El artista valenciano, que acaba de regresar de ARCO, presenta una intervención en el cauce del río en el marco del festival Abstracte
VALÈNCIA. Hace algo menos de un año que Álex Marco (València, 1986) desembarcaba en el IVAM con el proyecto Lo que pasa en el parque, se queda en el parque, una instalación pictórica que servía de espejo de aquellos gestos que marcan en entorno urbano del museo. Ahora plantea un nuevo trabajo en la ciudad, aunque en este caso en el cauce del río, un mural que se enmarca en el proyecto Abstracte, con el que buscan revitalizar el Turia mediante intervenciones artísticas. En ambos casos, el valenciano plantea un juego entre aquello que sucede en el exterior y el interior, rompiendo las barreras desde el punto de vista conceptual y físico. Marco encaró este proyecto en una semana clave para el sector, la celebración de una feria ARCO excepcional, tras el aplazamiento a causa de la crisis sanitaria, una oportunidad de tomar el pulso a una escena que, pase lo que pase, seguirá creando.
-Hace apenas unos días volvías de ARCO, en una edición bien extraña. Hemos hablado con galerías, pero, desde el punto de vista del artista, ¿cómo ha ido?
-He visto una feria, desde luego, particular. En todos los sentidos, empezando por la época del año en que se ha hecho, lo que no sé si para cierto sector del coleccionismo puede llegar a ser un hándicap. Ha sido una feria a medio gas. Se ha vendido, pero no he visto la acción de otros años. Me ha llamado mucho la atención, como artista, que algunos [stands] mantuvieron el nivel y el riesgo, como debe de ser, pero otros muchos que podrían haberlo hecho han presentado proyectos más conservadores, más humildes, piezas de salida fácil. Esta ha sido mi percepción.
Al haber realizado la feria en estas circunstancias ha faltado una parte muy importante, el carácter social. Todos los años aprovechas para relacionarte con la gente que no ves el resto del año, conoces gente, surgen nuevos proyectos... Es difícil hacer un análisis de cómo ha ido la feria porque no ha habido ese feedback. Esa parte social que se da en la semana de ARCO, tan importante para los artistas que vivimos fuera de Madrid, no lo hemos tenido. Es necesaria la relación entre artistas, galeristas, agentes profesionales... tienen que seguir surgiendo nuevos proyectos.
-Vuelta de ARCO pero en pocas semanas empieza la nueva temporada, ¿cómo se plantea?
-Estoy centrado en un par de exposiciones que tengo a la vista. En septiembre tengo un proyecto en Los Ángeles, una presentación online de una serie de pinturas en NIGHTTIMESTORY. Es una propuesta interesante, por la visibilidad que da fuera de nuestro territorio. La siguiente exposición individual es en el ECA de Riba-roja, que es un espacio mágico, un proyecto enfocado en el vídeo.
-En este año muchas de las comunicaciones o presentaciones, como la que me comentas en Los Ángeles, han tenido que virar a lo virtual, un coqueteo que ahora es norma.
-Yo creo que ese coqueteo, como dices, tenía que llegar, con pandemia o sin pandemia. Hablamos de una actualización del sector, urgente en ciertos casos. Ojo, sin olvidarnos de la presencia física, del hecho de ir a una galería, visitar una exposición y relacionarte con la gente. El discurso de una exposición es necesario, pero el ámbito virtual da otras opciones. En este caso, desde la galería de Los Ángeles me propusieron hacer esta presentación online de pinturas para posteriormente poder realizar una [muestra] física. Esa transición también se da en las galerías de nuestro territorio. Por ejemplo, aquí Olga Adelantado [galerista de Luis Adelantado] lo ha estado haciendo muy desde el principio de la pandemia aportando una plataforma digital con otro tipo de exposiciones, algo que da a la galería una cierta flexibilidad a la hora de presentar otros proyectos.
-Los conceptos de interior y exterior son clave en tu obra. Ahora, precisamente, participas en el festival Abstracte con un mural que te lleva al espacio urbano, con todo lo que ello supone, ¿qué diferencia hay entre plantear una pieza en el museo/galería y en la calle?
