VALÈNCIA. (EFE) Air Nostrum, junto con otras veinte aerolíneas miembros de la iniciativa Target True Zero del Foro Económico Mundial, se ha comprometido a incorporar a sus flotas aviones que utilicen nuevas tecnologías para reducir el impacto climático.
Veinte aerolíneas han suscrito en Ginebra la iniciativa para que a partir de 2030 el 30 % de los aviones incorporados a sus flotas estén propulsados por energía eléctrica o hidrógeno, y piden a los fabricantes que prioricen la innovación que permita alcanzar estos objetivos.
El presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, ha asegurado que las iniciativas para la protección del medio ambiente están en el ADN de la compañía y desde su fundación ha estado implicada en proyectos que ayudan a reducir la huella de carbono.
Ahora la emergencia climática "nos obliga a redoblar nuestro compromiso de progresar hacia una aviación más sostenible" y con esa vocación se une al programa Target True Zero para aprovechar las tecnologías eléctricas y de hidrógeno con el objetivo de conseguir una aviación de cero emisiones, ha señalado Bertomeu.
De hecho, Air Nostrum impulsa varias iniciativas en este sentido, como la colaboración con Volotea y el desarrollador Dante Aeronautical, que trabajan desde hace meses en un avión 100 % eléctrico que reconvierte aeronaves comerciales de corto y medio alcance con una propulsión alimentada por un sistema híbrido de baterías y pilas de hidrógeno.
Paralelamente, Air Nostrum ha firmado un acuerdo de colaboración con Universal Hydrogen para propulsar con hidrógeno su flota de turbohélices. La compañía valenciana comprará 11 equipos de conversión para turbohélice de Universal Hydrogen para su uso en toda su flota, actual y futura.
El comunicado conjunto de las aerolíneas de la iniciativa Target True Zero destaca la necesidad de dar pasos decisivos en este sentido. "La adopción de estas tecnologías en la flota mundial —mediante el diseño de nuevas aeronaves o el reequipamiento de las convencionales— puede contribuir a reducir el impacto climático de nuestras operaciones, preservando al mismo tiempo los inmensos beneficios económicos y sociales que la aviación aporta al mundo", señalan los firmantes del acuerdo de Ginebra.
Los vuelos de corta distancia son los primeros que van a emplear esta nueva forma de propulsión. Aunque el compromiso es trabajar para que el 30 % de las aeronaves que cubran rutas de 750 km o menos que se incorporen a sus flotas a partir de 2030 empleen tecnologías de propulsión novedosas, las aerolíneas también se comprometieron a descarbonizar aviones de mayor alcance, una vez que esto sea tecnológica y económicamente viable.