ALICANTE. Dice que no se siente reconocida bajo la denominación de tránsfuga porque sostiene que no se marchó voluntariamente ni del grupo municipal de Guanyar ni de su partido, Podemos. Fue expulsada del equipo de Gobierno el 29 de marzo de 2016 por adjudicar contratos menores a una empresa de comunicación representada por compañeros podemitas y, desde entonces, Nerea Belmonte (Alicante, 1988), es edil del llamado grupo no adscrito, tras un paso de nueve meses por las concejalías de Acción Social y Vivienda. Es licenciada en Derecho, ejerce como "consultora financiera" y, junto a su compañero no adscrito, Fernando Sepulcre, acaba de facilitar la aprobación de los presupuestos municipales del tripartito para este 2017.
-Se ha cumplido ya más de un año de su expulsión del equipo de Gobierno. ¿Cómo valora esa decisión pasado ese tiempo?
-Como una decisión errónea. Todo el mundo en el equipo de Gobierno sabe que fue una caza de brujas y que los estándares de estética que estaban intentando instaurar no se correspondían para nada con la realidad. Se quiso lanzar una sospecha sobre un procedimiento que fue completamente legal y que contó en todo momento con el visto bueno de los funcionarios, con el conocimiento de los excompañeros de Guanyar y que al final, todo el mundo sabe porque están los números, que supuso un ahorro para las arcas públicas.
-¿Una caza de brujas por parte de quién?
-Se empezó por un medio de comunicación supongo que a instancias de algún partido político. He dicho siempre muy claramente que hubo un intercambio de cabezas, la de Marisol Moreno, de Izquierda Unida (IU) por la mía. Había sido condenada por la Audiencia Nacional [al pago de una multa por un delito de injurias a la Corona, en enero de 2016] y se estaba exigiendo su dimisión. Había que hacer un cambio de foco. Fue una caza de brujas a la que se apuntaron los socialistas y Podemos.
-La justificación que se dio fue una pérdida de confianza por un comportamiento poco ético al adjudicar contratos menores a personas afines. ¿Qué tiene que decir a eso? ¿Fue así?
-No se trata de adjudicar contratos a personas afines. Se trata de si se adjudican contratos por ser personas afines. Si tenemos en cuenta la cantidad de contratos menores que se daban en la Concejalía de Acción Social a más de 120 empresas y autónomos, y que no se le pedía el carnet absolutamente a nadie, si no que se les pedía un proyecto bueno y económicamente competitivo, al final, alguien tenía que haber de Podemos. Había empresas de afines a PSOE, a Compromís, al PP... a todos No me parece correcto que, porque una empresa fuese de gente de Podemos ya hubiese que demonizarlos. De hecho, están trabajando en otros ayuntamientos con otros partidos que no son Podemos y están haciendo muy buen trabajo, según tengo entendido.
-Es decir que sostiene que la justificación no era válida.
-No, no me parece válida. Me parece igual de mal dar algo a quien no lo merece, como no dárselo a quien lo merece. Y si hubo una empresa que presentaba una propuesta que era la más idónea, o en este caso, en un determinado momento, la única, y cumple todos los requisitos, ahí sí que hubiese estado cometiendo una irregularidad.
-Ha hablado de apoyo al tripartito, ¿piensa convertirse en la muleta para que los tres socios puedan gobernar?
-No, no soy la muleta de nadie. Mi trabajo no va a depender de terceros. Yo tengo una hoja de ruta con un horizonte claro: lo mejor para Alicante. Eso a veces puede ser compatible con las propuestas del tripartito o con las de la oposición. Y también a partir de ahora cuando se me restituyan mis derechos con mis propias propuestas.
-Usted que formó parte del tripartito, ¿cómo valora su labor, están cumpliendo lo prometido?
-Pues depende de qué asuntos tratemos. No hay absolutos. Son muchos temas, aunque escuchemos temas negativos, habrá otros buenos. Por ejemplo, la reducción de la deuda. Lo importante es, si ponemos en la balanza, qué es lo que decanta. Hoy, creo que la falta de unidad es la que está inclinando la balanza en lo negativo.
-¿Cree que podrían repetir el pacto en 2019?
-Si las cosas siguen así, no creo. Están perdiendo la credibilidad y la confianza de la ciudadanía. Más que por no hacer cosas, porque están permitiendo que el ruido lo llene todo.
-¿Si llegase a plantearse un escenario este mandato en el que se tuviese que elegir a un nuevo alcalde por relevo voluntario o forzado votaría a otro representante del PSOE?
-Yo me guío por las personas, más que por los colores a los que se representen. Sobre todo, en los municipios. Depende de la buena gestión de los recursos públicos para mejorar la ciudad. Podría apoyar a alguien del PSOE, pero también de otro partido, en función de su gestión. Además, habría que plantearse quién tomaría el acta del alcalde y qué pasaría con el tripartito y con la estabilidad del gobierno.
