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la banda presenta '2038' en el Metalterráneo Fest

Rock desde el 'riu sec' de Castelló: Dry River tocará junto a Ronnie Romero, de los míticos Rainbow

"Castellón tiene una enorme cultura musical, con muchísimos grupos de muy alta calidad” Ángel Belinchón, Dry River

17/04/2019 - 

CASTELLÓ. Castellón es una tierra de grandes músicos de rock, comenzando por no olvidar a Juan Antonio Morcillo hasta llegar al grupo que nos ocupa en este humilde artículo que no puede, pero lo va a intentar, resumir parte de la magia de Dry River. Una de las formaciones más exitosas del Estado, junto a los también castellonenses Lèpoka, y que ha ido abriéndose camino en el pedregoso mundo del rock progresivo a base de álbumes que destilan honestidad y calidad a partes iguales. Este sábado 20 de abril estarán en casa, en el Recinto La Pérgola, actuando dentro del Metalterráneo Fest, presentando su tercer plástico, 2038.

Vayamos al principio de esta historia de rock y superación. La banda comenzó, como tantas, como grupo de versiones, aunque el virus de la creación ya les rondaba. "Esta era la idea desde el principio. Siempre hemos sido personas creativas y nunca hemos dejado de componer, pero pensamos que era interesante pasar por una etapa de versiones en la que nos formábamos tanto individualmente como a nivel de grupo. Hicimos tablas, aprendimos mucho de los clásicos y nos lo pasamos en grande", comenta su vocalista, Ángel Belinchón. Muchos grupos se quedan en esa etapa de versiones, no avanzan. “Al final decidimos pasar a la siguiente fase del proyecto y empezamos a grabar nuestro primer disco. Se podría decir que la época de versiones fue nuestro período de formación antes de salir al mundo con nuestros temas”, recuerda el cantante.

Dry River viene del Riu Sec, pero sorprende verlo en su versión inglesa como autohomenaje a su tierra. "Fue una especie de coña”, explica Belinchón. “Nos gustaba el hecho de hacer referencia a un elemento emblemático de la ciudad de Castellón”, continúa. No solo era solo una coña, como siempre en los nombres de grupos hay algo más de lo evidente. “El Riu Sec también da nombre a un campus de la Universitat Jaume I, donde estudiábamos algunos de los miembros del grupo en ese momento. Podríamos haber dejado el nombre en valenciano, o en castellano, pero nos hacía gracia traducirlo al inglés por eso de que cualquier tontería suena mejor en inglés”, sentencia el vocalista.

Quizás al circo del rock en España cada vez le falte más esa parte de gran circo, de espectacularidad escénica. El grunge nos arrebató la estridencia visual del glam, ahora muchos combos deciden volver a la teatralización, al puro show. Dry River ofrecen espectáculo, algo que te envuelve en la fiesta que montan en sus conciertos. En El Circo de la Tierra (2011) se caracterizaron de forma circense, en Quién tenga algo que decir... que calle para siempre (2014) con lentejuelas, al más puro estilo orquesta, y ahora en 2038 con trajes rojos. La imagen es muy importante, claro. Define un poco el carácter del grupo. Por eso huimos de la típica imagen de tíos duros enfadados con la vida. No somos así” comenta Belinchón. “Somos más unos guasones que aman la música y eso creo que se transmite con las diferentes vestimentas que hemos usado en los 3 discos”, admite sin rasgarse las vestiduras. Desde 2011 han pasado por diferentes caracterizaciones, como hilo visual que enlazara la propuesta del álbum. “En nuestro primer disco éramos unos chavales (no tanto en realidad) que se disfrazaban de forma vistosa y cachonda porque les parecía divertido. En el segundo las lentejuelas doradas eran una especie de protesta hortera por la ley no escrita de que si haces rock tienes que transmitir una imagen de tío duro enfadado con el mundo… y en 2038 nos hemos vuelto algo más maduros, centrados y sofisticados, por eso nuestra imagen es más elegante, aunque seguimos conservando el punto divertido”, señala el castellonense.

Castellón de uno de los lugares que más efervescencia está tenido a nivel nacional en cuanto a bandas. Aunque siempre ha habido grupos, es ahora cuando unos pocos comienzan a destacar en los medios especializados. “Aunque no conozco lo que ocurre en otras ciudades, me atrevo a afirmar que Castellón tiene una enorme cultura musical, con muchísimos grupos de muy alta calidad, músicos de bandas a cascoporro… aquí todo el mundo toca algo”, comenta con ilusión Belinchón. Esta tierra es un lugar de músicos, y es normal que muchos se reúnan para manufacturar rock en cualquiera de sus expresiones, ya sea en forma de punk, celta o industrial. Nuestros amigos de Lèpoka lo están petando y bien merecido que lo tienen, y más que lo van a petar. Es un orgullo y una alegría ver que todo el trabajo que hacen da sus frutos. Dandy Wolf también están consiguiendo muchas cosas alucinantes, Junior McKencie es un fuera de serie, EUKZ llevan décadas siendo referencia del punk-rock nacional, Killus parten la pana a nivel internacional… es que es flipante”, recuerda el vocalista.

Ahora llega el Metalterráneo Fest a Castellón. “En los tiempos que corren montar un festival no es el negocio más seguro del mundo económicamente hablando, así que valoramos mucho la valentía de todos los promotores porque sin ese tipo de iniciativas no habría música en directo”, reconoce el mérito del evento. El año pasado ya presentaron el disco en la Sala La Burbuja, con todas las entradas agotadas. Ahora regresan, pero esta vez a La Pérgola. “Para lo que será nuestra actuación,  tenemos reservadas algunas sorpresas. Una de ellas es que contaremos con un invitado muy muy especial: Ronnie Romero. Un cantante de la Champions League del heavy-rock a nivel mundial. Va a ser flipante. Tocaremos todo el disco 2038 por primera vez en nuestra ciudad y tenemos más sorpresitas que todavía no podemos desvelar”, comenta entusiasmado Belinchón.

Este veranos estarán en el Rock The Coast en Fungirola, Málaga, junto a bandas del nivel de Europe, Rainbow o Scorpions. “Cuando nuestro manager nos dijo que tocaríamos en este festival nos pusimos muy contentos, la verdad. Probablemente sea el festival más atractivo de este verano y la verdad es que a cualquier grupo le encantaría estar en nuestra posición ahora mismo”, admite risueño Belinchón. Con tantos bolos a las espaldas es normal que las anécdotas se vayan acumulando en la mochila de las buenas historias. “En nuestro último concierto en Madrid, en la sala Copérnico, teníamos a varios invitados, entre ellos Roberto Bravo, teclista y compositor de Solid Relax Project. Habíamos quedado con él que vendría a la prueba de sonido, pero no se presentaba”, comenta. “De repente, nos llega un mensaje que dice: “¡Ey! ¡Aquí no hay nadie! ¿He llegado temprano?”… pensábamos que estaba de broma. Media hora más tarde se presenta en la sala y nos cuenta que se había metido en otra sala que había a 200 metros, donde actuaba esa misma noche Uriah Heep. Le dijo al segurata que tocaba con el grupo y le dejaron entrar hasta el camerino, incluso se tomó una cerveza. (risas) ¡Qué tío! ¡Les robó una cerveza a los Uriah Heep sin saberlo! ¡Y menuda seguridad!”, recuerda todavía a mandíbula batiente el cantante.

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