Participan ilustrando el poemario Clara Blasco, diseñadora de la portada, y Pau Ruíz a través de sus ilustraciones a carboncillo basados en algunos de los poemas
VALÈNCIA. Las Sin Rostro publican su primer libro físico, se trata de A veces las voces. El grupo poético-escénico lo conforman seis mujeres que han dado vida a este proyecto: Maria Andrés, Elena Casado, Blanca Férriz, Candela Herrero, Carmen Montesinos y Elsa Moreno. Todas ellas, y con la ayuda del sello valenciano Posdata Ediciones, han logrado hacer una apuesta por la poesía joven y fresca. Abordando la historia desde el concepto de la voz, y la interpretación propia, Las Sin Rostro reflexionan sobre esta desde lo personal: “Al final desde las individualidades nos dábamos cuenta de que estábamos redactando una historia colectiva. Todas nos encontrábamos en las historias de las demás", comenta Elsa Moreno.
Con seis voces y doce manos se conforma este poemario que “pone el broche al proyecto” y que asienta al grupo con los relatos. Todo ello sin olvidar al público, que cada vez se diversifica más: “Nuestro proyecto acerca la poesía de una manera muy orgánica, consideramos que muestra una forma de redescubrir este género literario. Para nosotras es bastante reconfortante, lo vemos mucho en gente joven que nos sigue también", declara Moreno, quien ve en el relato del grupo un tipo de poesía “muy accesible”. El libro habla de identidad, autodescubrimiento y comunicación frustrada (entre otros temas) y trata las experiencias individuales como colectivas.
Este sentimiento colectivo llegó hace un año, cuando descubrieron que sus vivencias individuales enlazaban perfectamente en los textos, reflejando así “las experiencias individuales, que también son colectivas”. Y con motivo de generar un mayor relato grupal toda la lectura enlaza con las ilustraciones de Pau Ruíz, quien captura a las componentes en su más pura esencia: "Nos quería capturar a nosotras, a través de fotos de nuestra infancia, objetos... Incluso con retratos propios de algunas de nosotras", relata Moreno. A veces las voces conforma un relato, desde un prisma intergeneracional, una relación propia (pero colectiva) con la voz, que para el grupo es: “Eso nuestro, eso que se impone, eso que te persigue”.