Las actas de la reunión de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, celebrada los días 17 y 18 de septiembre, han revelado un consenso notable entre los funcionarios sobre la necesidad de un recorte significativo en las tasas de interés. Una "mayoría sustancial" de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) respaldó la decisión de reducir la tasa de interés en medio punto porcentual, situándola en un rango de 4,75% a 5,00%. Esta medida, sin embargo, no compromete al banco central a un ritmo predefinido de futuros recortes, dejando margen para ajustes según evolucione la economía.
El recorte, de una magnitud poco frecuente, generalmente se reserva para momentos de preocupación significativa por la desaceleración económica. El contexto que impulsó esta decisión incluye datos débiles en empleo e inflación, los cuales, según los funcionarios, justificaban una acción más agresiva. Pese a ello, la decisión no estuvo exenta de disenso. Michelle Bowman, miembro de la Junta de Gobernadores, fue la única que se opuso, argumentando que un recorte de un cuarto de punto habría sido más adecuado. Otros miembros del FOMC también expresaron dudas, aunque terminaron apoyando el recorte de medio punto como una medida necesaria para ponerse al día con la rápida caída de la inflación.
Un aspecto clave de las discusiones fue la postura de Jerome Powell, presidente de la Fed, quien jugó un papel crucial en persuadir a la mayoría de sus colegas sobre la necesidad de este movimiento. Powell ha dejado claro que su enfoque sigue centrado en mantener la baja tasa de desempleo y responder a las condiciones económicas, dejando la puerta abierta a futuros recortes si la inflación sigue cayendo.
Aunque los indicadores de inflación han mostrado una mejora significativa en los últimos meses, acercándose al objetivo del 2%, persisten preocupaciones sobre el mercado laboral. El aumento en la tasa de desempleo y los informes laborales débiles de julio y agosto también pesaron en las deliberaciones del FOMC.
A pesar de las dudas de algunos miembros, el recorte de tasas fue visto como una maniobra preventiva para evitar una desaceleración económica más profunda, sin que esto signifique un compromiso hacia una serie continua de recortes. El futuro de la política monetaria dependerá de cómo evolucionen los datos económicos en los próximos meses, manteniendo un enfoque flexible para equilibrar los riesgos inflacionarios y los posibles desafíos del mercado laboral.