año pasado cuando Mosaiq vendió Saloni al gigante británico de las moquetas Victoria PLC por 74 millones de euros, importe que consta en el actual informe de gestión. 

70 millones menos de facturación

Esta venta, así como la de los concesionarios de vehículos (con marcas como Mercedes Benz, Opel, Toyota, Smart, Honda y Lexus) y la de Lubasa Aparcamientos, producida a principios de 2018, fueron los dos factores que redujeron la facturación del grupo por primera vez tras varios años de crecimiento. En concreto, el hecho de computar solo siete meses de actividad de Saloni y ninguno de las divisiones de turismos y parkings, provocaron la caída de las ventas de 345,5 millones a 275,4. 

Las cuentas de Mosaiq del año pasado no reflejan todavía en estos apartados la escisión del grupo en dos ramas: la de construcción y servicios por un lado; y la de medio ambiente por el otro. Pero hay dos aspectos que ofrecen una idea del volumen de la operación. 

Bajan los empleados y los activos empresariales

A cierre de 2018, la cifra de trabajadores de Mosaiq era de 807 personas, mientras un año antes eran 2.096. De esta manera, con la recompra por parte de la familia Batalla de las áreas de construcción y servicios, alrededor de 1.300 empleados han pasado a depender directamente del grupo Simetria y no de Mosaiq. 

Este último grupo, además, ha perdido activos por valor de 265 millones de euros. Entre ellos se contabilizan los bienes de los aparcamientos y de Saloni, pero también los de las diferentes compañías integradas bajo la rama de la antigua Obinesa. 

Las cifras de la recompra

El informe de gestión de las cuentas consolidadas también apunta las cifras de la operación por la cual la familia castellonense recompró, en diciembre de 2018, tan solo un año y cuatro meses después de la entrada de Atitlan en el grupo, las divisiones de construcción y servicios. Para compensar esa transacción, prácticamente lo que se produjo fue una partición a partes iguales.

El 24 de diciembre de 2018 la junta general de Mosaiq aprobó repartir 136,8 millones de dividendos para proceder a la escisión de las dos ramas. De ellos, 41,8 los ingresó la familia Batalla en concepto de acciones de Simetria. Atitlan recibió, en forma monetaria, otros 42 millones de euros. Asimismo, 34,1 millones permanecieron en el grupo Mosaiq para financiar el circulante que el grupo tenía con los bancos. Por último, otros 19 millones de euros se los repartieron los diferentes socios de Mosaiq. Dado que estos son los propios Atitlan y Simetria, y puesto que en ese momento el capital ya estaba repartido a partes iguales (frente al 55% y 45% inicial), estos dos últimos apartados se reparten en dos mitades. 

En virtud de esta operación, y según figura en el mismo informe de gestión, las principales empresas que a día de hoy configuran el grupo Simetria y por tanto están en manos de la familia Batalla son Becsa y sus sociedades dependientes, Cantera la Torreta, Casva Seguridad, Corporación Europea de Servicios y Capitales (anterior Covop), Durantia Infraestructuras, Élite Cementos, Gesmed, Industrial de Energía y Tecnologías, Las Pedrizas, Origen Materiales y Puerto Azahar Centro de Ocio.

Por su parte, en poder de Mosaiq -que sigue teniendo su sede en la Ciudad del Transporte de Castelló y que como se ha dicho se reparten a partes iguales Atitlan y la familia Batalla- queda la división de Medio Ambiente, conformada por Tetma, Reciclados Palancia Belcaire y Vivers Centre Verd, así como Lubasa Desarrollos Inmobiliarios, como ya publicó este diario.

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