"Si las cosas siguen así, los tres socios del tripartito no creo que puedan repetir el pacto. Están perdiendo la credibilidad y la confianza de la ciudadanía"
-Se ha quejado en público de trato vejatorio en el Ayuntamiento, ¿a qué lo atribuye y por qué no lo denunció como se le llegó a animar?
-Debemos tener claro que somos representantes institucionales de los ciudadanos. Merecemos un respeto, de partida, como personas, y más si cabe por el cargo institucional. Ese respeto en mi caso, durante este pasado año, no se ha dado por parte de algunos concejales de Guanyar y miembros del grupo, supongo que como medida de presión para que yo renunciase. Eso me suena mucho a acoso laboral o moobing. No podía tolerarlo. Eso se ha hecho en los pasillos, sin testigos. Denunciar algo así no puede llegar muy lejos. Yo lo que quería es que parase ese acoso y que fuesen conscientes de que esa actitud no es propia de un representante institucional; creí que la mejor manera era tratarlo dentro del ayuntamiento, pero con la publicidad suficiente para que la llamada de atención fuese importante para que cesase el acoso y se iniciase una reflexión. A veces la izquierda se abandera de las palabras, respeto, igualdad, tolerancia y luego vayan acosando por pensar por cosas diferentes o no haber obedecido.
-¿Qué trato tiene con la oposición, pactan, negocian, hablan, acuerdan…?
-Un trato cordial, de respeto. Cuando se plantean cuestiones ideológicas, difiero, es normal. Cuando se plantean cuestiones de gestión, o que me parece que no tienen tintes ideológicos, sino prácticos, puedo llegar a acuerdos. Es cierto que hay muy pocos concejales del gobierno o de la oposición que me llamen para sentarse a hablar conmigo. Yo estoy dispuesta a dialogar con unos y con otros. Es parte de la acción política, sobre todo si no hay mayorías. No puedo estar llamando a todas las puertas, lo lógico es que me planteen cosas. Yo siempre cojo el guante: el otro día Miguel Ángel Pavón ofreció una reunión y yo acudí.
-¿De su etapa como edil de Vivienda y Acción social, de qué se siente más satisfecha, y qué es lo que más le duelo no haber llegado a hacer?
-De Vivienda, me siento satisfecha de haber comprado nuevas viviendas sociales. Y de haber conseguido comenzar un proceso para racionalizar el reparto y uso de esas viviendas. Lamento no haber podido promover la declaración de Alicante como ciudad libre de deshaucios. De Acción Social, creo que conecté con los trabajadores e inicié los pasos para un nuevo modelo de atención interno y externo: podemos tener un modelo asistencialista o reforzar las comunidades para que se autoempoderen y se apoyen y se genere empleos y las personas puedan salir adelante por ellas mismas. No lo conseguimos por falta de tiempo. Todo se ha ido al traste con el cambio de concejala. También conseguí más dinero para ayudas sociales.
-¿Qué hará Nerea Belmonte en las elecciones de 2019? ¿la veremos en una lista?
-Es difícil saberlo. No me siento identificada con ningún grupo político. Si hay cambios, habría que estudiarlo.
-¿Qué valoración hace sobre la nueva dirección de Podemos en Alicante?
-Creo que Podemos ha perdido la oportunidad de ser la alternativa de izquierdas real de la ciudad de Alicante. Con un tripartito de capacaída, Podemos lo tenía muy fácil. El nuevo secretario y toda la camarilla que lo acompaña no son conscientes de la realidad política y no saben hacer política local. ¿Cuántas intervenciones conocemos de Podemos sobre lo que está pasando? No oímos su opinión sobre los temas fundamentales para la ciudad. No van a ser alternativa de nada. Es un reflejo de Podemos en la Comunitat, en lugar de hacer política, se han dedicado a pelearse por ocupar puestos internos.
-¿Qué piensa de la elección de la nueva cúpula autonómica?
-Más de lo mismo, sigue siendo lo viejo dentro de Podemos. Antonio Estañ que es diputado y ha avalado la labor de Montiel. La señora Meco, igual. Y podemos seguir. Hay gente buena en Podemos. En todos los partidos hay gente buena, el problema de Podemos es que en lugar de potenciar a esa gente buena y ponerla a trabajar para la ciudadanía lo que están haciendo es cargársela porque destaca demasiado o exprimirla a nivel interno para ganar batallas. Cuando llegan a trabajar por la ciudadanía, están tan metidos en batallas que no hacen nada.
-¿Si se lo ofrecieran, volvería?
-No. Podemos en general ha sufrido un proceso de radicalización hacia la izquierda en el que ya no me siento a gusto. Pablo Iglesias se ha rodeado de las Juventudes Comunistas, ha despechado a todo su equipo de la universidad, que eran más moderados, y no me estoy refiriendo sólo a Iñigo Errejón, y está en unas posturas más extremas.
-¿Simpatiza más con los errejonistas?
-Bueno, a mi quienes me perjudicaron fueron los errejonistas, Montiel y compañía, pero sí, me identifico mejor con esa línea más moderada.