ALICANTE. La soledad de David Cerdán en el PSPV no es de ahora, viene de lejos. Sin embargo, con la ola del sanchismo había cogido cierto protagonismo: apareció en algunos actos de las plataformas de Pedro Sánchez, y sobre todo, tuvo su minuto de gloria en el acto de Elche, donde tomó la palabra, pese a no estar previsto, pero con la bendición del propio nuevo secretario general. Al parecer, el propio David se lo pidió a Pedro Sánchez y éste lo permitió, pese a la sorpresa de sus compañeros de filas.
Pasaron las primarias, con la contundente victoria sanchista, no sólo en Alicante, sino en la Comunitat Valenciana, y Cerdán se creyó restituido en las filas socialistas, después de varios meses de anonimato, sin presencia pública y con una ranqueante actitud en las Cortes Valencianas: le hizo varios feos al grupo parlamentario votando en contra en algunas comisiones o ausentándose de un pleno para evitar el respaldo a la posición del partido.
La cosa, como se sabe, ya venía calentita de antes: la sintonía con Ximo Puig es nula, máxime tras apearle del número uno de la lista del PSPV a las Cortes en 2015 y situarle en el tres. Sus principales aliados en el dirección provincial, Pilar Brotons y Toñi Serna, hace tiempo que marcaron distancias con él.
Esta semana, con la negociación de la lista de delegados al congreso federal de PSOE, Cerdán volvió a exigir a los sanchistas que debía ir en la lista, aunque fuera en el último lugar. Todos le dijeron que no, que no iba a ir. A última hora del sábado intentó montar una lista alternativa con militantes de L'Alacantí (en concreto, de Mutxamel), con el objetivo de sacar el 20% de los delegados y poder tener representación en el congreso. Pero al ver que la opción no fructificaba, Cerdán se vio solo y ha optado por la dimisión, este sábado por la noche, y de esa manera obtiene el protagonismo este domingo, el día del congresillo provincial.
De esta manera, les lanza un misil político a los teóricamente suyos (Alejandro Soler, Antonia Moreno, Pepe Asensi, etc), rompe la armonía entre susanistas y sanchistas, que han pactado todas las listas de la provincia, y deja al enemigo de los suyos, a Alfred Boix, la cabeza visible del president y secretario de Organización del PSPV, como el hombre que debe proponer la gestora que sustituya a la actual dirección provincial del PSPV en Alicante. Jugada redonda: bomba racimo con varios daños colaterales.
Ahora, la dirección provincial se diluye, y con ella, sus cargos, entre ellos, los enemigos acérrimos de Cerdán: Herick Camps, vicesecretario, y Toñi Serna, secretaria de Organización. El nuevo PSOE federal de Sánchez y Ábalos deberá validar esa gestora hasta septiembre y octubre, cuando se celebrará el congreso para elegir a la nueva cúpula.