VALÈNCIA. Mi tío Luis ha muerto hoy, a las 18:40 horas, en una clínica de Madrid. Llevaba ingresado once días. Mi primo José Carlos, cuando habló conmigo por última vez, me dijo que su padre no mejoraba de la neumonía. Tenía (qué extraño se me hace emplear el verbo en pasado) 92 años. Fue maestro nacional. Era el pequeño de cinco hermanos. Sólo queda vivo mi padre.
Mi tío, que era más colchonero que Luis Aragonés, fue culpable de que mi primer equipo de fútbol fuera el Atleti. Mi padre me compró su equipación. Debía de tener diez años. Me preguntó qué número quería en el dorsal y yo, que leía el Marca todos los lunes, le pedí el nueve. Deseaba ser delantero centro como José Eulogio Gárate. Fui del Atleti hasta que Jesús Gil y Gil se convirtió en su dueño. Lo dejé más por razones estéticas que deportivas. Luego me pasé al enemigo.
Me vienen recuerdos de mi tío. Era el más simpático de los hermanos, siempre estaba de broma. Viajó mucho con su mujer. Vivían muy cerca del estado Vicente Calderón, del que no queda nada. Cuando fui a estudiar Periodismo a Madrid, me acogieron muy bien. No querían que me sintiese solo. Me invitaban a comer los domingos y mi primo me enseñaba la ciudad y acabábamos tomando cervezas en algún bar de la puerta de Toledo.
La última vez que vi a mi tío fue en Benidorm hace cinco o seis años. Tenía ya los primeros síntomas de la enfermedad del olvido.
Nos dijeron que abril, con su lluvia de muertos, era el mes más cruel y no nos lo creímos.
Hace un siglo, cuando la gente se divertía en los felices años veinte, olvidando el final de otra guerra (lo que nos sucederá también a nosotros con esta), el poeta T.S. Eliot publicó su libro La tierra baldía, que comienza con estos versos:
Abril es el mes más cruel: engendra
lilas de la tierra muerta, mezcla
recuerdos y anhelos, despierta
inertes raíces con lluvias primaverales.
Antes de conocer la muerte de mi tío escuchaba a Sabina que es, junto con Aute, el único cantautor que me gusta. A Sabina lo entrevistamos en el parador de Albacete para un fanzine que bautizamos con el pomposo nombre de Sociedad Pop. Bajó a atendernos a última hora de una tarde. Estaba ojeroso y medio dormido, y tenía la voz ronca. Pidió la cena y atendió a nuestras preguntas de periodistas primerizos.
Sabina estaba de gira para presentar un disco. No recuerdo si era El hombre del traje gris. Este álbum incluye la canción ¿Quién me ha robado el mes de abril? Vuelve a estar de moda. Me emociono oyéndola y recuerdo, como si fuese ayer, a ese hombre del traje gris que guarda su corazón en un cajón, y a aquella chica estudiante de BUP que llora porque su novio la ha dejado preñada.
Yo también me pregunto: ¿cómo nos ha podido suceder esto?
Descansa en paz, tío Luis.