VALÈNCIA. Una tormenta perfecta. Las restricciones a los vuelos procedentes de los países más afectados por el coronavirus, entre ellos España, y la recomendación del Ministerio de Sanidad para evitar cualquier viaje que no sea imprescindible ha supuesto para las aerolíneas un mazazo de tal dimensión que, en algunos casos, las está poniendo al borde de la supervivencia.
Entre las compañías más afectadas por los efectos de la pandemia, que ha obligado a la declaración del estado de alarma y a la paralización de facto de todo el país desde este sábado, está la valenciana Air Nostrum, que ya se prepara para las primeras medidas de choque.
La empresa que preside Carlos Bertomeu lleva semanas padeciendo los perjuicios derivados del descenso de la movilidad de empresas y particulares, una circunstancia que le ha obligado mantener en tierra muchos de sus aparatos y a sus tripulaciones paradas.
Los problemas se han agravado en los últimos días de manera extraordinaria con el veto impuesto a los vuelos comerciales por dos de sus mercados clave: Italia y Marruecos.
A ello se suma, además, el veto que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha impuesto a los vuelos procedentes de Europa, un hecho que afecta especialmente a Iberia, para la que trabaja como aerolínea franquiciada para aportarle tráfico de corto radio a los vuelos transoceánicos que opera desde su hub de Madrid.
En esas circunstancias, la empresa ya ha convocado al comité de empresa a una reunión de urgencia el próximo lunes en la que, con toda probabilidad, anunciará recortes para tratar de sortear la crisis. Los sindicatos descuentan que entre esas medidas se encontrará Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) como el que Iberia ya ha anunciado este mismo viernes para sus tripulantes de cabina (TCP).
A falta de conocer la magnitud exacta del ajuste temporal de plantilla, es probable que este se centre también en las tripulaciones, uno de los mayores colectivos de la empresa que en los últimos días ha quedado ocioso de forma forzosa por el desplome de las operaciones.
Además, la aerolínea valenciana adelantó a este mismo viernes el envío de su personal de administración a su domicilio para trabajar de forma telemática, una medida que tenía previsto comenzar a aplicar desde el próximo lunes.
El más que previsible ajuste de plantilla es una de las medidas que el propio Carlos Bertomeu ya avanzó esta misma semana a los trabajadores a través de un comunicado con el que les transmitía la crudeza de una situación ante las que tendría que tomar medidas de choque encaminadas a garantiza la supervivencia de la empresa.
A falta de concretar esas decisiones, el presidente de la compañía adelantó que se trataría de acciones encaminadas a proteger la tesorería de la empresa.
"Se nos está cayendo el tráfico drásticamente y nos estamos preparando para potenciales escenarios peores, en línea con lo que está sucediendo en otros países europeos. A la vez, estamos trabajando internamente y con nuestros aliados mientras analizamos las medidas que tendremos que tomar ante la nueva situación de mercado que, como veis, no tiene precedentes y es dramática y, dentro de ellas, hemos activado una política muy estricta de preservación de tesorería como medida inicial de choque", explicaba Bertomeu en ese comunicado a los trabajadores.
En la comunicación con la que Iberia informó este viernes a los sindicatos del ERTE que va a plantear para los TCP, la empresa también transmitió un mensaje de "tranquilidad" ya que Iberia "forma parte de IAG, un 'holding' financieramente sólido, con caja suficiente para afrontar esta crisis".