ALICANTE. El primer año de Vicente Sala Martínez como dueño en solitario (al margen de la pequeña participación que conserva su tía) de la empresa de plásticos Samar Internacional puede considerarse positivo. La firma que fundaron sus padres y que desde abril de 2018 controla exclusivamente el primogénito, tras comprar la parte de sus hermanas, se benefició de la paz social alcanzada con el acuerdo: incrementó su facturación y volvió a anotarse un resultado positivo al cierre del ejercicio, aunque más discreto que un año antes.
Según las cuentas anuales consolidadas de la empresa, Samar Internacional facturó 205,2 millones de euros, un 3% más que el ejercicio 2017, cuando la cifra de negocio se quedó en 199,2 millones. El resultado de explotación se mantuvo no obstante estable, al aumentar los aprovisionamientos y otros gastos de explotación en la misma proporción. En cambio, el resultado del grupo después de impuestos se vio reducido respecto a 2017, fruto de los mayores gastos financieros (Vicente Sala necesitó financiación bancaria para comprar la parte de sus hermanas), lo que redujo el beneficio. Con todo, Samar Internacional se anotó unas ganancias de 1 millón de euros (3 millones en 2017).
El informe de gestión que acompaña las cuentas señala la buena marcha de la empresa en "un contexto complejo en los países sudamericanos", donde está el grueso de su negocio exterior. Para el ejercicio en curso, el informe preveía "una evolución favorable de las principales magnitudes de resultados del grupo en los mercados en los que opera, con lo que se espera un mayor crecimiento en ventas y resultado a través del mantenimiento en los márgenes". Como ha venido contando Alicante Plaza, Samar Internacional suministra polímeros, la materia prima para la inyección de plástico, a través de SM Resinas en Sudamérica, y de Samarlen en Europa.
La memoria de las cuentas también deja constancia de la nueva situación financiera de la empresa, tras el esfuerzo realizado por Vicente Sala Martínez para comprar la parte de sus hermanas (que le obligó a pignorar las participaciones de cinco empresas del grupo, incluida la sociedad holding). Así, la deuda financiera de la empresa con entidades de crédito al cierre del pasado ejercicio ascendía a 21,6 millones de euros. Además, la banca podría reclamar a Samar la deuda pendiente por el incumplimiento de ratios financieros, como así sucedió en 2018 (el informe de auditoría, elaborado por Deloitte, llama la atención al respecto).
No obstante, según señala el informe de gestión, la sociedad dominante del grupo del que forma parte Samar, Hersa Enterprise (que es la mercantil que compró la parte de las tres hermanas y dueña del 95% de las participaciones de la sociedad), obtuvo en mayo de este año "una dispensa por parte de las entidades financieras con las que mantiene un contrato de financiación sindicada", que le exime de la exigibilidad de dicha deuda en el corto plazo, "en base al incumplimiento a cierre del ejercicio 2018 de diversos ratios financieros". Por ahora, los bancos perdonan la devolución del crédito pese a que el primer año no se cumplieron las condiciones.
Hasta la fecha, Samar Internacional tenía presencia en quince países a través de sus filiales. España, Portugal, Alemania y Bélgica en la Unión Europea; Marruecos en África; y la mayoría de grandes países de Sudamérica (Colombia, Perú, Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay), así como en Centroamérica y México. En 2018, según recoge la memoria, se dio un paso más y el conglomerado del plástico de Vicente Sala abrió una nueva filial en Estados Unidos, donde aún no estaba: SM Resinas Américas, con sede en Texas.
Durante el ejercicio 2018, las ventas de Samar aumentaron tanto en España como en la Unión Europea, al tiempo que retrocedían ligeramente en Sudamérica. Así, las ventas nacionales ascendieron a 56 millones (un 7% más), a la Unión aumentaron hasta 18 millones (un 30% más), y en el resto de países se redujeron hasta 131 millones (un 1,5% menos), según la memoria. Asimismo, en el caso concreto de Argentina, Samar ha minorado sus reservas en 4 millones de euros para cubrir la diferencia de cambio al cierre del año, dado el proceso hiperinflacionista que vivió el país en 2018.