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por sentencia judicial

A Ribó se le agota el tiempo; el lunes debe cerrar la depuradora de Pinedo

Foto: KIKE TABERNER
21/11/2018 - 

VALÈNCIA. Quedan 120 horas y descontando. Este lunes la depuradora de Pinedo debe cerrar. Lo dicta una sentencia judicial del TSJ, de la sala de lo contencioso administrativo. Está fechada en el 30 de junio de 2016, si bien no se hizo pública hasta enero del año pasado. Han pasado pues 29 meses, casi dos años y medio. Nadie puede decir que no estaban avisados.

En el fallo judicial el tribunal compuesto por los magistrados Mariano Ferrando Marzal (como presidente), Carlos Altarriba Cano, Desamparados Iruela Jiménez, Estrella Blanes Rodríguez y Natalia de la Iglesia Vicente, fue claro: ordenaba al Ayuntamiento de València al cierre de la III fase de la depuradora de Pinedo, una clausura que obligará al cierre de toda la depuradora ya que las dos primeras fases dependen de la tercera. El Ayuntamiento de València tiene implicación en la fase I aunque no en las otras dos, que corresponden a la Generalitat, si bien la instalación está en el término de València. El consistorio debe pues cerrarle la depuradora al Consell. Es lo que dicta la Justicia.

El plazo para ejecutar la sentencia concluye este domingo. Los vecinos afectados, pocos pero constantes, ya han anunciado que el lunes ordenarán a su abogado que exija al juzgado la ejecución de la sentencia. Después de 40 años de lucha reclaman sólo que se haga efectivo el fallo judicial y concluir una pesadilla que les ha amargado durante todo este tiempo, según explica el portavoz vecinal Jaume Chornet.

Las reuniones que se han mantenido durante este verano con distintos estamentos, tanto del Ayuntamiento de València como de la Generalitat, no han fructificado en nada concreto. Los vecinos lamentan, por ejemplo, que mantuvieron un encuentro con el entonces director general de Ordenación del Territorio, Josep Lluís Ferrnado i Calatayud, ahora secretario autonómico, y que éste no ha dado ningún rédito.

Con un añadido: la administración sabe lo que quieren los vecinos. Tras aquella reunión de Ferrando con los vecinos, estos le hicieron llegar, con registro de entrada, un escrito en el que agradecían la “cordialidad” con la que les había atendido y en el que exponían 11 reclamaciones referidas a las dos fases de la depuradora que sí podrían seguir funcionando tras la sentencia del TSJCV.

Que sea huerta protegida

Además de pedir trabajos para que se solucionen los problemas de ruidos y olores que sufren de manera sistemática desde hace 40 años, los vecinos reclamaban por ejemplo que se designará huerta protegida toda la zona de Tres Camins, que son las viviendas de Pinedo que están casi anexas a la depuradora.

Igualmente solicitaban, entre otras cuestiones, que se levantara la veda que desde mediados de los años setenta les impide restaurar sus casas y pudieran solicitar permisos y licencias para rehabilitarlas; indemnizaciones por los daños y perjuicios que han sufrido durante todo este tiempo y que nadie ha querido subsanar; y tener representación personal con voz y voto en la comisión de seguimiento del Plan Especial que está elaborando la Generalitat.

El problema con Ferrando, sin embargo, ha sido el mismo que con el alcalde de València, Joan Ribó: mucha amabilidad, muy buena educación, mucha comprensión… pero ningún hecho. Ribó llegó incluso a visitar la zona con los vecinos, se subió a los terrados de dos casas para comprobar el paisaje con el que han tenido que vivir desde hace cuatro décadas, e incluso les admitió que era poco creíble que no tuvieran efectos las emanaciones de gases.

Ninguna acción

Sin embargo ni el alcalde ni el ahora secretario autonómico han movido ficha al respecto de la depuradora y su destino, dicen los vecinos. Su comprensión y buenas palabras no se han traducido en hechos. Pero si no actúan ellos, lo hará la Justicia, advierten. Y para que les quede constancia en el consistorio, durante estas semanas están repartiendo por València, delante del edificio del Ayuntamiento, octavillas con el recuento de días que queda para el cierre ordenado por los magistrados.

Marcada por el escándalo del saqueo del caso Emarsa (que se saldó con 10 años de cárcel para Enrique Crespo, nueve para José Juan Morenilla y 12 para Esteban Cuesta), la depuradora de Pinedo sigue siendo un quebradero de cabeza.

Foto: KIKE TABERNER

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