-Esta es una propuesta muy interesante, porque hablamos de disciplinas artísticas que no se suelen ver en la calle. Dentro del cartel de artistas participantes en Abstracte, no todos provenimos del mismo sector, hay gente que se dedica exclusivamente al arte urbano, muralistas, gente que viene del graffiti y en otros casos, como el mío, pertenecemos al sector del arte contemporáneo. En muy interesante ese diálogo entre artistas. En este caso siempre te planteas hacer algo relacionado con el propio espacio, ver de qué manera puedes aportar tus conocimientos o tu investigación a la hora de intervenir un espacio urbano. Además, la ubicación me daba de manera natural un marco para plantear el la pintura mural. Estoy muy contento con el resultado.
-A pocos metros está un IVAM en el que no hace mucho planteabas Lo que pasa en el parque, se queda en el parque, en el que precisamente llevabas el exterior al interior.
-Hay dos partes interesantes en el proceso de mi trabajo. Una que parte de fuera, de estímulos meramente urbanos, como puede ser el skate o incluso de cómo la pintura está presente en la vida urbana de manera continua; otra parte es la del interior, el proceso de trabajo, en el que vas tomando decisiones, surgen ciertos accidentes que no están preconcebidos y que finalizan el proyecto. En el caso del mural lo que hice fue recurrir a detalles de mi propio trabajo, de otros cuadros, para conformar esta gran estructura visual.
-Es curioso esto que me cuentas de los 'accidentes', ¿hasta qué punto son importantes?
-Hay una parte de azar importante. Para mí es imprescindible no conocer el estado final de la obra, necesito que, de alguna manera, la pintura siempre esté viva. Muchas veces comienzo a pintar una idea y en una primera sesión puedo ver que está terminado y, en otras ocasiones, trabajando de la misma manera, no queda cómo realmente esperas. Puede ser un tópico, pero sí que creo que el cuadro te va pidiendo ciertas cosas. Sabes cuándo tienes que continuarlo y cuando tienes que parar. Esa aleatoriedad, ese azar, es imprescindible para mi trabajo.
-Dices que el cuadro te va guiando, pero cuando llegas a un punto de bloqueo creativo, ¿cómo sorteas el bache?
-Apartándote de él, evadiéndote del problema [ríe] Al fin y al cabo en el arte eres libre, eres el dueño de lo que estás realizando. Hay que darle un tiempo, porque tu energía afecta mucho a la hora de trabajar, para retomarlo cuando estés preparado. Es verdad que hay telas que están malditas, recuerdo algunos casos, cuatro o cinco en mi vida, que he evadido el problema en una tela para después retomarlo, y lo he vuelto a retomar, y lo he vuelto retomar... hasta que no daba más, no funcionaba, y tienes que dejarlo.
-He leído en muchos sitios que se habla de ti como artista emergente, una palabra no poco recurrente. ¿Hasta cuándo se es emergente en el arte?
-Este es un tema que se sigue hablando en tertulias, comidas... y nunca he escuchado una respuesta clara. Yo creo que depende de tu filosofía y de tu postura. Yo me voy a sentir toda la vida emergente porque, al final, sigues aprendiendo todos los días, ¡eso espero! Al final ser emergente o consagrado tampoco debería influir en tu postura a la hora de trabajar.
-¿Qué te interesa del arte en València?
-En València ahora mismo hay una muy buena escena, tanto de artistas como de proyectos.Tengo tanto interés como curiosidad por muchas cosas. Tengo interés en artistas que ya conocía y que poco a poco están dando pasos hacia adelante o proyectos expositivos como el de Pols y mucha curiosidad con las nuevas direcciones [en museos], proyectos que van a surgir o el trabajo de las galerías, que están haciendo una muy buena labor, como puede ser este año Set Espai d'Art, que ha ido a ARCO con un muy buen stand, o como es el caso de Luis Adelantado o Rosa Santos, que siempre han estado presentes. Siempre he tenido mucha fe en València y creo que tenemos una escena con mucho nivel.
Me interesan mucho los artistas con proyectos muy personales, algo que era más difícil de ver en mi generación, cuando yo estudiaba. No sé si es por la velocidad de consumo de imágenes, esa hiperconexión, pero creo que los artistas que están surgiendo ahora mismo tienen un trabajo muy personal, que es algo que echaba de menos. Tengo muy presente a Juan de Morenilla, que ha dado con una clave imprescindible: haciendo algo muy personal ha conectado con un imaginario colectivo, con esos dibujos animados que conectan con la infancia. También pienso en casos como el de M Reme Silvestre o Guillermo Ros. Hay gente con mucho nivel y cosas que decir.